jueves, 25 de abril de 2024

ANACRONISMO

El célebre teórico inglés Kenneth Frampton ha declarado en distintas ocasiones que la palabra arquitectura es un anacronismo, que es una profesión obsoleta, pero que esa es precisamente su virtud. Georges Didi-Huberman elogia al anacronismo como un terreno fértil y necesario para la reflexión sobre el pasado.

Dimitris Pikionis realizó en 1958 un parque en la colina Filopapo, a un costado de la Acrópolis de Atenas, un diseño de pavimento compuesto por escombros de piedra y ladrillo, que además de dar la impresión de una ruina, sirve como elemento organizador del espacio que circunda al monumento, resultado especialmente estimulante para el caminante de la colina.
Dentro del panorama actual de la educación universitaria, enfrentamos algunos dilemas. A lo largo de las últimas décadas, la participación de arquitectos en procesos de construcción se ha reducido en un 90%, el lugar lo han ido ocupando diversos profesionales entrenados en otros campos e incluso los habitantes que construyen su propia vivienda. 
Con el desarrollo de herramientas informáticas asistidas por inteligencia artificial, esta tendencia seguramente aumentará. En este contexto, ¿qué deben hacer las escuelas de arquitectura? Algunas de ellas han optado por eliminar la palabra “arquitectura”, por ejemplo, la Universidad de Berkeley renombró su escuela como: Colegio de diseño ambiental, en el que la arquitectura es solo un departamento. La Academia de Diseño de Eindhoven incluye ambientes construidos en sus talleres y clases teóricas, pero no los llama “arquitectura”. En tercer lugar Harvard unificó al diseño gráfico, con el diseño industrial y arquitectónico en su Escuela de posgrado en diseño (GSD, por sus siglas en inglés).
Pensamos que son solo nombres, pero estos cambios reflejan intentos de lidiar con una crisis que existe desde hace cuatro décadas por el choque que el movimiento moderno tuvo con las academias de bellas artes, de las cuales se extrajo a la arquitectura, para integrarla parcialmente a la ingeniería civil, dejando a la educación teórica y al entrenamiento artístico como un meros accesorios.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 18 de abril de 2024

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Esta semana el teórico de la arquitectura inglés Neil Leach visitó la Facultad de arquitectura de la UNAM, durante su conferencia habló de algunos de los argumentos que componen su libro Architecture in the Age of Artificial Intelligence, (Bloomsbury, 2022)

Algunos expertos en inteligencia artificial como Geoffrey Hinton, profesor emérito de la Universidad de Toronto, han hablado del final de la evolución humana y el advenimiento de las máquinas, que son formas “alienígenas”, no-humanas y con una inteligencia superior. Algo como lo que Stanley Kubrick y Arthur  C. Clarke predijeron desde 1968 en la película 2001: Odisea en el espacio, en aquel clásico filme esta forma de inteligencia estaba representada por un monolito, un paralelepípedo rectángulo.
Hasta ahora, a pesar de su acelerado desarrollo, la IA es tan solo una herramienta que no ha satisfecho las expectativa de sus creadores en los años cincuenta como John Mc Carthy. Como cualquier herramienta, la IA depende de la voluntad de su usuario, sin embargo, su potencial es demasiado grande para ignorarlo. La estructura de la IA es similar, aunque no exactamente igual a la sinapsis del cerebro humano, sobre todo su velocidad de aprendizaje. Lo que resulta sorprendente es que hoy en día ya cuenta con ciertas “capacidades emergentes”, las cuales no corresponden estrictamente al material con el que se le alimenta, podríamos llamarlas “asociaciones libres de ideas”.
Las herramientas de IA han aprendido a diseñar, independientemente de que carecen de emociones y de maneras críticas de pensamiento. Desde luego, el desarrollo de la IA invita a replantear la profesión arquitectónica, lo cual es algo necesario no solo por la aparición de esta técnica.
No cabe duda que hasta ahora, la IA es absolutamente pragmática, paro seguramente muy pronto adquirirá capacidad de juicio e iniciativa para pensar y tomar decisiones independientemente de sus usuarios. En lugar de temerle, deberíamos incorporarla a nuestra vida diaria, como hemos hecho en el pasado con todos los demás avances tecnológicos a nuestra disposición.

