jueves, 30 de octubre de 2014

ESPACIO SIN LÍMITES

En los últimos diez años, he notado un desgaste gradual pero consistente respecto a la noción general que tenemos acerca del futuro. La confianza en que el futuro será mejor que el presente está a punto de agotarse, esa energía que impulsó a la sociedad moderna se está quedando sin combustible. Ahora se habla más de la "nostalgia por el futuro", que representa la decepción por las promesas que la tecnología y el orden socialista no fueron capaces de cumplir. Hace 100 años se justificaban las obras de los gobiernos, argumentando que los cambios se hacían por el bien de la siguiente generación, hoy sufrimos las consecuencias de dichos cambios, la generación que nos precedió nos dejó como herencia: la energía atómica, el petróleo, el automóvil, el suburbio, el neoliberalismo, el capitalismo, la democracia partidista, elementos que se ponen cada día más en cuestionamiento.

Es muy difícil, además de inútil, ponernos seriamente a especular acerca del futuro, el presente es suficientemente complejo como para perder el tiempo soñando con lo que vendrá. La arquitecta y urbanista Diana Balmori, lo explica en términos llanos en una conversación con Marina Zurkow: "La nostalgia por el pasado y los sueños utópicos sobre el futuro nos impiden ver correctamente el presente". Sin embargo, es un lugar común en los simposios y discusiones actuales, preguntarse qué es lo que sigue y cuál es el futuro de la humanidad.

El urbanismo es uno de los campos del conocimiento que más fértil ha sido para la especulación futurista. Un ejemplo notable sin duda es el pabellón austriaco diseñado por Josef Hoffmann para la Exposición de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París en 1925. Dentro del pabellón se encontraba una instalación expositiva teatral concebida como experiencia espacial, que Hoffmann encargó a su vez al arquitecto Frederick Kiesler (1890-1965). Kiesler construyó City in Space como una visión de una ciudad flotante del futuro, sin más límites que su extensión en el espacio virtual. Acerca de su concepto espacial, el arquitecto austriaco escribió: "La división entre el campo y la ciudad será abolida [...] La ciudad del futuro flotará libremente en el espacio [...] Liberación del suelo, abolición de los ejes estáticos [...] No existirán muros ni cimientos, solamente un sistema de extensiones (tensiones) en el espacio libre".

Sin embargo, la configuración actual de un mundo donde las fronteras físicas tienen menor importancia que las regiones estratégicas globales, conectadas virtualmente gracias a la tecnología informática, es una realidad que ningún futurista del siglo pasado fue capaz de imaginar.

Lorenzo Rocha

jueves, 23 de octubre de 2014

FOTOGRAFO PERIODISTA

Hace unos días nos enteramos del fallecimiento de un gran fotografo, el suizo René Burri (Zurich, 1933). Los noticieros y principales diarios, reportan el triste suceso y recuerdan al autor de célebres retratos, entre ellos el de Ernesto "Che" Guevara, fotografiado por Burri en 1963 con su emblemático habano, mirando al horizonte en Santiago de Cuba. Otros personajes retratados por Burri son Alberto Giacometti, Le Corbusier, Luis Barragán, Maria Callas y por supuesto Pablo Picasso. Como miembro de la agencia Magnum, Burri cubrió infinidad de acontecimientos políticos por todo el orbe y sus imágenes se publicaron en los principales diarios y revistas de todo el mundo, Sus fotografías aparecieron en las  portadas de Life, Paris Match  y Stern, por mencionar solo algunas. Burri ftrabajó en Brasil, México, Francia, Estados Unidos, China, Cuba, Pakistán, Corea, Alemania, Argentina, Líbano, Irán, Japón, Kuwait, e infinidad de sitios más. Al respecto de sus viajes, comentaba: "La cámara ha sido siempre mi varita mágica, me ha dado el acceso ilimitado a los lugares donde puedo comenzar nuevas experimentaciones".

A pesar de que él mismo no se consideraba especialista en fotografiar arquitectura, René Burri, hizo retratos importantes de Walter Gropius, Le Corbusier, Tadao Ando y Luis Barragán y también fotografió sus obras. En los años sesenta, el editor John Ansley de la revista del periódico inglés Daily Telegraph, encargó a Burri fotografiar casas modernas por todo el mundo. Al llegar a la ciudad de México, el fotógrafo recuerda: "Cuando el taxi me dejó frente a la casa de Barragán, pensé que estaba en el lugar equivocado, todas las puertas eran iguales [...] una vez que entré en la casa y el jardín, fue una experiencia mágica. Me recordó al jardín encantado descrito por H.G. Wells en su cuento 'La puerta en el muro'". Barragán y Burri mantuvieron una gran amistad durante los siguientes 20 años. Los retratos de Barragán tomados por Burri en la primera ocasión, continúan siendo utilizados hasta la fecha, ya que la captación psicológica del arquitecto pocas veces fue superada. También algunas fotografías de su obra, como el patio de la Cuadra San Cristobal, contribuyeron a la difusión del trabajo de Barragán, que fue proyectado con un énfasis visual incomparable con ningún otro modernista mexicano de la época.

