jueves, 30 de abril de 2015

AUTOMOVILES

La ciudad contemporánea creció de la mano con el automóvil. El desarrollo urbano durante la posguerra, tuvo total confianza en un futuro donde las distintas zonas de las ciudades serían monofuncionales, donde los suburbios serían apacibles y casi todos los habitantes tendrían un automóvil para transportarse a sus lugares de trabajo. Esas ciudades del futuro ideadas en los años cincuenta, son las que vivimos hoy.
Por supuesto este es el modelo estadounidense de ciudad, donde la infraestructura primordial está en las vías de comunicación, las autopistas urbanas y los nodos de varios pisos, algo parecido a la ciudad de Los Ángeles.
Durante la posguerra en Estados Unidos, el sueño americano constaba de dos elementos indispensables para su concreción: la casa y el automóvil propios. La manufactura en la industria automotriz había iniciado casi cincuenta años atrás, cuando se introdujo al mercado el Ford modelo T, el primer coche ensamblado en cadena que se ofrecía a bajo costo. Para los años cincuenta General Motors y otras marcas automotrices ya eran capaces de producir automóviles asequibles.
De este modo, la casa suburbana apareció como el primer accesorio para complementar al automóvil, no al contrario, uno de los principales artífices de la producción masiva de casas fue el empresario neoyorkino William Levitt (1907-1994). Su compañía inmobiliaria, se autodefinió como una compañía manufacturera de viviendas, no como una constructora. Uno de sus primeros desarrollos en Long Island, contaba con 17,000 viviendas, en su punto máximo, producía una casa nueva cada 15 minutos, con técnicas muy parecidas a las utilizadas por la industria automotriz. Dicho desarrollo, llamado Levittown, fue el modelo de desarrollo americano que subsiste hasta la fecha, que ha sido imitado en todo el mundo, pero curiosamente ha sido omitido de la historia oficial de la arquitectura moderna.
Algunas ciudades europeas están impulsando campañas dirigidas a la reducción y eventual desaparición de los automóviles en sus entornos urbanos. El elemento principal, que se promueve para la sustitución del transporte personal motorizado es la bicicleta, junto con un reforzado sistema de transporte público. En ciudades como Londres, Lyon y Copenhague, se desalienta el uso del automóvil con altas tasas y dificultando el estacionamiento en los centros urbanos, paralelamente con un alto nivel de información disponible para facilitar la movilidad.
Estas acciones han iniciado incipientemente en la ciudad de México, como mucho de nuestro  desarrollo urbano, de modo contradictorio. En la ciudad, las autopistas urbanas de dos pisos, surgieron casi al mismo tiempo que las bicicletas públicas y los parquímetros, por un lado parece alentarse el uso del automóvil, con costosas infraestructuras y por el otro, se desalienta con restricciones de estacionamiento.
En México en febrero de este año se rompió el récord de ventas de automóviles por mes, se vendieron 97,588 automóviles nuevos. Nuestro país ocupa el octavo lugar mundial en producción de automóviles (alrededor de tres millones de unidades anuales), la mayoría son para exportación, pero parece muy difícil que la movilidad en nuestras ciudades se transforme a corto plazo.
Lorenzo Rocha

jueves, 23 de abril de 2015

DOS LINEAS

Siempre que entro en contacto con la obra del artista Francis Alÿs, comienzo automáticamente a reflexionar sobre el lugar del hombre en el espacio de la ciudad. Alÿs ha creado una nueva figura de artista urbano a partir del tradicional Flâneur (neologismo derivado de la palabra francesa "paseante"), del artista que vaga por las calles en busca de experiencias o situaciones estimulantes. Podríamos decir que Alÿs es un Flâneur activo, un paseante callejero que parece tener un propósito. Esto lo mostró desde que acostumbraba pasear por las calles que circundan su estudio, en la plaza Loreto del centro histórico de la ciudad de México. Primero arrastraba a un perrito rodante de metal con el cual recolectaba objetos de metal con imanes, luego empujaba un bloque de hielo hasta que se derretía por completo, alguna vez caminó unas cuantas cuadras con una pistola de juguete en la mano hasta que la policía lo detuvo.

En sus exposiciones actuales muestra pinturas, dibujos, objetos, documentos y videos con multiplicidad de temáticas. Comenzando por aquella parte de su trabajo  que se muestra en la Sala de arte público Siqueiros ("Hotel Juárez", abierta hasta el 26 de julio). Destaca su trabajo "Paradoja practica #5", donde se ve al artista pateando un balón en llamas por las calles de ciudad Juárez durante la noche. Se puede decir que se trata de un tipo de investigación mediante la práctica, que es la continuación de su trabajo como paseante.