 

jueves, 11 de abril de 2024

EFECTOS ESPECIALES

¿Cómo es posible que la luna tape al sol si es 400 veces menor en diámetro? La respuesta es que está 400 veces más cerca de la tierra que el sol.

El eclipse de esta semana fue todo un acontecimiento, en la ciudad de México se observó solo parcialmente, a un porcentaje del 25% de su luminosidad total, pero sin duda la luz tamizada del sol creó un efecto estético muy peculiar, como un ocaso artificial.
El campus central de la UNAM se llenó de gente, casi 15 mil personas acudieron a un evento que debe haber sido muy especial. A pesar de ser lunes, hubo música toda la mañana y la gente acampó en la hierba como si hubiera sido domingo.
Diariamente presenciamos fenómenos astronómicos que nos recuerdan donde estamos y lo pequeño que somos. La rotación propia de la tierra cada 24 horas y su traslación alrededor del sol cada 365 días son hechos en los que casi no reparamos, pero sin duda son igualmente sorprendentes que un eclipse.
Podríamos decir que un eclipse es un “efecto especial” dentro de la astronomía. Nos recuerda que alrededor de nuestro planeta azul gira una roca fría, pequeña y gris que a veces se alinea entre nosotros y otra roca incandescente mucho más grande que ella (una bomba atómica gigante) que está a 150 millones de kilómetros de aquí. Para quienes no somos expertos ni científicos, estos datos son sorprendentes e incluso hay quien los percibe como mitos, o que simplemente no cree en ellos y los ha sustituido por “otros mitos”, como que la tierra es plana o que el sol es el que gira alrededor de ella.
Personalmente, la experiencia diaria del día y la noche, así como los eclipses y otras anomalías de la astronomía, son experiencias estéticas, no necesariamente por su belleza, sino por el conocimiento que adquirimos mediante la experiencia sensible del universo en el que habitamos.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 4 de abril de 2024

ESTETICISTAS

Hace algunas semanas hubo una polémica en la prensa, específicamente un artículo escrito por Alejandra Crail en el diario El Universal el 14 de enero de 2024, titulado: “Obras de Sedatu, estéticas pero disfuncionales”.

El Programa de Mejoramiento Urbano, encabezado por la Sedatu, ha construido equipamiento urbano en comunidades desfavorecidas por todo el territorio desde 2018. Sin embargo, en algunos casos como el Centro comunitario en la colonia Revolución en la periferia de Jalapa, Veracruz, los proyectos han presentado defectos desde su diseño hasta su ejecución. Al parecer esta queja de los usuarios no es la única, pues alguno otros equipamientos en otras ciudades han presentado defectos importantes que impiden su uso eficiente y buen mantenimiento. Aparentemente muchos proyectos se realizaron sin que los equipos de diseño conocieran los sitios y por lo tanto, las soluciones arquitectónicas no fueron las más adecuadas.
Algunas de las críticas mencionan que las obras han recibido premios internacionales por su aspecto exterior, pero su desempeño respecto al sitio y su resistencia a las inclemencias del clima han sido inferiores a lo aceptable. El dilema planteado implica un conflicto entre los intereses particulares de los profesionistas y el beneficio a las comunidades, como si la belleza y el cumplimiento de los propósitos de las obras fueran incompatibles.
Hoy en día la paradoja de los arquitectos esteticistas, que se interesan más por las imágenes de sus proyectos que por la satisfacción de las necesidades de los usuarios, han deteriorado la credibilidad que la profesión necesita para ser percibida como útil a la sociedad. Es un asunto que es necesario atender desde los colegios, asociaciones y academias. Los proyectos hechos con premura y sin el compromiso de su durabilidad solo dañan al público, al gobierno y en última instancia a sus diseñadores.
Iniciativas tan generosas como el PMU se ven parcialmente desvirtuadas por los casos en los que la velocidad de ejecución y la falta de control de calidad resultan contraproducentes para los proyectos.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 28 de marzo de 2024

