jueves, 29 de septiembre de 2016

VIAJE AL PASADO

Las fantasías de cuando éramos niños son infinitas y se encarnan en los relatos ficticios de los cuentos que nos contaban nuestos padres. Una de las fantasías más poderosas, también para los adultos, es la posibilidad de viajar en el tiempo, al futuro o al pasado. Dentro de la ciencia ficción, parece ser que viajar hacia el futuro es más atractivo que en dirección al pasado. Sin embargo, también se ha escrito mucho acerca de las civilizaciones antiguas como Egipto, Grecia y Roma, que son muy interesantes para nosotros, principalmente por su arquitectura.

Si yo pudiera viajar al pasado, me gustaría trasladarme al año de 1519 y acompañar al soldado Diego de Ordaz, que fue el primer español en divisar la cuenca de México desde el Popocatépetl. Tras su regreso al campamento cerca de Cholula, Ordaz cuenta a Hernan Cortés lo que había visto desde el cráter del volcán: la enorme ciudad secreta asentada sobre un gran lago, con sus largas calzadas, sus jardines flotantes en islotes unidos por diques y sus coloridos y altos palacios y templos.

En su "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España", otro soldado, Bernal Díaz del Castillo, narra como los conquistadores entraron a la ciudad, guiados por Cacamatzin, el rey de Texcoco, que había sido enviado por Moctezuma para recibirlos como si hubieran sido los esperados dioses blancos y barbados. Los soldados españoles marchan y cabalgan por todo lo largo de la calzada que atraviesa el lago hacia México-Tenochtitlán. Para Díaz del Castillo es como un sueño, que describe con estas palabras: "...y aun algunos de nuestros soldados decían que si aquello que vían, si era entre sueños, y no es de maravillar que yo lo escriba aquí desta manera, porque hay mucho que ponderar en ello que no sé cómo lo cuente: ver cosas nunca oídas ni vistas, ni aun soñadas, como víamos." Más tarde la historia se torna en la trágica destrucción de la civilización Mexica, la cual ha sido narrada magistralmente por el escritor francés, ganador del premio nobel de literatura en 2008, J.M.G. Le Clézio en su libro "El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido".

En México seguimos viviendo "entre el sueño y la realidad", como dijo Carlos Fuentes, a lo cual yo añadiría también nuestras constantes pesadillas. Aun así,  sería fascinante presenciar el esplendor de esta ciudad, justo antes de ser destruida, cuando contaba con un millón de habitantes y aun seguían en pie los templos de Tlatelolco, Iztapalapa, y por supuesto el palacio de Moctezuma y el Templo Mayor con las pirámides dedicadas a Huitzilopochtli, a Tláloc, a Coyolxauhqui, Quetzalcóatl y sus demás bondadosas y a la vez temibles deidades.

Lorenzo Rocha

jueves, 22 de septiembre de 2016

OBRAS SIGNIFICATIVAS

Es muy frecuente leer y escuchar acerca el interés de los críticos sobre el significado y la trascendencia de la arquitectura. El criterio general de selección de las obras que vale la pena analizar y sobre las que ameritan escribir textos críticos, depende de la subjetividad de cada profesional, pero es indispensable que dichas obras reunan características que las hagan significativas para quien las estudia, a veces en sentido positivo y en otras ocasiones por sus características negativas, que llaman la atención del crítico.

No tengo ningún apuro en externar mi propio criterio para definir la calidad arquitectónica, el cual tiene tres ejes principales y paralelos. Lo que busco en las obras de arquitectura son los elementos que muestren simultáneamente expresiones construidas de: eficiencia, complejidad y creatividad.

La eficiencia de la arquitectura se relaciona directamente con el programa de necesidades que da origen a todo proyecto. No hay que olvidar que la arquitectura es antes que nada, un servicio profesional. La eficiencia en el desarrollo del potencial del programa arquitectónico, resulta en constructores que eligen con inteligencia los materiales, estructuras e instalaciones y el óptimo aprovechamiento del espacio disponible. Una obra eficiente, reduce el costo de construcción y mantenimiento al mínimo posible, sin detrimento de su capacidad expresiva. Sin embargo si dicha obra es solamente eficiente, no resultará especialmente significativa.

Para complementar la eficiencia, la obra debe ser compleja y para ello, el arquitecto debe tomar en cuenta el contexto donde se localiza su obra. El contexto no solamente se compone de las inmediaciones físicas y urbanas de la obra, también se extiende a otros tres contextos: la cultura, la historia y la política. La complejidad existe no porque sea un objetivo que persigue el proyecto, sino por la necesidad de interpretación de todas las externalidades, en ello también caben las consideraciones filosóficas y estéticas que haga el arquitecto, así como la manifestación de su postura crítica respecto al contexto.

