lunes, 31 de marzo de 2014

ENTREVISTA EN TADA

“La arquitectura es el aislamiento temporal de una parte del espacio para que sea habitable”



Entrevista con Lorenzo Rocha
Realizada por Stéphanie Dadour
Fotografía de María Lagunes
SD: Lorenzo Rocha, usted es arquitecto y a partir del año 2000 decidió dejar su practica en estudio para consagrarse a un tipo de proyectos que articulan arquitectura, mediatización de la cultura y activismo social… ¿Que lugar da a la diversidad en sus proyectos? ¿Negación o cohabitación?
LR: A través de mi labor de arquitecto y de urbanista, persigo la idea de heterotopía, mas que la de cohabitación o de la de negación, respecto a la relación entre habitantes, entre habitantes y vecinos, o entre ciudadanos. La noción de yuxtaposición, tal como la describe Michel Foucault en su texto “De los espacios otros” (1967) fue el punto de partida de mi interés en la cuestión de compartir espacios habitables y espacios de actividades industriales o de otro tipo, es decir, entre actores cuyas necesidades son incompatibles. Pienso que la diversidad tiene que ser aceptada como punto de partida universal para cualquiera operación de arquitectura urbana. Lo nuevo se yuxtapone a lo viejo, los ricos se yuxtaponen a los pobres, pero me parece que juzgar esto no es el papel del arquitecto. No pienso que el arquitecto pueda resolver los problemas contextuales a través de sus construcciones, éstos están mas allá de su alcance. Mis proyectos constituyen adiciones “no-criticas” al contexto anterior. Ahora bien, si me piden escoger entre negación y cohabitación, prefiero la primera opción, según yo mas cercana a la de yuxtaposición. Me parece que las dos son posiciones criticas, que exigen que el arquitecto exprese un juicio.
SD: Ha definido usted la diversidad a través de la variedad de los usos, de la relación entre edificios y habitantes, de la mezcla social de los habitantes, entre arquitectura ya existente y contemporánea. ¿En que condiciones se realizan sus proyectos?
LR: Sin duda mis proyectos se realizan como proyectos urbanos, aunque se trate de intervenciones de pequeña escala. Los proyectos arquitectónicos que llegan a la etapa  de la construcción responden a las condiciones económicas y sociales de los clientes o potenciales habitantes. El segundo tipo de proyectos que hago consiste en utilizar elementos o recursos con los que cuenta la sociedad civil, por ejemplo cuando un grupo de habitantes quiere defender sus intereses propios. Esos dos tipos de proyectos se encuentran en un contexto social y político que, por otra parte, es alterado por el tiempo, se trate de la temporalidad de nuestra acción, de realización del proyecto, o de la temporalidad de los efectos del paso del tiempo sobre el proyecto una vez construido.

SD: En la medida en que es posible proponer y realizar proyectos de arquitectura a partir de diferentes tipos de encargos y considerando las variaciones que usted ha identificado. ¿Cuáles son los parámetros que hacen posible la realización de sus proyectos, que tipos de acciones(s) son las que usted emprende?
LR: Al respecto de la arquitectura construida, considero mi trabajo como una suerte de servicio profesional del cual asumo la responsabilidad, puesto que tengo un titulo académico que me autoriza a ejercer el oficio de arquitecto. De hecho, por eso tengo una función de experto en este campo de conocimiento específico. En mi labor de activista situado en el contexto urbano, utilizo mis derechos como ciudadano: el derecho a hacer reuniones políticas, el derecho de pedir al gobierno y a mis conciudadanos que respeten  las leyes urbanas y en fin, el derecho a la cuidad.

SD: Como arquitecto y como activista ¿Sobre que concepción de la sociedad están basados sus proyectos?
LR: A través de mis proyectos, trato de confirmar mi propia definición de lo que es la comunidad. No considero mis proyectos como respuestas definitivas, sino más bien como preguntas: ¿Es la arquitectura un recurso útil para la comunidad? ¿En qué medida el arquitecto puede redefinir sus propios objetivos y aspiraciones, en negociación con los habitantes para los cuales sus construcciones están destinadas?