Alÿs decidió conectar esta exposición con otra, también suya, la cual se presenta en el Museo Tamayo ("Francis Alÿs: relato de una negociación", abierta hasta el 16 de agosto) mediante una pintura en el suelo realizada vertiendo dos lineas de colores desde un recinto hasta el otro. Si el espectador sigue estas dos líneas, no puede evitar convertirse también él en un Flâneur activo, en este caso incitado por el artista. La pieza tiene un efecto lúdico y a la vez reflexivo, ya que nos hace recrear el camino que siguió el artista para unir ambos museos. Esta pintura se relaciona estrechamente con otros trabajos de Alÿs, presentes en la segunda muestra, por ejemplo Don't Cross the Bridge Before You Get to the River (2008), obras que suceden en las brechas entre dos realidades, que es precisamente donde él argumenta que tiene lugar la "política poética".

En la postal que corresponde a "Paradoja practica #5", el artista escribió: "A veces soñamos viviendo y a veces vivimos soñando". Los espectadores son invitados a pertenecer temporalmente sueño del artista, para volver cada uno a su realidad, después de concluida la experiencia estética. Solo Alÿs continúa soñando después de que todos los demás despertamos.

Lorenzo Rocha

jueves, 16 de abril de 2015

PROYECTO SOCIAL

A diferencia de la medicina o del derecho, la arquitectura es una profesión elitista. A pesar de que la mayoría de los médicos y abogados tienen salarios altos en el sector privado, dichas profesiones están muy desarrolladas para ser capaces de atender al público de bajos recursos. Casi nadie, por pobre que sea, se queda sin la posibilidad de recibir atención médica, ni una defensa de sus derechos, aunque no tenga el dinero suficiente para pagar a un médico o a un abogado. Este servicio de seguridad social le corresponde al Estado, el cual  canaliza la ayuda mediante instituciones que cuentan con la participación de los profesionales más calificados en las materias que cubren.

¿Porqué entonces la gente de bajos recursos no tiene acceso a una vivienda digna? ¿Porqué no existen maneras de que la arquitectura de calidad llegue a todos los sectores sociales? En parte se debe seguramente a que los organismos gubernamentales que se ocupan de la vivienda y de los proyectos educativos, culturales y comunitarios, dejaron de lado a la arquitectura desde hace mucho tiempo. Todos recordamos las épocas en las que los conjuntos habitacionales los proyectaban los mejores arquitectos del país, como Mario Pani, Manuel González Rul, Héctor Velazquez y Teodoro González de León, entre muchos más. También las ecuelas públicas rurales solían estar sujetas a normas de construcción que fueron cuidadosamente ideadas por arquitectos de la talla de Juan O'Gorman y Perdo Ramírez Vázquez.

En parte el Estado mexicano ha declinado en su impulso de proyectos públicos, pero también el gremio de los arquitectos se ha apartado del ámbito social, interesándose cada vez más en proyectos públicos o privados espectaculares, que les procuren fama y les permitan forjarse una imagen y proyección internacional. Hoy en día los proyectos arquitectónicos de índole social, se encuentran casi exclusivamente gestionados por organizaciones no gubernamentales.

Los proyectos en comunidades indígenas que viven en áreas de dificil acceso, se realizan gracias al apoyo de fundaciones religiosas o mediante los programas de cooperación internacional. Con donativos privados, se consiguen construir escuelas, casas y clínicas en los sitios más remotos de la geografía nacional. Lamentablemente muy pocos arquitectos mexicanos se interesan en este sector y están dispuestos a sacrificar su notoriedad para beneficiar a grupos de bajos recursos económicos. Uno de los pocos arquitectos que lo han hecho es sin duda Óscar Hagerman, quien opina que es más importante el proyecto social de un edificio, que su proyecto arquitectónico, o más bien que ambos deben fusionarse para cumplir cabalmente con su misión.