RENTABILIDAD

Friedrich Engels escribió en 1843 sus “Apuntes para una crítica de la economía política”, un texto que explica como los excedentes de la economía capitalista de aquella época tendían cada vez más a la creación de una escasez programada, en cuanto al suelo apuntó: “La rentabilidad del suelo está en incremento infinito mediante la aplicación de capital, trabajo y ciencia.”
Dentro de la economía política, existen dos conceptos que frecuentemente se interpretan como opuestos pero que en realidad no lo son. Se trata de la renta del suelo y la reproducción del espacio social. Es importante señalar que tampoco son sinónimos, diríamos más bien que se trata de factores que pertenecen a los mecanismos de producción del capitalismo. La rentabilidad del suelo se relaciona directamente con la escasez del mismo, ya sea para cultivo o para ser ocupador viviendas. Muchas veces esta escasez es provocada por la especulación que los terratenientes impulsan, dejando ociosos grandes solares para obtener mayor rentabilidad a mediano plazo. El estado intenta contrarrestar la especulación mediante los impuestos sobre bienes inmuebles, sin embargo, éstos nunca son suficientes.
Por otra parte está el suelo ocupado por actividades sociales y políticas de los habitantes, lo cual propicia la reproducción del espacio social, los espacios desocupados no producen dicho tipo de espacio, por lo tanto, dicha ocupación del suelo lo introduce en el sistema económico sin el cual no es posible su reproducción social. Por todo esto, la rentabilidad económico y los lazos sociales que se establecen en los espacios ocupados por las personas están ligados el uno al otro de manera indisociable. El hecho de que los actividades tendientes al refuerzo de los lazos sociales, no posean aparentemente un “valor comercial”, requieren de espacio para desarrollarse y estos si lo tienen, así que la producción del espacio social también está sujeta a las leyes de la oferta y la demanda.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 21 de marzo de 2024

CIUDAD COMO PRODUCTO

Las relaciones entre el espectáculo y los poderes políticos y económicos han sido una preocupación de los filósofos del siglo XX. En particular el francés Guy Debord quien escribió un célebre libro en 1967 titulado “La sociedad del espectáculo”, el cual más tarde completó con “Comentarios a la sociedad del espectáculo”, en 1988.
Existen dos formas de entender a la ciudad como producto. La primera, dentro de su concepción marxista, plantea a la ciudad como un producto social e histórico en relación con los medios de producción del capitalismo. Autores como Henri Lefebvre, David Harvey y muchos más retoman esta concepción en sus trabajos, en los cuales analizan la producción social del espacio urbano. La segunda forma de ciudad como producto es aquella relacionada con la mercadotecnia urbana, en la cual muchas ciudades por todo el mundo han utilizado técnicas comerciales para atraer inversiones. Estas ciudades han creado sus lemas y se han apoyado en la arquitectura y en el urbanismo para alcanzar sus objetivos económicos y políticos. Desde hace casi cuatro décadas, se ha impulsado una arquitectura y urbanismo que se apoya en los valores del espectáculo, en los términos descritos por Debord en 1967. En realidad ambas son una sola, simplemente se diferencian por que pertenecen a dos etapas distintas de la evolución del capitalismo.
En la concepción actual de la ciudad es imposible eludir la idea de consumo, incluso se habla del modo como los habitantes ‘consumimos’ el espacio público, la innovación está ligada directamente con el capital político, lo cual nos deja entre solo dos opciones: ser consumidores o votantes. En este sentido no cabe duda que el interés social total ha sido pervertido por la mercadotecnia.
Hoy en día el famosos ‘Efecto Guggenheim’ ha ido mucho más lejos que la promoción de una ciudad mediante un edificio singular, ahora hay ciudades enteras que se construyen como parques temáticos, uno de los casos más extremos es Asjabad, la capital de Turkmenistán, que realmente parece un centro comercial de grandes dimensiones.
Lorenzo Rocha
 

jueves, 14 de marzo de 2024

PROYECTO ÉTICO

En una revisión de publicaciones en las que he escrito, he releído la introducción al número 119 de la revista italiana Lotus International del verano de 2003, en la que escribí un ensayo sobre la Casa de Rudolf M. Schindler.

