jueves, 22 de diciembre de 2016

ESCUELA DE ARQUITECTURA

La Escuela de Arquitectura de Nantes, fue realizada por los arquitectos franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal de 2003 a 2009. En este edifcio, los arquitectos ejercitan plenamente su idea de libertad estructural. 
El cuerpo principal de la escuela se compone de una estructura de tres niveles con alturas, claros y capacidades de carga superiores a todas las normas vigentes, para aprovechar al máximo el potencial de construcción del terreno. El área construida del edificio ha duplicado los requerimientos de espacio que imponía el programa académico de la escuela, creando una gran extensión de espacios polivalentes, terrazas con vistas espetaculares al rio Loira y una azotea que se asemeja a una plaza pública elevada sobre el paisaje urbano. Los servicios administrativos y los departamentos de investigación de la escuela, se alojan en un edificio adyacente frente al rio, que se conecta al cuerpo principal mediante un puente al nivel de la primera planta. 
La estructura principal merece una descripción y análisis especial. Se trata de una estructura reticular, compuesta por columnas colocadas a una distancia de 12 metros entre cada una, unidas por trabes pretensadas. Los pisos han sido construidos con losas alveolares aligeradas, que soportan una tonelada de peso por metro cuadrado, por lo cual podrían construirse escaleras, aulas u otras dependencias directamente sobre ellas, casi como si se tratara del terreno nartural. La planta baja tiene una altura de 9 metros sobre rasante con vocación natural para actividades públicas. Las plantas segunda y tercera tienen una altura de 7 metros de entrepiso respectivamente, lo cual da flexibilidad absoluta al programa. Las tres plantas se conectan mediante una rampa que sube con una pendiente muy suave a todo lo largo de la fachada principal. Dentro de la estructura principal, se aloja una estructura secundaria, que ocupa la mitad de su área total, la cual divide y compartimenta la altura para alojar las funciones docentes y culturales de la escuela. La otra mitad de la superficie de cada planta, se compone de dobles y triples alturas que permiten la utilización libre del espacio para las actividades, ejercicios e iniciativas de estudiantes y docentes. Dichos espacios polivalentes cuentan con grandes ventanales corredizos que dan acceso a las terrazas y conectan visualmente a la escuela con el resto de la ciudad.
Respecto a su propio proyecto los arquitectos opinan: "En la Escuela de Arquitectura de Nantes nos inspiramos en la imagen de un hangar gigantesco, como las grandes naves industriales de Alstom que hay cerca de allí, e instalamos el proyecto en el interior. Esta actitud desdibuja la relación del proyecto con el tiempo." Con ello los arquitectos han creado la ilusión de que la escuela se instaló dentro de una estructura industrial prexistente, lo cual es una ficción ya que ellos crearon las condiciones de dicha "prexistencia".
Lorenzo Rocha

