jueves, 6 de octubre de 2011

CULTURA ANIMISTA


Carl Jung, el célebre psicólogo suizo, sostenía que los humanos hemos perdido nuestra comunicación con la naturaleza y que la energía emocional que ésta generaba se ha hundido en nuestro inconsciente. Quizá sea cierto para la mayoría de los habitantes urbanos contemporáneos, pero para las culturas animistas, que subsisten aún en innumerables regiones del mundo, el conocimiento sigue estando ordenado geográficamente. Para muchos pueblos indígenas como los huicholes del norte de México, el paisaje aún es la fuente primordial de la sabiduría y ahí radican sus ancestros y deidades, que al dejar este mundo han tomado forma en las rocas y en los animales.

Otros pueblos indígenas, como los Gogo, pobladores del desierto de Tanzania, siguen construyendo sus casas según las tradiciones que datan desde hace al menos cinco siglos, a pesar de que su vida cotidiana como campesinos y pastores ha tenido que modificarse para adaptarse a los tiempos cambiantes. Las casas de los Gogo son un ejemplo de la arquitectura textil, y sus construcciones actuales se hacen exactamente como lo describían los tratadistas y antropólogos que los estudiaron a la mitad del siglo XIX.

Sus casas se componen de cuatro elementos fundamentales: el trabajo con la tierra, que consiste en amasar y consolidar el lodo del suelo para convertirlo en un pavimento sólido y conformar los fundamentos de los muros hasta unos cincuenta centímetros de altura. Dentro de la propia base de la casa está contemplado un hueco donde instalarán el segundo elemento de la casa, el hogar donde cocinarán sus alimentos. De los propios muros de lodo desplanta el tercer elemento, que es el entramado de la estructura y la cubierta, sin diferenciar muros de techo, es donde materialmente queda tejida la casa a base de ramas y postes de madera. Sobre dicho entramado se teje también el cuarto y último elemento, el cerramiento de la casa que la aísla del exterior, sobre la estructura se añaden ramas más pequeñas que son recubiertas de lodo para consolidar los muros. La techumbre siempre es de paja y va tejida al mismo entramado, que a su vez sostiene a los muros.

Lorenzo Rocha

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