El arquitecto y teórico italiano Pierluigi Nicolin, ha dirigido la revista Lotus durante 46 años (desde 1977). Durante este período la publicación ha sostenido un debate continuo sobre la teoría y la práctica de la arquitectura. En el número 119, que llevó el título: Modern Inside out, la revista analizó ocho casas modernas, entre las que se encontraban la Casa de Luis Barragán y la de Rudolf M. Schindler, entre otras, como la casa en Cap Martin de Eileen Gray y el “Cabanon” de Le Corbusier.
La introducción escrita por el editor contiene conceptos relevantes aun ahora que han transcurrido dos décadas desde su publicación, traduzco algunos párrafos: “Aquello que es correcto no es plenamente determinable de manera independiente de la situación en la que acontece. Cuando la arquitectura se propone representar el modo óptimo para habitar, puede alcanzar su estado de perfección, pero solamente para un entorno particular. La puesta en práctica de tal propósito implica necesariamente la consideración del saber espacial en la inmediatez de su contexto. Si debo señalar por economía, algún elemento que unifique a todos los casos, sería el hecho de que todas las casas notables tienen el objetivo común de replantear el hábitat. Las buenas casas, según Leon Battista Alberti, tienen la capacidad de redimir a sus habitantes, a esto podríamos añadir que los buenos edificios también podrían salvar a nuestras ciudades y a la convivencia en ellas. Desde este punto de vista, retomar la postura ética ayudaría a revertir la manera de actuar puramente utilitaria y materialista, que en su objetivo de justificar normas éticas impersonales, ignora a las personas en su totalidad e integridad, ligadas a los hechos y a los sentimientos.” 
Esta discusión ética está aun muy lejos de llegar a una conclusión, ya que en los últimos 20 años el horizonte de la arquitectura ha ido más allá de sus referentes modernos y ha incursionado en el campo de la totalidad social.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 7 de marzo de 2024

DILEMA EDITORIAL

La fotografía nació en paralelo con la evolución de la arquitectura moderna, es natural que ambas artes compartan intereses en el espacio construido y maneras de expresión que a su vez también son similares a las de la cinematografía.

Desde hace décadas se ha discutido el efecto que las publicaciones ha tenido sobre la producción y difusión de la arquitectura. En un análisis como el que  Beatriz Colomina  hace en su libro “Privacidad y publicidad. La arquitectura moderna como medio de comunicación”, expone que la fotografía es una parte indisociable de la arquitectura como la conocemos ahora, que ambas formas de expresión han compartido destinos desde la invención de la segunda. Otros autores como Juhani Pallasmaa y Neil Leach han sido más críticos acerca de los efectos nocivos que la publicidad ha tenido sobre los proyectos arquitectónicos.
Falta aún escuchar el punto de vista de los editores, en defensa de sus criterios. Algunos de nosotros los arquitectos que hemos colaborado desde ambos frentes, tanto en proyectos como en publicaciones, podríamos testificar aportando nuestras experiencias.
Personalmente he transitado entre el modo tradicional y objetivo de presentación de mis proyectos, a un modo distinto, que considero más consciente de la interacción que las personas tienen con ellos. Las revistas y los libros requieren de imágenes atractivas visualmente y para ello, utilizan fotografías profesionales en las cuales escenifican el espacio del proyecto y omiten a las personas y a sus objetos cotidianos, además eligen condiciones óptimas de iluminación natural y artificial, además de climas ideales. Sin embargo, la mayor parte del tiempo los espacios existen de maneras mucho más orgánicas y hasta cierto punto desordenadas. 
A lo largo de mi carrera he perdido interés en las publicaciones especializadas en arquitectura y me he centrado en la aparición de los espacios que he construido en las redes sociales de los habitantes. Me interesa más la vida de estas construcciones a lo largo del tiempo, que su aspecto estático y escénico, congelado en un momento del tiempo. Todo depende de la naturaleza de los espacios que producimos y de lo que cada uno de nosotros entendemos como calidad y cultura arquitectónicas.
Lorenzo Rocha

lunes, 4 de marzo de 2024

Forma abierta (17 radio)

El próximo miercoles 6 de marzo las 19:00 (México). Conversaremos con el arquitecto William Brinkman-Clark, acerca de las reacciones en contra del determinismo arquitectónico y las posibilidades de proyectos dinámicos y cooperativos..