La fotografía de Burri pertenece al género del fotoperiodismo, es sin duda uno de sus máximos exponentes. Cuando fotografió arquitectura, se nota que en ningún momento pretendió que sus imágenes sustituyeran a la experiencia física de las obras, sus fotografías son contribuciones visuales a la percepción del espacio, que se sirven de éste para crear una forma distinta de belleza visual.

Lorenzo Rocha

jueves, 16 de octubre de 2014

ESTUDIOS DE ARQUITECTURA

Si hacemos una revisión a nivel superficial de algunos estudios importantes de arquitectos contemporáneos, nos daremos cuenta que la calidad de sus proyectos no depende del tamaño de sus oficinas. Hay estudios que tienen la dimensión de corporaciones multinacionales de profesionistas, con expertos y consultores en todos los campos de la ingeniería, además de los arquitectos y sus socios. Entre ellos destacan SOM (Skidmore, Owings y Merrill), firma estadunidense que emplea a más de mil personas y tiene oficinas en todos los continentes. Sin duda destaca Foster & Partners con varios cientos de empleados repartidos entre su sede de Londres y sus filiales en todo el mundo. También OMA (Office for Metropolitan Architecture), la oficina de Rem Koolhaas cuya sede central está en Rotterdam, cuenta con sedes en cinco ciudades más: Nueva York, Pekín, Hong Kong y Doha. La oficina de Jean Nouvel en París se compone de 120 personas y ha instalado sedes alternas fuera de Francia, en los lugares donde ha llevado a cabo proyectos, como en Madrid y Nueva York.

Por otra parte, muchos estudios de arquitectura no han crecido mucho, a pesar de que las obras que han producido son de importancia similar a los anteriormente mencionados. Tal es el caso de Peter Zumthor, Alvaro Siza, Tadao Ando, Paulo Mendes da Rocha, Glen Murcutt, Kazuyo Sejima y otros más, quienes han recibido el Premio Pritzker, (la distinción internacional más importante para un arquitecto). Sin embargo, por circunstancias que desconozco, o quizá por elección propia, mantienen sus oficinas en una dimensión reducida. ¿Será que estos últimos arquitectos prefieren seguir de cerca el desarrollo de cada uno de sus proyectos? ¿La dimensión de una oficina se refleja directamente en los proyectos que elabora?

Sería demasiado aventurado decir que existe una relación entre la calidad de las obras y el numero de personas que trabaja en ellas, o el modo de organización que cada oficina utiliza. Intuyo que el crecimiento de un estudio de arquitectura responde más a decisiones de índole financiero, que por una decisión directa de su socio principal. Los estudios de arquitectura que han crecido exponencialmente, lo han hecho porque se han convertido en marcas registradas, que tienen un valor simbólico para sus clientes potenciales. También es probable que muchos de estos se hayan fusionado con sus provedores de servicios de ingeniería y ofrezcan soluciones integrales a quienes los contratan, desde estudios preliminares hasta el desarrollo ejecutivo del proyecto hasta su último detalle, además de la gerencia del proyecto. Me parece que la visión del arquitecto como hombre del Renacimiento, como experto en todo, está despareciendo gradualmente.

Lorenzo Rocha

jueves, 9 de octubre de 2014

IMAGEN URBANA

Aunque parezca un factor superficial, la imagen exterior de la ciudad, refleja gran parte de la mentalidad y los conflictos que se esconden detrás de las fachadas. En los casi 20 años en los que he vivido en la colonia Polanco, he presenciado y sufrido las consecuencias de la falta de cultura cívica y condominial de muchos de mis vecinos, habitantes y moradores de la zona. La cultura cívica implica todas las acciones que contribuyan a la convivencia sana, que se fundamenta en el respeto, la tolerancia, la corresponsabilidad, la solidaridad y la aceptación mutua, características que carece en su mayoría la población de mi colonia y la mayor parte de los habitantes de la ciudad de México.