La capacidad de síntesis que es necesaria para que una obra arquitectónica adquiera significado, se puede resumir como creatividad. Esta característica es subjetiva, se compone de la capacidad de innovar que posea el arquitecto, combinada con la templanza que permita que la obra establezca un diálogo con la historia, la cultura, la sociedad, la ciudad y la naturaleza que la circundan. Dicha creatividad no es inmediata, es dinámica y cambia con el paso del tiempo, pero de ella deriva la aceptación y el afecto que la crítica, el público y los ocupantes desarrollen frente a la obra arquitectónica, algo que solamente es posible evaluar con una perspectiva histórica razonable.

Lorenzo Rocha

jueves, 15 de septiembre de 2016

MALESTAR EN LA ARQUITECTURA

Casi todos los arquitectos estamos de acuerdo en que nuestra profesión está en crisis, pero la mayoría de nosotros no sabría explicar las razones de su malestar. Algunos sostienen que los arquitectos nos hemos aislado de la sociedad y que solamente nos dedicamos a especular sobre las complejidades de las formas y de los conceptos arquitectónicos inaccesibles para la mayoría. Otros colegas sostienen que hemos perdido nuestro lugar como expertos en las técnicas de la construcción, dejando a los ingenieros civiles nuestra tradicional tarea como constructores.

Pero hasta ahora nadie lo ha explicado tan bien como el teórico Alberto Pérez Gómez, autor del importante texto "La arquitectura y la crisis de la ciencia moderna", publicado en inglés en 1983. En la introducción a su libro, el autor escribe: "La teoria de la arquitectura, al ser convertida en ficción, se transformó en una lista de reglas operativas, en una herramienta de carácter exclusivamente tecnológico. Según la teoría, el mayor objetivo del arquitecto es construir del modo más económico y eficiente, evitando cuestionarse el porqué de la construcción y la justificación existencial de dicha actividad".

El teórico sostiene que la crisis de la arquitectura persiste hasta ahora ya que los arquitectos seguimos debatiéndonos inútilmente entre dos polos: la especulación formal y la sostenibilidad tecnológica. No obstante, los arquitectos actuales seguimos siendo útiles a la sociedad ya que aportamos un valor simbólico a las construcciones, lo cual ningún otro profesionista involucrado en la construcción es capaz de aportar. Los arquitectos nos ocupamos fundamentalmente del diseño y de la supevisión de la construcción, pero también generamos nuestras propias oportunidades, mediante la reflexión a nivel urbanístico y espacial. Una vez que el proyecto está terminado, invertimos mucho tiempo y esfuerzo en su difusión y discusión en ámbitos académicos, lo cual le confiere a nuestro trabajo una relevancia que va más allá de la satisfacción de la necesidad de espacios.

Los demás profesionales involucrados en los procesos inmobiliarios: urbanistas, abogados, administradores, ingenieros y técnicos, así como los críticos y el público en general, aporta cada uno una pieza importante, pero el arquitecto le da sentido a todo el proceso. En la actualidad se terminó el rol del arquitecto como "director de orquesta", debemos ser concientes que nuestro papel depende del resto del equipo de profesionales y realizar nuestra labor lo mejor posible.

Considero que la crisis en la profesión de la arquitectura es la ignorancia del calado social de la labor de los arquitectos y la deficiente educación universitaria, no su trabajo como tal.

Lorenzo Rocha

jueves, 8 de septiembre de 2016

OBRAS INCONCLUSAS

Nuestros políticos y administradores públicos tienen, por lo visto, una alta tolerancia a la incertidumbre y una notable capacidad para aceptar la falta de concreción de los proyectos urbanos. Los ciudadanos comunes y corrientes, por nuestra parte, no contamos con dicha virtud y preferimos que los plazos se cumplan y las respuestas por parte del gobierno sean claras y concisas. Desgraciadamente tenemos que tolerar a diario gran cantidad de situaciones o acontecimientos ambiguos.

Por ejemplo, existe un parque en honor a Winston Churchill, ubicado en un terreno triangular entre el Paseo de la Reforma, la calle Arquímedes y la calle Andrés Bello, a la altura de Polanco, el cual es conocido como "El mexicanito", que lleva inconcluso y abandonado desde hace dos años. Al parecer la obra completa fue licitada y pagada por la anterior administración delegacional y la actual se encuentra en una situación difícil, ya que no cuenta con los recursos necesarios para finalizar la obra. De seguir esta situación, tendremos que aceptar el lamentable aspecto actual del area verde como permanente.

