jueves, 10 de julio de 2025

VIVIENDA DIGNA

El viernes pasado se llevó a cabo una manifestación pacífica en el Foro Lindbergh con el lema: “Fuera gentrificadores”, este tema también se discutió en el 38° coloquio de 17 instituto, en enero, cuyo título fue “Realidades urbanas, ciudad producida, ciudad habitada”.

Las recientes protestas en la ciudad de México contra la gentrificación y la inmigración extranjera han puesto en relieve un problema aun más grave: la falta de oferta de vivienda digna y asequible para las personas de clase media, que se ven desplazadas hacia afuera de los barrios recientemente aburguesados. El desmedido aumento de los alquileres en colonias como Roma y Condesa, obligan a los jóvenes que han crecido allí, a salir a buscar casa a la periferia, donde los costos son menores.
Al respecto, queda manifiesta la absoluta dominación de las fuerzas del mercado inmobiliario, sobre la producción y gestión de los espacios habitacionales. En ello, el gobierno ha fallado en la regulación de los procesos inmobiliarios y en el necesario equilibrio entre ofertas comerciales privadas y la vivienda social, cuyo objetivo no es el lucro sino la igualdad de acceso a un satisfactor que es un derecho constitucional de los mexicanos.
Desde luego la legitima queja sobre el aburguesamiento conlleva una reacción xenófoba que le resta legitimidad, dado que el libre mercado inmobiliario y la ausencia de predios reservados para uso social son factores que favorecen a la población con alto poder adquisitivo. como es el caso de los estadunidenses que trabajan a distancia.
Está abierto nuevamente el debate entre los defensores del libre mercado y sus detractores, lo cual es lógico y comprensible, pero el acceso a la vivienda digna y asequible para la mayoría de la población no debería estar sujeto a esa misma discusión.
Lorenzo Rocha 

jueves, 3 de julio de 2025

FORMA Y TIEMPO

George Kubler escribió en 1962 su libro “La configuración del tiempo”, una obra que ha tenido gran influencia en la metodología de la historia del arte, sobre los elementos que han trascendido a sus épocas y los que no lo han hecho.

No cabe duda de que los objetos construidos o colocados en espacios urbanos y arquitectónicos cambian de forma a lo largo del tiempo. Aunque algunos lo hacen de manera obvia, como las casas y edificios que sufren intervenciones, ampliaciones e incluso demoliciones, otros quizá cambien muy poco en sí mismos, pero las transformaciones de sus contextos provocan que se perciban de modo distinto en cada época. Por ejemplo, la Calzada de Tlalpan ocupa el mismo lugar desde hace 700 años, pero su forma ha cambiado radicalmente y seguirá modificándose constantemente.
Por estas y otras razones es muy difícil identificar valores fijos en la conformación del espacio urbano-arquitectónico. Las ciudades son creaciones humanas dinámicas que deben adaptarse a los constantes cambios sociales que acontecen en ellas. Cada período histórico deja alguna marca en el conjunto al que perteneció, esta marca puede ser algún monumento, templo o edificio en particular, pero también se reconocen vestigios de dichas épocas históricas en las trazas urbanas, avenidas, canales y otros componentes espaciales. Muy frecuentemente pensamos en nuestros antepasados por sus restos arqueológicos, como las pirámides y las catedrales.
¿Cuál sería la utilidad de que nuestra cultura actual dejara algún monumento que pudiera ser preservado para generaciones futuras? Es imposible saber ahora como seremos recordados en el futuro. Somos la generación de los rascacielos, los enormes conjuntos habitacionales y centros comerciales, sin embargo, quizás todo ellos desaparezcan y en cambio solo prevalezcan otras obras actuales de infraestructura, como las carreteras, las presas y los drenajes.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 26 de junio de 2025

MAPA INVERTIDO

El artista uruguayo Joaquín Torres García realizó en 1943 un dibujo a lápiz en el que representó a Sudamérica con el sur apuntando hacia arriba, con la intención de romper con la costumbre cartográfica convencional que acentúa la hegemonia del norte global.