jueves, 15 de diciembre de 2016

FENOMENOLOGÍA DEL LENGUAJE

La arquitectura tiene indudablemente un lenguaje propio, como tadas las artes, el cual transmite las ideas de su autor a los habitantes y visitantes de los espacios que produce. Dicho lenguaje, que no es verbal, comunica voluntaria e involuntariamente los estados de ánimo, las sensaciones y las emociones del arquitecto hacia el resto de las personas.  
El estudio fenomenológico del lenguaje, contribuye a distinguir correctamente entre el lenguaje propio de la arquitectura, que se expresa en la forma construida, del lenguaje discursivo mediante el cual el arquiecto expresa sus intenciones y consideraciones críticas respecto de los espacios que construye. Algunos estudios culturales, recientemente admiten al arte y la arquitectura como medios de expresión poética, que establecen canales de comunicación a distintos niveles perceptivos y cognitivos. 
El principal portavoz de dichas teorías fenomenológicas aplicadas al lenguaje arquitectónico es sin duda el célebre teórico mexicano de la arquitectura, Alberto Pérez-Gómez, quien en su más reciente libro, publicado este año: "Attunement, Architectural Meaning after the Crisis of Modern Science"fundamenta algunos de sus estudios en textos tanto de Octavio Paz ("El arco y la lira", escrito en 1956), como de Maurice Merleau-Ponty ("Fenomenología de la percepción", de 1945). 
Respecto a la pertinencia de la aplicación de la fenomenología del lenguaje a la obra arquitectónica, entendida como un lenguaje de signos, Pérez-Gómez concluye: "El significado de la arquitectura —de un edificio, un jardín o cualquier artefacto efímero que sirva como encaudramiento para los actos humanos— se entiende del mejor modo como una forma gestual del lenguaje". Las figuras presentes en las formas construidas, se comunican directamente con las personas. Cuando vemos una puerta, inmediatamente pensamos en la entrada de la casa, cuando vemos una cúpula, automáticamente reconocemos una iglesia. Estas expresiones simples se van afinando y haciendo cada vez más complejas a medida de la densidad conceptual que cada proyecto va planteando.
El autor refuerza su argumento tomando de Paul Ricoeur, parte importante de la hermenéutica de la figuras poéticas aplicadas a la arquitectura: la prefiguración, la configuración y la refiguración. En el caso de la arquitectura, asimilando su experiencia a la lectura de un texto, la prefiguración se encuentra en todas las condiciones contextuales que anteceden a la obra, como la naturaleza y la ciudad, la configuración se refiere al diseño del ambiente físico construido como resultado del proyecto y la refiguración en arquitectura sería la experiencia del espacio por parte de quien lo habita y recibe el mensaje emitido por el arquitecto.
Lorenzo Rocha

jueves, 8 de diciembre de 2016

EDIFICIOS ALTOS

El Paseo de la Reforma se está convirtiendo rápidamente en un corredor urbano poblado en su mayoría de edificios altos, lo cual hará inviables a las construcciones bajas que predominan en la actualidad. Durante los últimos cinco años, se han terminado de construir tres edificios que tienen entre 40 y 50 pisos, en el próximo lustro serán un total de diez. Cuatro de estos diez inmuebles se concentran en un lugar específico: el cruce entre el Circuito interior y Reforma. Allí se construyó en 2003 la Torre Mayor, que ocupó el primer lugar de altura en México durante 13 años, pero desde este año fue rodeada por otros tres rascacielos más altos: La Torre BBVA, la Torre Reforma y Chapultepec Uno, que se concluirá el año próximo.
Para los arquitectos que se dedican al diseño de edificios altos, como Richard Rogers, la elección del lugar idóneo es crucial para su diseño. El arquitecto inglés es coautor junto con Víctor Legorreta del proyecto para la Torre BBVA, él opina que el sitio donde se construyó es fantástico por no ser un gueto de oficinas, sino una zona vibrante de usos mixtos, Legorreta opina que el sitio funciona como una puerta hacia el Paseo de la Reforma.
¿Porqué en todas las ciudades los edificios altos tienden a agruparse? Las razones dependen del contexto de cada ciudad. Por ejemplo en Manhattan, los edificios altos están concentrados en dos zonas: el extremo sur de la isla y su parte media. En el caso de Nueva York, esas dos zonas son las más propicias para la construcción en altura, ya que la capa de roca de mayor dureza, el esquisto, se encuentra más cerca de la superficie, lo cual economiza la construcción al no requerirse de excavaciones profundas. Otra razón, aplicable también al caso de México, es la escasez del suelo urbano edificable, lo cual impulsa a los promotores inmobiliarios a buscar soluciones en altura para obtener el mayor provecho del terreno disponible.
El tercer motivo para la agrupación de los rascacielos, es la economía de los costos de operación, que resulta del aprovechamiento de la infraestructura instalada, como drenaje, agua, electricidad, vialidad y transporte.
En ese sentido el propio Rogers critica una característica de la torre que él mismo construyó: “En la ciudad de México, hemos incluido 2,900 espacios en el estacionamiento del BBVA, en Londres terminamos en 2014 el edificio Leadenhall que tiene solamente 15 plazas de estacionamiento.” Las ordenanzas de Londres prohiben incluir estacionamientos en los edificios, más allá de los mínimos requeridos para discapacitados, mientras que en México la normativa obliga a construir gran cantidad de espacios para coches, alentando a las personas a desplazarse en medios privados de transporte.
En la zona de Reforma y el circuito interior, las infraestructuras viales y de transporte público no han crecido al mismo ritmo que la construcción de edificios altos, lo cual seguramente provocará problemas graves de movilidad a corto plazo.