El segundo caso, también dentro de la delegación Miguel Hidalgo es el proyecto de remodelación del antiguo cine Cosmos en la calzada México-Tacuba, un inmueble histórico, construido en 1948 por el arquitecto Carlos Vergara. El proyecto de rehabilitación contemplaba la creación de un centro cultural dedicado a la enseñanza y práctica de artes escénicas como: música, teatro y danza. La obra comenzó en 2013 y su inauguración estaba prevista para diciembre de 2015. Noticias más recientes indican que la administración actual estima que se reabrirán sus puertas, que han permanecido cerradas casi 30 años, probablemente en 2017.

Estos dos proyectos han sido ampliamente promovidos por tres funcionarios delegacionales que han dirigido la demarcación en períodos sucesivos: Victor Hugo Romo, Humberto Morgan y Xóchitl Gálvez. Ninguno de los tres ha descrito con exactitud la situación financiera y política que ha impedido su terminación, solamente han hablado de sus buenos deseos. La última vez que tuvimos noticias acerca del cine Cosmos, fue cuando la actual jefa delegacional firmó un convenio de colaboración con la compañía canadiense "Cirque du soleil", para que impartan clases en el recinto una vez que sea inaugurado, lo cual parece casi una broma.

Desde luego la delegación Miguel Hidalgo está notoriamente atrasada en cuanto a la rendición de cuentas que le correspondería en ambos casos, y por ello, la credibilidad de sus funcionarios se encuentra en duda. Mientras sigan las respuestas vagas, los ciudadanos seguiremos forzados a soportar la confusión y ambigüedad en la gestion de las obras públicas.

Lorenzo Rocha

jueves, 1 de septiembre de 2016

ALTO A LA CONSTRUCCIÓN

Es verdaderamente interesante notar la influencia que tienen sobre la ciudad de México, ciertos incentivos que se han introducido en el espacio público durante los últimos años. Se trata de elementos que facilitan o inhiben mecanismos de movilidad. La principal y más inteligente medida para ampliar el sistema de transporte público en la últimas décadas ha sido el Metrobus, que ya cuenta con seis lineas, que cruzan la ciudad en todas sus direcciones. En segundo lugar destaca el programa Ecobici, iniciado hace casi seis años, el cual ha crecido a un ritmo impresionante, ya cubre 42 colonias en tres delegaciones, en un área de 32 kilómetros cuadrados. Desde su implementación, el transporte en bicicleta en la ciudad ha crecido exponencialmente, gracias también a la adaptación de las calles con kilómetros de ciclovías. Por último se ha implementado en 14 colonias el sistema de parquímetros Ecoparq, el cual ha disminuido el tráfico vehicular y terminado con la invasión de los "franeleros", que prácticamente controlaban el uso del espacio público para estacionamiento en las colonias centrales de la metrópolis. Este conjunto de medidas ha inhibido en gran medida el uso del automóvil, mostrando una voluntad clara de transformación del modo de desplazarse por la ciudad.

¿Porqué no hay medidas similares respecto a la arquitectura? ¿Porqué se siguen desarrollando conjuntos habitacionales cada vez más lejanos del centro? Habría varias formas para transformar el desarrollo inmobiliario y para frenar la expansión descontrolada de la mancha urbana, dado que el déficit de vivienda a nivel nacional aun continúa en las siete cifras. La primera de las posibles medidas es lo que en España llaman "viviendas de protección oficial", que consiste en la introducción de un porcentaje del area dentro de los desarrollos privados, para que se incluya en ellos un numero determinado de apartamentos o casas para ser asignadas a trabajadores mediante el sistema de ahorro para la vivienda. En otros países como Francia y Alemania, existen subsidios oficiales para el alquiler, gestionados por entidades ligadas a la seguridad social. Mediante el alquiler subvencionado, las familias podrían optar por rentar una vivienda en una zona céntrica, en lugar de comprarla con un crédito vitalicio en un lugar apartado.

Si el gobierno mexicano considerara adoptar estos dos sistemas, podría cambiar sustancialmente la situación de las personas que emplean hasta cuatro horas para llegar de sus casas a sus trabajos y al mismo tiempo densificar las zonas centrales de nuestra ciudad, las cuales presentan grandes porciones vacías o subutilizadas.

Lorenzo Rocha

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