SD: En el contexto particular de Mexico DF, la cuestion del trabajo con los habitantes no puede ser abordada sin interrogar lo que supone hacer política. Este tipo de acercamiento se inserta en una dinámica de colaboraciones que permite al arquitecto de orquestar cuestiones que tienen que ver con la legislación, a partir de una red de especialistas en diferentes campos. Poner en marcha un sistema de relaciones y condiciones permite, en un primer momento, definir los medios que el arquitecto usa para dar sentido a su proyecto. En esa óptica, la manera en la que usted es arquitecto, dado que produce ella misma las condiciones que hacen posibles sus proyectos, permite darse cuenta del carácter comprometido de su labor, la cual redefine los fundamentos de su acercamiento a partir de infraestructuras existentes. Mas allá de sus capacidades de concepción, el arquitecto tiene que tener una visión de conjunto así como una visión sintética. ¿Podría usted precisar las diferentes etapas del proceso sus proyectos y a través de las cuales emerge el estatus de arquitecto como director de orquesta? 
LR: Me temo que no estoy de acuerdo con la figura del arquitecto como director de orquesta. Pienso que esta concepción, heredada de la filosofía del iluminismo, es obsoleta. Prefiero la idea de Giancarlo de Carlo según la cual “la arquitectura es demasiado importante para dejarla en las manos de los arquitectos”. Es con todo un equipo de profesionales que mi oficio cobra sentido, en dialogo con los obreros y técnicos que interpretan y realizan mis proyectos. No pienso que mi papel sea de coordinar el trabajo de los otros.

 SD: En la medida en que usted no presenta al arquitecto como el coordinador, ni como el « responsable » de la arquitectura que él construye ¿Cuáles son entonces los limites de su compromiso? ¿Cómo pensar su papel a largo plazo, una vez que el proyecto esta terminado y entregado?
LR: El arquitecto se puede involucrar tan profundamente como piense que sea necesario para cumplir su proyecto de manera satisfactoria. Aunque también  hay que tomar en cuenta que mientras más grande sea el campo de investigación del proyecto, mas riesgo hay que las hipótesis que se pueden plantear serán especulativas. En esa medida, el arquitecto tiene que darse un perímetro de acción razonable para que sus hipótesis no sean demasiado aventuradas, ni demasiado especulativas. Por esta razón, le doy una gran importancia a la manera en que el tiempo altera los edificios; siempre tengo en mente que la arquitectura esta hecha para responder a demandas sociales y económicas propias a una época, y que siendo variables esos parámetros, nunca se sabe con certeza cual será el futuro del edificio.

SD: Su interés no se limita a definir espacios puestos a disposición de quienes los usan, ¿Sino a interrogar el impacto de la arquitectura en la constitución de una comunidad?
LR: Ojala y sea así, pero no lo se, no estoy seguro que la arquitectura tenga realmente el poder de contribuir a la transformación de la comunidad.

SD: A partir de su experiencia en México DF, pensando en particular en su proyecto de residencia de Oficina de arte ¿Cómo han reaccionado ante este proyecto  los habitantes que viven en el edificio? ¿Cómo participan en el ? ¿Y cual es su postura acerca de este lugar?
LR: Los artistas que trabajan en “Oficina de arte” fueron motivados por la dimensión social del proyecto que propuse, pero no pienso que tengan una opinión sobre el proyecto como proyecto de arquitectura. Los habitantes del edificio nos ignoran casi todos y no participan en nuestras actividades. Su interés se limita a una curiosidad ocasional.