El pensamiento espacial cartográfico se ha desarrollado durante las últimas décadas hacia una visión crítica transmitida mediante planos y mapas no-convencionales. Sabemos desde hace mucho tiempo que los mapas no son instrumentos políticamente neutrales, son herramientas del poder. El mapa pasó de ser una simple representación de la realidad, a una forma de construcción de la misma. Cuando utilizamos la cartografía como una manera de cuestionar y criticar las convenciones hegemónicas, se abren frentes de discusión política que de otro modo permanecerían cerrados. El ejemplo del mapa invertido, en el que el sur apunta hacia arriba, es un paradigma del cuestionamiento de la orientación que favorece al norte global. El mapa nunca puede estar al revés, ya que el planeta gravita en el espacio y gira constantemente, por lo cual, si bien la convención de los puntos cardinales es muy útil para la orientación geográfica, no se relaciona en absoluto con la posición recta o invertida de los objetos y las personas sobre la superficie terrestre. Estamos de pie sobre el suelo debido a la fuerza de gravedad, la cual es radial hacia el centro de la Tierra.
Existen muchas maneras de representar conceptos territoriales que tienen relevancia para la geopolítica y que no coinciden con las mediciones precisas de los territorios estudiados. Cuando representamos distintos flujos migratorios, desplazamientos forzados o exilios, alteramos las medidas de los países según criterios económicos o por su impacto ecológico, o bien cambiamos la posición de los estados de acuerdo a su influencia política sobre otros, los mapas se deforman de modos sorprendentes y adquieren una capacidad de comunicación que no poseen las fuentes objetivas de las que provienen originalmente.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 19 de junio de 2025

ESTADO-NACIÓN

En su libro “Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo”, el politólogo e historiador sino-irlandés Benedict Anderson afirma que mas allá de la aldea, todas las demás nociones de identidad: nacionalistas, históricas y religiosas son imaginarias, creadas por los intereses políticos.


La gran mayoría de los estados nacionales  en el continente americano surgieron como repúblicas entre 1776 y 1838, período en el cual se fueron independizando de las monarquías europeas y se constituyeron como países autónomos identificados por sus lenguas, etnias y territorios geográficos. Las naciones poscoloniales construyeron sus identidades alrededor de ideologías criollas que incorporaron en menor medida a sus pobladores originarios.

Cada uno de los nuevos estados como: México, Colombia, Brasil, Estados Unidos, Canadá, pasaron períodos en los que sus fronteras cambiaron por las disputas con sus vecinos y la resistencia a ser reconquistados por potencias extranjeras. Hasta el siglo XX podemos considerar que se estabilizó la geografía regional, pero en la escala general de la historia, está muy claro que aun se trata de naciones muy jóvenes. Las instituciones que componen a sus poderes siguen modificándose cada vez que cambian sus gobiernos. Desde una óptica toponómica, sus mapas han pasado de ser simples representaciones de sus características geográficas, hasta convertirse en maneras de construcción de su realidad. La integridad territorial, representada por la figura específica de cada territorio, se adopta como su “logotipo” y aparece en múltiples medios de comunicación como una manera tipológica de concebir al territorio. Desde la mirada humana, los países no se perciben nunca en su totalidad y cuando recorremos las distancias que separan una región de otra, nuestra percepción es muy distinta de lo que observamos en los mapas.

Lorenzo Rocha

 

jueves, 12 de junio de 2025

COSMOVISIÓN

Octavio Paz escribió en 1969 un libro excelente: “Conjunciones y disyunciones”, en el que analiza la visión del erotismo en India y China, al mismo tiempo que plantea la oposición occidental entre naturaleza y cultura. Hoy en día es muy importante releer obras como esta.

La cultura occidental utiliza constantemente oposiciones entre los conceptos que fundamentan su pensamiento. Desde hace aproximadamente tres siglos, el gobierno y el clero son entidades distintas y operan en esferas separadas en relación a su influencia y control de las dinámicas sociales. Pero en la antigüedad no era de ese modo, en las monarquías ambas instancias compartían el poder político.
Cuando analizamos la arquitectura y el urbanismo de las culturas mesoamericanas antiguas, podemos observar que en todos los casos su diseño y disposición general responde a criterios astrológicos. Los edificios mesoamericanos eran casi todos gnomones que señalaban eventos dentro de sus calendarios agrícolas, como los equinoccios y solsticios, que servían para marcar los tiempos de siembra y cosecha. Sin embargo, estos criterios científicos no estaban desligados de las creencias religiosas y de las deidades que se veneraban en cada lugar e incluso tenían relación directa con las jerarquías políticas y con la defensa de sus territorios. Estos son algunos de los motivos por los cuales ha resultado muy difícil interpretar los elementos que componen las ciudades antiguas en Mesoamérica, pero ello no ha impedido que la arquitectura y el paisajismo actual en esas mismas regiones cuente con espacios abiertos de una gran riqueza. Las cosmovisiones antiguas de los Mayas, Mexicas y las demás pueblos autóctonos que nos precedieron, perviven hasta la actualidad en otras formas que siguen vigentes en nuestros territorios. Debemos valorar y conocer mejor sus características para desarrollar nuestra capacidad de adaptación al entorno, la cual ha perdido casi toda la calidad espacial y la coherencia ecológica que tuvo en la antigüedad.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 5 de junio de 2025