Lorenzo Rocha

jueves, 9 de abril de 2015

REVERSIBLE

Cuando los ecologistas se refieren al impacto que han tenido las ciudades sobre los ecosistemas donde se han asentado, suelen analizar el daño ecológico desde dos puntos de vista: el cambio que las construcciones provocan al terreno y la desaparición del hábitat donde se desarrollaban las especies de plantas y animales, desplazadas por las edificaciones y los pavimentos.
Es interesante considerar la magnitud de los efectos de la acción humana sobre la naturaleza, ya que nuestra capacidad para alterar grandes extensiones de tierra es mayor a la que muchos de nosotros creemos. Por ejemplo, la capa de hielo que antes cubría el 80% de la superficie de Groenlandia, se ha ido reduciendo dramáticamente debido al calentamiento global. También el lago Baikal en Siberia, el más profundo y uno de los más extensos del mundo, ha disminuido su extensión por efecto de las poblaciones cercanas, las cuales han vertido sus residuos al lago durante las últimas décadas, dando lugar a una plaga de algas verdes que amenazan con acabar con las especies de su flora y fauna acuática.
Ambos ejemplos fueron citados por la socióloga Saskia Sassen, en su reciente conferencia en la ciudad de México, ella hizo hincapié en que desastes ecológicos como estos no han sucedido fortuitamente, sino que el ser humano los ha provocado, ¨no han sido accidentes, nosotros hemos hecho esto¨, recalcaba enfáticamente la socióloga.
Para tomar consciencia del impacto humano sobre el planeta Tierra, no basta con conocer los problemas para culpabilizarnos al respecto, también hay que preguntarse: ¿Cómo pueden prevenirse futuros daños ecológicos? ¿El impacto de la urbanización es reversible?
Sin duda todas las acciones humanas sobre el medio ambiente son reversibles, especialmente la urbanización. El problema es que el restablecimiento del equilibrio ecológico tomará demasiado tiempo para que nuestra civilización alcance a percibirlo. Por otra parte, el daño al medio ambiente es tan grande que nuestras sociedades consideran inútil modificar el sistema económico y social que las sostiene, a favor de la preservación de las demás especies vivas. Para revertir el proceso de urbanización, las emisiones de gas carbónico a la atmósfera, la devastación territorial de la industria minera y otros fenómenos de alto impacto medioambiental, el sistema económico actual debería cambiar radicalmente, algo que se antoja casi imposible, dado el crecimiento tan acelerado de la población urbana global.
Los analistas de la economía urbana, la cual ya traspasó el umbral de la mayoría de la población mundial, ven al fenómeno de la urbanización como una oportunidad de desarrollo económico lineal ascendente y desde luego no lo enfocan como un problema ecológico.

La naturaleza tiene la capacidad de reconquistar su terreno ante la acción humana con relativa velocidad. Las ciudades y los edificios modernos, requieren de mantenimiento constante, para protegerlos de los elementos naturales que los erosionan. Basta dejar abandonada una casa por unos cuantos años, para darse cuenta cómo la lluvia, el sol y el viento son capaces de derruirla y el modo en que las plantas y los animales se apoderan rápidamente de ella transformando los espacios domésticos en su nuevo hábitat.
Lorenzo Rocha

sábado, 4 de abril de 2015

MIGRACIONES

La ciudad de México ha recibido a cientos de miles de personas extranjeras que por razones políticas o económicas han debido dejar sus países. Desde hace más de cien años, migrantes de países como Líbano, Japón, España, China, Alemania, Estados Unidos, Argentina, Corea, Uruguay, Polonia y Chile, entre otros, han hecho de nuestra ciudad su morada definitiva y por consiguiente han enriquecido nuestra cultura y nos han acercado a la condición de metrópolis cosmopolita.

Las manifestaciones culturales en las que han participado los migrantes han sido muy diversas y se relacionan con sus propias identidades e idiosincracias. Se puede notar que en la historia reciente de las humanidades en nuestro país han tenido notable influencia las aportaciones de personalidades intelectuales en el exilio, lo cual ha propiciado el relevante nivel educativo y de investigación de nuestras instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Centro de Investigaciones y Docencia Económicas y el Colegio de México. También la investigación científica y el desarrollo tecnológico en nacional han gozado del beneficio de personajes importantes que han llegado de otros países.

Otros campos de la cultura nacional, tan variados como el cine, el arte y la gastronomía, han evolucionado de la mano con las migraciones. Por supuesto la arquitectura también ha sido un campo donde ha sido indudable la influencia de talentos extranjeros.

Algunos de los arquitectos extranjeros más destacados que realizaron casi toda su obra en nuestro país, se cuentan entre los grandes maestros del modernismo y su importacia es tan grande a nivel nacional, como lo ha sido en el mundo entero. El primero de ellos es Félix Candela, nacido en Madrid, España en 1910 y fallecido en Estados Unidos en 1997. La arquitectura moderna mexicana seguramente no hubiera sido la misma sin las brillantes estructuras paraboloides de Candela, además sus colaboraciones con otros arquitectos mexicanos como Enrique de la Mora, Manuel Larrosa y Mario Pani, dejaron una estela de grandes obras como el Palacio de los Depotres, la Iglesia de la Medalla Milagrosa y otras más que han marcado la historia de nuestra ciudad.

Sin duda Vladimir Kaspé es otro arquitecto migrante que dejó una huella indeleble en nuestro paisaje urbano. Kaspé nació en Harbin, China en 1910 cuando este territorio estaba dominado por Rusia, emigró a París donde estudió arquitectura y en 1942 se asiló en México, donde falleció en 1996. La obra funcionalista de Kaspé es un ejemplo de coherencia y de integración plástica. Aunque algunos de sus edificios han sido demolidos, como el Super-servicio Lomas, aún se pueden apreciar importantes obras como los Laboratorios Roussel y el Liceo Franco Mexicano.

Lorenzo Rocha

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