En estos años me he convetido en un nostáligico admirador de las imágenes de esta colonia en los años cuarenta, cuando fue fundada. Los promotores inmobiliarios de aquella época, los señores Basurto y de la Lama, dotaron a la colonia con amplios parques y camellones diseñados por Enrique Aragón Echegaray y con un teatro al aire libre del arquitecto Francisco Lazo, algo impensable en el urbanismo que se ejerce actualmente.

El arquitecto Francisco Serrano, quien construyó gran parte de los primeros edificios de apartamentos en la zona, promulgaba valores de comunidad y convivencia civil dentro de sus diseños. Entre estos, destaca sin duda el Pasaje Polanco, un proyecto mixto de vivienda, comercio y espacio público, edificado en 1939. La fachada de este edificio hacia la avenida Mazaryk, llevaba al menos 20 años cubierta con toda suerte de toldos, marquesinas y letreros comerciales, que hacían imposible disfrutarla y mostraban una pésima imagen urbana. Recientemente fueron retirados todos estos adefesios y se descubrió por primera vez en décadas una muy agradable y limpia fachada. Espero que se mantenga así y que sus propietarios la defiendan.

La desinformación de los condóminos respecto a sus derechos, aunada a la prepotencia de los comerciantes y a la corrupción en la administración pública, dejan en situación muy vulnerable a nuestro patrimonio cultural inmueble. La Ley de Propiedad en Condominio del Distrito Federal, prohibe expresamente en su artículo 21, sección V, a los condóminos, inquilinos, poseedores y en general a toda persona: "Decorar, pintar o realizar obras que modifiquen la fachada o las paredes exteriores del inmueble, desentonando con el condominio o que contravengan lo establecido y aprobado por la Asamblea General". Esto significa que los comerciantes no pueden colocar dichos elementos, sin la aprobación expresa de los demás condóminos, aunque la Delegación Miguel Hidalgo les autorice utilizar la vía pública para sus actividades comerciales.

Lorenzo Rocha

jueves, 2 de octubre de 2014

FAMA/FORTUNA

Supongamos el caso de un arquitecto, el cual se ha desarrollado profesionalmente hasta el punto en el que no le faltan clientes y vive de manera holgada. Es una suposición bastante remota para los tiempos que corren, en los que hay muy poco trabajo para los arquitectos y siguen egresando de las universidades de forma cada vez más numerosa. Estos casos son muy escasos pero vale la pena reflexionar acerca de la decisión que dicho hipotético arquitecto está en posición de tomar entre la fama o la fortuna. Si dicho arquitecto está más interesado en el dinero que en el reconocimiento público, lo que más le conviene es ser indulgente con todos los deseos de sus clientes y buscar siempre el máximo provecho y beneficio de las condiciones económicas del proyecto para así obtener un mayor porcentaje para sí mismo. Si por el contrario, el arquitecto busca la fama, debe intentar cuestionar, experimentar y mejorar en cada proyecto que realiza, muchas veces sacrificando la relación cordial con sus clientes y no siempre poniendo la eficiencia como primera prioridad, lo cual seguramente resultaría en un menor beneficio económico para él. Es evidente que en la realidad, fama y fortuna nunca llegan de modo aislado o no llegan del todo. Ambas existen en distintos grados según cada profesional y también van y vuelven de manera cíclica. Pero como hipótesis es más práctico tratarlas por separado y de modo a veces absoluto.

Estos dos arquitectos hipotéticos se parecen en cierta medida a Peter Keating y Howard Roark, los dos personajes principales de la novela de Ayn Rand "El manantial". Ambos jóvenes se conocen en la universidad, Howard es el idealista y Peter el pragmático. Antes de graduarse, Howard va a Nueva York y comienza a trabajar con un arquitecto talentoso pero sin éxito. Poco después de graduarse llega a la ciudad Peter, quien se alista en la firma más prestigiosa del momento y comienza a ganar buen dienro, complaciendo las excentricidades de todos sus clientes. La trama continúa en distintas direcciones, Howard cae en desgracia pero al final se redime y su último proyecto es un edificio que encarna la grandeza humana.

Aunque la historia suene muy romántica y atractiva, hoy en día estos casos se dan solamente en la ficción literaria. El arquitecto más famoso que aun vive, Lord Norman Foster probabelmente también sea el más rico del mundo. Su carrera se ha caracterizado por las relaciones públicas exitosas y a la vez también ha sido un innovador en el campo del diseño estructural de alta tecnología. Es el Roark y el Keating de la novela, unificados en una sola persona.

Lorenzo Rocha

Buscar este blog

Seguidores

Archivo del blog

Contribuyentes