Sintonicen 17radio.org

jueves, 29 de febrero de 2024

ASENTAMIENTOS HUMANOS

La palabra asentamiento se traduce al inglés como Settlement y al alemán como Siedlung, curiosamente las acepciones en esos idiomas implican algunos significados distintos que en español, más ligados a la territorialización de los órdenes sociales.

Recuerdo que hace mucho tiempo existía en México una Secretaría de asentamientos humanos y obras públicas (SAHOP, por sus siglas), la cual se ocupaba del poblamiento del territorio y la construcción de sus infraestructuras. De hecho, esta secretaría existió solamente durante la presidencia de José López Portillo de 1976 a 1982. El secretario a cargo del desarrollo urbano en este período fue el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, muy conocido ya por obras como el Museo de antropología y el estadio Azteca. Él fue quien presentó en 1978 el Plan nacional de desarrollo urbano, el cual se propuso la realización de planes para un desarrollo urbano equilibrado, orientado a obras y servicios públicos con el fin de estimular la descentralización de los organismos públicos sobre todo, sacarlos de la ciudad de México, la cual crecía descontroladamente. En aquel entonces aun existía el Departamento del Distrito Federal y el regente de la capital en esta época fue Carlos Hank González “El Profe”, muy conocido por encabezar obras como la Central de abasto, los Ejes viales, que partieron colonias para agilizar el tráfico vehicular. También son las época de la represión policiaca de Arturo Durazo “El Negro”.
Además de ser una época de auge petrolero fue un tiempo con una estética particular, como siempre muy ligada a la política. Es aquella época se restablecieron las relaciones diplomáticas con España y el Papa Juan Pablo II visitó México, también se desarrolló Cancún como proyecto turístico sexenal, con un éxito que lo ha llevado a ser una de las ciudades más importantes del país. Este sexenio terminó en un desastre económico que implicó una fuerte devaluación del peso, control de cambios y la nacionalización bancaria, uno de los períodos más inciertos en la economía mexicana.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 22 de febrero de 2024

NEGOCIOS INMOBILIARIOS

Los promotores inmobiliarios tienen una máxima que prevalece en sus actividades: “Con más metros cuadrados, los negocios son más redondos”.

La motivación principal de los inversionistas inmobiliarios es el lucro, si no es que la única. Esto no significa necesariamente que sus intenciones no sean buenas, pero está muy claro que salvo en algunos casos, los negocios inmobiliarios son inviables si no garantizan dividendos interesantes para sus socios. Estos pocos casos, en los que las ganancias derivadas de la construcción y operación de los inmuebles se destina a obras de beneficencia son las importantes fundaciones que existen en México, pero ello no implica que no sean negocios, ya que también necesitan tener ganancias para destinarlas a las obras pías.
Este tipo de organizaciones, en nuestro país son las herederas de un orden social decimonónico en el cual existieron grandes capitalistas singulares (todos sus nombres están en las calles de la colonia del Valle), que explotaron todo tipo de recursos naturales y humanos. Como en aquel tiempo no existían la seguridad social ni los sindicatos, estos grandes magnates garantizaban la salud y el bienestar de sus obreros y sus familias construyendo ellos mismos sus hospitales, hospicios, asilos y demás. Algunos de ellos heredaron sus bienes a fundaciones que llevan sus nombres y que hoy en día siguen dedicándose al bienestar social.
Por ejemplo, la Fundación Merced, es un caso verdaderamente interesante, surgió de las herederas de la fortuna de la familia Munguía, que se dedicaba a la producción de café y cacao. Todos recordamos los cigarrillos de chocolate que se producían en su fábrica La Cubana, que se ubicaba en la calle Cedro, en Santa María La Ribera. El modelo de la fundación, que se dedica a la renta de inmuebles en la ciudad de México, es el apoyo económico a grupos independientes de ella, que presentan proyectos diversos de ayuda a discapacitados, a la integración social de grupos marginados y otros muchos más. Es muy interesante que ninguno de sus consejeros ni empleados tiene parentesco con la familia fundadora. La mayoría de ellos dedican su tiempo a trabajar a favor de los proyectos sin recibir un salario.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 8 de febrero de 2024

PENSAMIENTO VISUAL

El historiador de arte William J. T. Mitchell ha publicado en 2009 un importante libro titulado “Teoría de la imagen”, el cual aporta elementos importantes en el análisis de la relación entre arquitectura y fotografía.