Es muy importante que el sector inmobiliario actúe con mayor responsabilidad y se involucre más profundamente con la planificación urbana, de no hacerlo, seguirá sembrando focos para futuros conflictos urbanos, que harán que la contaminación, el tráfico y el estrés de los ciudadanos, termine con la fuente de riqueza y desarrollo que lo han motivado a emprender estas monumentales construcciones.
Lorenzo Rocha

jueves, 1 de diciembre de 2016

POÉTICA DE LA ARQUITECTURA

La poesía es gratuita, son palabras que flotan en el aire, tan ligeras como éste. Hay poemas oscuros, melosos, graciosos, sublimes, pero todos son suaves e inmateriales. "Retórica. Cantan los pájaros, cantan sin saber lo que cantan: todo su entendimiento es su garganta." Escribió Octavio Paz, en un texto que vuela, que hace al papel tan ligero como el aire, para que lo podamos respirar.
Pero la poética es algo mucho más denso, ya que no es poesía, sino otra cosa que participa de la cualidades de la idealidad, espiritualidad y belleza de la poesía. La poética del espacio, tal como la desarrolla el filósofo francés Gastón Bachelard, con su personalísima forma dialéctica fenomenológica, como el "estudio del fenómeno de la imagen poética", no se propone explicar ni describir el espacio arquitectónico, sino la poética de la arquitectura.
Sin embargo, la arquitectura como "arte de la externalidad", es la forma artística más material e inmueble (del Latín: Inmobilis, inmóvil) de todas, lo contario de la ligereza de la poesía y lo más concreto y objetivo que existe. Por ello, su manifestación poética no radica en el objeto, en el edificio, sino en su espacio interior y en la luz.
Quizá por esta razón la arquitectura que es capaz de provocar emociones, resulta tan sublime, porque el espectador está inmerso en ella, la habita, no la imagina. Y muy probablemente por el mismo motivo, la mala arquitectura resulta tan insoportable, porque es ineludible y permanente.
La mayoría de los arquitectos no se preocupan de la poética de sus obras, ni de su capacidad expresiva. Es comprensible, ya que las operaciones arquitectónicas son tan complejas y sus procesos son tan lentos y costosos, que a los arquitectos no se les presentan muchas oportunidades de cuestionarse el fondo de su trabajo. En la mayor parte de los casos funciona mejor desde el punto de vista comercial, que el arquitecto aborde el proyecto superficialmente y se apegue a los cánones de la moda y de las imágenes fácilmente comprensibles y vendibles. Pero el resultado, el objeto construido, inevitablemente desencadena mecanismos psicológicos que tienen un impacto en el paisaje urbano y en la vida cotidiana de sus habitantes. Podríamos llamar "poética casual" a estos efectos involuntarios de la arquitectura comercial en la estética urbana. Si no hacemos distinción entre arquitectura culta y ordinaria, podríamos comenzar a observar los nuevos edificios que aparecen todos los días en nuestra ciudad, como piezas que forman parte de un gran texto, que se presentaría, ante quien sepa leerlo, como una gran obra poética colectiva.
Lorenzo Rocha

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