SIGNIFICADO

El teórico mexicano Alberto Pérez Gómez escribió en 2016 en su libro titulado Attunement: ”El significado de la arquitectura —de un edificio, un jardín o cualquier artefacto efímero que sirva como encaudramiento para los actos humanos— se entiende del mejor modo como una forma gestual del lenguaje”.


La arquitectura se nos presenta siempre como un objeto de arte en espera de ser interpretado. Si no tuviera ninguna interpretación posible, perdería su categoría como forma de expresión artística. Las dinámicas que componen a una obra construida son muy distintas entre sí. Los objetivos económicos, legales, estructurales, competitivos, culturales, deben cumplirse simultáneamente para el éxito de la obra. Si bien ninguno de ellos es sencillo en sí mismo, la extrema complejidad del quehacer arquitectónico es satisfacer todas estas fuerzas que gravitan sobre él.

El resultado de dicho proceso puede ser incluso sencillo, podríamos decir que mientras más sencillo sea, mejor. De ese modo su significado podrá descodificarse para “leerse” con la mayor claridad posible y por lo tanto ser de utilidad para reforzar la tipología a la que pertenece. Por ejemplo, las iglesias de la antigüedad se reconocían fácilmente por sus torres y campanarios, por sus bóvedas, cúpulas y arcos, todo ello correspondía a una tecnología constructiva que utilizaba estos elementos para conseguir grandes espacios cubiertos y diáfanos. Pero en la actualidad las iglesias utilizan otros lenguajes derivados de los materiales y técnicas modernas, que son distintas de las anteriores, aunque persiguen los mismos fines.

Los estudios casuísticos que relacionen a las tipologías antiguas con las contemporáneas son de gran utilidad tanto para los estudiantes de arquitectura, como para los investigadores universitarios. En ese sentido, el ámbito académico puede prestar servicios muy útiles a la sociedad y a la práctica arquitectónica, la cual no acostumbra preguntarse sobre el significado de las obras construidas.

 

miércoles, 28 de mayo de 2025

HÁBITAT

El teórico italiano Manfredo Tafuri escribió en 1970: “Lo específico de la arquitectura es el modo de poner en relación entre sí las diversas estructuras que confluyen en ella". "El lenguaje de la arquitectura se forma, se define y se supera en la Historia junto con la idea misma de arquitectura. En este sentido, establecer una "gramática general" de la arquitectura es una utopía". 


El hábitat de los primeros homínidos, una adaptación de materiales y espacios existentes configurados para conseguir refugio, contenía desde su inicio la posibilidad de convertirse en arquitectura. Todos los demás seres vivos tienen cada uno su propio hábitat, algunos incluso lo construyen con los materiales que se encuentran a su disposición, pero ¿porqué solo el ser humano hace arquitectura? En términos generales podemos decir que la arquitectura es el hábitat como producto cultural. Si no fuera así, el hábitat humano no habría evolucionado a la par de la civilización.

Sin embargo, la arquitectura sigue siendo el hábitat humano, aunque en ocasiones parezca que su expresión artística sea más importante que su habitabilidad. La mayor complejidad del proyecto arquitectónico radica en cumplir simultáneamente con objetivos que aparentemente son incompatibles entre sí: como la economía, la estabilidad estructural, la identidad cultural, la belleza, la eficiencia, el simbolismo y otros muchos más. Pero todo ello se puede equilibrar bajo un solo concepto, el cual ofrece la posibilidad de satisfacer simultáneamente todas las necesidades planteadas, dicho concepto es el edificio en si mismo.

La relación entre la teoría y la práctica en la arquitectura es de vital importancia, se trata de un trabajo constante de producción e interpretación debido a que no existen reglas ni formulas generales para el diseño arquitectónico, todos los proyectos son casos particulares que responden a las condiciones específicas en las encuentran su origen.

Lorenzo Rocha

 

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