SD: ¿La construcción del proyecto de "Oficina de arte" ha funcionado como un recurso útil a la comunidad? Si la respuesta es afirmativa ¿A quién beneficia y de qué modo? ¿En qué medida este proyecto ha redefinido sus propias metas en cuanto a las negociaciones con los habitantes?
LR: El proyecto "Oficina de arte" es sin duda un recurso útil a la comunidad que lo habita, aunque no lo es respecto al contexto donde se localiza. La realización de este proyecto, me ha ayudado a distinguir entre dos aspectos del papel que juega la comunidad dentro de los proyectos arquitectónicos. Gracias a este proyecto he identificado a dos grupos distintos que se pueden englobar dentro del término general de "Comunidad". El primero, son los habitantes del edificio y los vecinos inmediatos que interactúan con el proyecto. El segundo se compone de los artistas que utilizan directamente los espacios del proyectos, sus habitantes, además de la relación que se establece con la comunidad de artistas que lo visitan, los cuales no necesariamente pertenecen al contexto inmediato, ni al barrio donde se encuentra el proyecto. Con este proyecto he aprendido a tratar con los tipos de comunidad y a ser consciente de la distinta naturaleza de sus necesidades, para poder integrarlas y aprovecharlas más en proyectos futuros.

SD: ¿Cómo se sirve usted de esos proyectos para construir su figura de arquitecto ?
LR: Considero que mi trabajo es un conjunto de actividades que me interesan. No se si esas actividades contribuyen a construir mi figura como arquitecto, eso no tiene importancia para mí. No me intereso en la cuestión de construir mi propia imagen (o figura) de arquitecto, prefiero que sean los otros que decidan que imagen tienen de mí.

SD: ¿Cómo definiría usted hoy la disciplina arquitectura ?
LR: La arquitectura es el aislamiento temporal de una parte del espacio para que sea habitable.

jueves, 27 de marzo de 2014

CIUDAD NUEVA

A cien años de su creación, este dibujo a lápiz y tinta china, sigue siendo la imagen que la cultura occidental tiene sobre el futuro de la arquitectura. Antonio Sant'Eliá (1888-1916), el arquitecto futurista italiano, dibujó en 1914 su proyecto para el edificio habitacional del futuro, un enorme complejo habitacional dentro de su proyecto utópico "Cittá Nuova". El edificio estaba pensado para llegar hasta él en tres niveles de transporte: tranvía subterráneo, automóvil y por tráfico peatonal en múltiples puentes y pasarelas cubiertas, que conectaban con los demás servicios urbanos, como las estaciones de trenes, los hoteles y los puertos. La transportación vertical fue planeada mediante ascensores panorámicos externos, que definían su aspecto exterior como una construcción mecanizada que dejaría atrás la idea del edificio monolítico aislado de los demás elementos urbanos. El proyecto entero se presentó en la exposición: "Nuevas tendencias: Milán en el año 2000", y aunque en la descripción de los dibujos no se mencionaba el término futurismo, sin duda esa era la postura de arquitecto frente a la necesidad de integrar las nuevas tecnologías de la era industrial. Para aquella época aún no se había construido nada igual, sólo en Nueva York y Chicago existían rascacielos, pero las ciudades seguían desarrollándose a la vera de las avenidas y el tráfico seguía circulando solo a nivel de la calle. Para entonces ya existían sistemas de trenes subterráneos en Londres, Nueva York y París, pero éstos no se relacionaban directamente con los edificios urbanos.

Sin embargo, no se trataba de una imagen estrictamente nueva, ya que se nota la influencia de la reconstrucción imaginaria de la Roma Imperial. Si tomamos en cuenta la relación de la arquitectura monumental con la agenda política totalitaria, veremos cómo las nociones de la grandiosidad romana, reaparecen en los edificios emblemáticos de los regímenes dictatoriales en Alemania, Italia, España y Rusia durante el Siglo XX. No es casualidad que el nazismo, fascismo, franquismo y estalinismo, recrearan la escala y lenguajes de arquitectura imperialista por excelencia.

Lo que es inexplicable es que hoy en día no consigamos romper con este paradigma, los arquitectos que trabajan directamente con la mayoría de los gobiernos, utilizan el imaginario futurista, los ejemplos son demasiado numerosos para citarlos aquí. Tampoco los directores de arte de las películas hollywoodenses han conseguido apartarse de esta imagen y cada vez que necesitan expresar la idea del futuro, recurren inevitablemente a ella.