Richard Rorty habla de varios giros posibles dentro de la filosofía dado que el filósofo ha identificado una tendencia generalizada a la aparición de nuevos conjuntos de problemas que desplazan a los anteriores objetos del pensamiento. En este sentido afirma: “La idea de que la filosofía antigua y medieval le preocupaban las cosas, a la filosofía desde el siglo XVII hasta el XIX le preocupaban las ideas y a la escena filosófica ilustrada le preocupan las palabras, resulta bastante plausible.”
Si esto es plausible, entonces Mitchell propone un “Giro icónico”, en el cual las preocupaciones futuras de la filosofía serán visuales.
El pensamiento visual ya domina gran parte de nuestros medios de comunicación, las cadenas de noticias por televisión e internet transmiten repetitivamente narraciones visuales y tienden a abreviar el texto cada vez más, mientras que los periódicos impresos reducen sus tirajes en la misma proporción.
Por este motivo, una discusión que se consideraba zanjada desde hace una década, quizá necesita retomarse, la percepción de la arquitectura, una forma de arte espacial, que se ha trasladado cada vez más al terreno de las imágenes.
Hace casi 40 años, Kenneth Frampton publicó A note on photography and its influence on Architecture, en la revista Perspecta, en 1986. Desde entonces el tema se ha discutido ampliamente, además de las exposiciones fotográficas en distintos países como México, Suiza e Inglaterra y los fantásticos libros y catálogos que las acompañaron.
Ha quedado muy claro que cuando miramos una fotografía no estamos viendo una casa o edificio, sino una representación de ellos. Sin embargo, el soporte material de las imágenes genera en el público una serie de ideas que determinan su respuesta e interés ante los objetos representados. No cabe duda que las imágenes de los edificios son parte inseparable de su arquitectura.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 1 de febrero de 2024

IDEAS

La arquitectura es una de las pocas artes que no han sido objeto central de los teóricos de las artes. La teoría y la crítica de la arquitectura la hacen en su mayoría arquitectos. Esto es problemático ya que un mismo individuo o grupo no puede encargarse simultáneamente de crear e interpretar las obras.

Parece realmente obvio, pero algunos colegas que se dedican a la arquitectura no son totalmente conscientes de que no se puede partir de la nada para crear proyectos arquitectónicos. Aunque las ideas pueden no estar articuladas en cuanto al lenguaje, estas siempre preceden al proyecto.
De manera extremadamente simplificada, este es el objeto principal de la teoría de la arquitectura, por lo tanto, ninguna persona que trabaje en esta actividad profesional puede afirmar que no le interesa la teoría. Menos aún la historia, ya que todos los profesionales conocen las antecedentes del contexto donde actúan. Por otra parte la crítica, que siempre es posterior a la obra, se encuentra en manos de los expertos, pero también cada profesional la ejercita respecto a sus colegas y también respecto a sí mismo, cuando realiza ejercicios de autocrítica.
Todo ello no implica que la labor de los teóricos, historiadores y críticos especializados sea superflua, dicha labor, cundo se realiza con rigor, tiene la capacidad de cambiar el curso de las cosas, influyendo en todos los aspectos de la práctica.
Si asumimos que la arquitectura es al mismo tiempo consecuencia y causa del orden socio-espacial, dado que lo espacial se construye socialmente y viceversa, la teoría se convierte inevitablemente en un aparato ideológico-político para los arquitectos.
Queda sin embargo, una interrogante sobre la vigencia de un marco teórico, ¿cómo se re-piensa periódicamente la teoría? Esto sucede ya que las ideas están ligadas a los contextos sociales, políticos, estéticos, tecnológicos, los cuales se transforman constantemente.
La teoría y la historia de la arquitectura son áreas fundamentales en la enseñanza universitaria, sin embargo es importante considerar que hay dos modos de concebir las ideas que no son compatibles entre sí. El primero de ellos, es la teoría como aparato operativo, como una serie de reglas incuestionables que los estudiantes deben seguir para el correcto desempeño de su trabajo. El segundo es el modo crítico, la manera existencial de abordar la profesión, la cual no va encaminada a la repetición de fórmulas preestablecidas ni a los dogmas, sino al cuestionamiento constante de las condiciones que dan origen a los proyectos, en aras de mejorarlas y contribuir a su evolución.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 25 de enero de 2024

LOS COMUNES

Lo urbano, según Henri Lefebvre es “La ciudad, menos su arquitectura”, todo aquello que movemos y nos mueve como comunidad y también es independiente de lo material. Hoy en día, 55 años después de esta provocadora idea se puede afirmar que todo el planeta se ha urbanizado.