Lorenzo Rocha

jueves, 20 de marzo de 2014

¿ARQUITECTURA ECOLÓGICA?

Tal como ha sucedido con casi todos los lemas que han servido como justificación teórica de las prácticas de moda en la arquitectura moderna, está comenzándose a tambalear la idea de la arquitectura proecológica. La moda verde es un concepto muy diferente de las prácticas que auténticamente pueden contribuir al equilibrio ecológico. Sin duda se trata de una agenda política con muy buenas intenciones, pero si los buenos deseos no se acompañan de una actitud crítica y de una mente abierta, muy fácilmente se transforman en estrategias publicitarias que carecen de la profundidad necesaria para contribuir a mejorar las condiciones ambientales.
Comencemos por resaltar que dentro de las industrias creadas por el ser humano, la construcción es por definición, una de las prácticas menos ecológicas. El repetitivo discurso a favor de la ecología y su axiología, ha asignado un valor moral a la naturaleza, el cual juzga todo aquello a favor de la conservación del medio ambiente como la única práctica aceptable. La arquitectura fue precisamente creada por la especie humana como un mecanismo para aislarse y protegerse de los elementos del medio natural que son potencialmente dañinos a nuestro organismo. En primer lugar, la contrucción existe para aislarnos de los elementos del clima: las temperaturas extremas, lluvia, nieve, viento y demás factores climáticos que pueden dañar nuestra salud física. Además de ello, las casas nos protegen de los animales que pueden constituir un peligro para nosotros por su condición de depredadores, de los reptiles e insectos ponzoñozos, o bien de los microrganismos que acarrean enfermedades. Para este propósito, la construcción moderna utiliza materiales sintéticos que cumplen la función de aislar, impermeabilizar, y dotar de la resistencia necesaria a nuestro hábitat. Por esta razón, de poco sirve añadir elementos vegetales a las construcciones —los cuales indiscutiblemente pueden hacerlas más agradables— pero cuyo valor ecológico es claramente cuestionable. En el mejor de los casos el verde en la arquitectura es capaz de mejorar la percepción subjetiva de su relación con la naturaleza, pero no equilibra su relación con el medio natural.
Es indudable que nuestra sociedad debe atender los problemas de contaminación y devastación del medio natural en la mayor medida posible. Para ello, la incorporación de ecotécnicas para hacer más eficientes las construcciones ya no debe ser opcional. La separación de las aguas negras y grises, la utilización de la energía solar y eólica, se deben incorporar a los reglamentos de la construcción sin mayor dilación, para intentar restituir lo más posible el equilibrio ecológico.

Lorenzo Rocha

jueves, 13 de marzo de 2014

CIUDAD ACTRIZ

Los Ángeles es la ciudad más fotografiada de la historia, es la ciudad que ha aparecido en mayor número de películas. Resulta extraño pensar que una ciudad que carece de avenidas arboladas y monumentos, haya resultado el lugar donde se han realizado las mayores producciones cinematográficas. Hasta el Siglo XX era París la ciudad que ostentaba este registro, ya que en ella es donde por primera vez se experimentó con la fotografía, con ese “espejo con memoria” de Louis Daguerre.

Recientemente cumplió diez años la película “Los Angeles plays itself”, un notable documental realizado por Thom Andersen. El artista angelino hizo una edición de más de dos horas de duración, en la que incluyó fragmentos de películas de casi todas la épocas y las utilizó como ilustración de sus propias ideas acerca de la arquitectura de la ciudad. El texto de la cinta escrito por el propio autor, es un interesantísimo relato de la percepción de la ciudad y su diversidad. De las etapas de su arquitectura a lo largo del tiempo, del denuesto de algunos estilos y el enaltecimiento de otros y de la documentación de espacios —algunos de ellos perdidos por la presión inmobiliaria— y de la preservación de otros. Andersen afirma que las películas “no se tratan de lugares, sino de historias”, por lo tanto si el espectador se fija demasiado en la arquitectura, quiere decir que no está siguiendo el argumento o no está interesado en la acción. Sin embargo, en este documental la protagonsita es la arquitectura y sus múltiples interpretaciones por parte de los directores de arte de las distintas producciones. El autor menciona en multiples ocasiones algunos filmes como “Blade Runner”, “Dragnet, “L.A. confidential” y “Why do fools fall in love”, por sus diferentes aproximaciones a proyectos emblemáticos del movimiento moderno, que representan un renovado espíritu arquitectónico, pero que casi invariablemente aparecen como casas que pertenecen a criminales.