Dentro del pensamiento filosófico del siglo XX, existe una tendencia, por demás correcta e importante, que se fundamenta en el marxismo. De hecho, ahora sigue siendo vigente, dado que las condiciones que le dieron origen prevalecen aún. El capitalismo, la revolución proletaria y la socialización de los medios de producción, son dilemas que se encuentran aún muy lejos de resolverse, a pesar de que aparentemente las tecnologías de la información y la democracia contemporánea han cambiado los paradigmas originales del liberalismo económico y se ha declarado el ingreso mundial a una época postindustrial.
Una de las aspiraciones marxistas es la revolución y el triunfo del proletariado sobre el capital, esto se traduciría en una ciudad donde no existiría la propiedad privada y todo el suelo sería un bien de interés común, lo cual conllevaría a un sistema de auto-organización sin jerarquías ni ánimos de lucro. Está claro que la gente es perfectamente capaz de organizarse sin necesidad de instituciones, por ejemplo, para construir su propia vivienda y compartir los servicios con sus vecinos, con las tensiones normales en la convivencia, pero con relativo éxito. Sin embargo, sería difícil pensar en una comunidad capaz de construir un sistema de drenaje, una red eléctrica o el metro, sin la asistencia y dirección de técnicos y gobernantes. 
Pero por otra parte sí que lo ha hecho, gracias a la democracia. Los ciudadanos eligen a sus representantes que son también ciudadanos, los cuales planifican, evalúan y ejecutan las infraestructuras. Por lo tanto, si concebimos a las instituciones como reflejo de los designios populares, podríamos decir que todos hacemos la ciudad, incluidas sus entrañas, sin importar si tenemos o no los conocimientos necesarios.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 18 de enero de 2024

FORMA VACÍA

El arquitecto inglés Neil Leach escribió en 1999 su libro La An-estética de la arquitectura, en él critica la cultura de las imágenes arquitectónicas seductoras: “En tal cultura, la única estrategia efectiva es la de la seducción. El proyecto arquitectónico se reduce a un juego de formas vacías y seductoras y se apropia de la filosofía como barniz intelectual para justificarlas.”

Se ha discutido mucho últimamente respecto a una aparente contradicción entre la estética y la funcionalidad de la arquitectura. Muchos críticos parecen pensar que hay una relación inversamente proporcional entre ellas. Sin embargo, no cabe ninguna duda de que una obra arquitectónica debe ser bella y eficiente simultáneamente, esto es lo que se define como calidad arquitectónica. El público, los habitantes y los profesionales jamás deben aceptar proyectos para casas, edificios o ciudades que estén por debajo del mínimo de calidad requerido por las entidades o personas que encargan los trabajos.
Desgraciadamente hay un fenómeno mediático que envuelve el prestigio de los arquitectos y que muy frecuentemente afecta la calidad de las construcciones. Es lo relacionado con la arquitectura de la imagen. Este tipo de arquitectura favorece gestos de diseño cuyo principal y a veces único objetivo es que sean fotogénicos, de tal modo que aparezcan bien en las publicaciones que eventualmente pueden llevar a que se otorguen premios a sus autores. Todo ello, repercute en que dichos diseñadores obtengan nuevos encargos y distinciones basados en sus trabajos, pero no en sentido de su papel social en las comunidades donde se insertan, sino solamente por su valor visual.
La arquitectura se fundamenta en la satisfacción de las necesidades de los habitantes y usuarios, además de una dimensión cultural relacionada con los contextos donde se edifica. Cuando una obra resulta inútil para la comunidad, cuando se deteriora con velocidad o cuenta con elementos que impiden el correcto uso de sus espacios, por más bonita que se vea en las fotografías, debe ser cuestionada y rechazada por la sociedad. Esto también implica la capacidad de autocrítica que debemos tener los propios arquitectos, que tenemos derecho a defender nuestro trabajo, pero no a costa de ocultar nuestros errores.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 11 de enero de 2024