Andersen habla de la “ciudad como personaje” y también de la “ciudad como argumento”, dos conceptos que presentan visiones frente a proyectos de distintas épocas como la casa Ennis de Frank Lloyd Wright, una de las obras que ha aparecido más frecuentemente en películas, también menciona otras residencias como la casa Lovell de Richard Neutra, o la casa Stahl de Pierre König, que se encuentran entre las locaciones favoritas de los cineastas de Hollywood. De los pocos edificios anteriores al modernismo que ha sido protagonista en los filmes americanos es el Bradbury Building, construido en 1893, que ha aparecido en multiples producciones, desde las más antiguas hasta las futuristas. Este documental confirma la tesis de Wim Wenders, quien afirma que el cine es un fenómeno urbano y que la ciudad es una actriz.

Lorenzo Rocha

jueves, 6 de marzo de 2014

ARQUITECTURA EN PAPEL

En varias etapas de la arquitectura durante la Edad contemporánea, es decir desde el final del Siglo XVIII hasta la fecha, han existido proyectos que no se han llegado a construir y sin embargo han tenido una gran importancia para la historia de la arquitectura. ¿Es posible que la arquitectura ficticia o imaginaria del pasado, cobre importancia en la actualidad? ¿Pueden los planos y dibujos ser más importantes en ocasiones que las obras construidas? Existen varios ejemplos que confirman la importancia de las ideas arquitectónicas, que tienen su máxima expresión en la forma construida, pero también son capaces de transmitir conceptos fundamentales en los dibujos y planos mediante los cuales fueron concebidas.

A principios del Siglo XX surgieron en Europa dos grupos de artistas que tuvieron pocos proyectos construidos, pero que trascendieron hasta nuestros días por la enorme energía creativa que sus dibujos nos transmiten. Me refiero en primer lugar a los Futuristas, un grupo de arquitectos y artistas italianos que se constituyeron en 1914 como un movimiento revolucionario que proponía un cambio radical en todos los aspectos de la vida urbana. Entre ellos destaca Antonio Sant'Eliá, quien construyó muy poco, ya que murio a los 28 años en una campaña de guerra. Varios proyectos de Sant'Eliá, como sus centrales hidroeléctricas o la Cittá Nuova, tuvieron una gran influencia sobre otros arquitectos como Guiseppe Terragni y Gió Ponti, quienes sí tuvieron la fortuna de ver realizados los suyos. En segundo lugar es fundamental mencionar el trabajo construido y dibujado, de varios arquitectos y artistas soviéticos conocidos como los Constructivistas. Entre ellos destacan: Vladimir Tatlin, Konstantin Melnikov, Aleksandr Rodchenko y El Lissitski, quienes encontraron vías de expresión artística dentro del campo aparentemente estéril de lo que su gobierno totalitario les permitía hacer.

El ejemplo que me parece más contundente como expresión de la fuerza de la imaginación arquitectónica, que en ocasiones supera a la realidad construida, es el caso del edificio para el periódico Chicago Tribune, realizado por Raymond Hood en 1925. Para dicho edificio se convocó a un concurso internacional que ganó el arquitecto norteamericano, famoso por sus rascacielos en Nueva York, entre los que se encuentra el Radio City Music Hall. A dicho concurso enviaron sus propuestas los arquitectos Walter Gropius, Bruno Taut, y Adolf Loos, con proyectos mucho más visionarios que la torre neogótica que resultó la ganadora, pero que ha tenido mucho menor trascendencia que los proyectos competidores, aunque no fueron construidos.

Lorenzo Rocha

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