LOS SESENTA

Saint Etienne, un excelente exponente del género musical “Brit-pop”, es especialista en la nostalgia de modernismo de la segunda mitad del Siglo XX, recuerdan objetos y vivencias de esas épocas en discos como “How we used to live” (1999). Sus discos incluían pequeñas películas que aún se pueden disfrutar en internet.

Ahora que década de los sesenta del Siglo XX es una época medianamente remota, quienes pasamos de los 50 años de edad, nos invade una profunda nostalgia sobre nuestro modo de vida de aquella época. Desde 2018, cuando vimos la excelente película “Roma” de Alfonso Cuarón, añoramos una ciudad de México en la que había vida de barrio y donde aún no teníamos las preocupaciones medioambientales de ahora. Recordamos los coches gigantes, sin cinturones de seguridad y cuando los adultos fumaban y bebían delante de nosotros sin ningún pudor.
Siempre he pensado que no son los objetos en sí los que cargan el valor simbólico, sino la evocación de quienes éramos nosotros cuando conocimos esos objetos. Podemos vivir en un edificio funcionalista, transportarnos en un Volkswagen sedán clásico, incluso tener un teléfono de disco o cintas magnetofónicas, pero eso no nos hace volver medio siglo para atrás, en realidad todo está en nuestra mente.
Incluso algunos jóvenes se visten como en esa época o escuchan la música de los Doors o de Velvet Underground, pero eso no los regresa al pasado, solo los coloca en la “Moda retro”. Es un placer usar y disfrutar de lo “retro”, de los plásticos color naranja, sin sentimientos de culpabilidad por el calentamiento global.
¿Qué es lo que nos gusta del pasado? Quizá el recuerdo de cuando éramos jóvenes, no teníamos cuentas qué pagar y nuestra madre lavaba la ropa. La vida cambia el día que nos compramos nuestro primer refrigerador.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 4 de enero de 2024

BELLEZA

Sigmund Freud escribió en 1930 en su célebre ensayo El malestar en la cultura: “La belleza no tiene utilidad evidente, ni es manifiesta su necesidad cultural y sin embargo, la cultura no podría prescindir de ella”.

 

La vida cotidiana presenta retos y complicaciones constantes, la sensación de frustración e inseguridad son, por desgracia, elementos subyacentes de la vida contemporánea. Las reflexiones filosóficas, si bien contribuyen a la reflexión sobre el sentido de la vida, también añaden un estrato más de incertidumbre y muchas veces de pesimismo.
Pero la belleza se sobrepone siempre a las dificultades vitales. Observar un paisaje, escuchar música, ver una película, mirar un cuadro, son momentos en los que olvidamos los múltiples problemas que nos aquejan y, aunque su efecto sea solo pasajero, no podemos prescindir de ellos.
“El plan de la ‘creación’ no incluye el propósito de que el hombre sea ‘feliz’”, afirma Sigmund Freud en su ensayo El malestar en la cultura. El placer es episódico, la mayoría de las personas se conforma tan solo con la supresión del dolor y sufrimiento. En este texto, escrito en 1930, el célebre inventor del psicoanálisis, anticipa una sensación de angustia constante y silenciosa que solo se ha agudizado en las décadas que le han sucedido. La arquitectura como refugio para el ser humano, lo protege de una buena parte de los estímulos de su entorno, pero por desgracia, la faceta inhumana de las viviendas y del urbanismo contemporáneos, contribuye a acrecentar el malestar que acosa a las personas.
A pesar de que su efecto es solo paliativo, el placer estético sigue siendo una de las principales aspiraciones de los artistas y una necesidad indispensable para los ciudadanos. Aunque se considere una mera distracción y hasta cierto punto una frivolidad, gozar de la belleza seguirá ayudándonos a soportar las preocupaciones económicas, políticas y sociales que nos persiguen ineludiblemente en nuestro transito por esta vida.
Lorenzo Rocha

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