viernes, 28 de octubre de 2022

INTERVENCIONES

Cada día más la vida se está volviendo demasiado pública. La radio, la televisión, el teléfono, invaden la privacidad. Los jardines deberían estar cerrados, no abiertos a la mirada pública. Los arquitectos están olvidando la necesidad del ser humano de la penumbra, el tipo de luz que proporciona tranquilidad, en sus salas de estar y en sus dormitorios. La mitad del cristal que se usa en muchos edificios –tanto hogares como oficinas– debería ser eliminado para obtener la calidad de luz que permite a uno vivir y trabajar de una manera más concentrada.”
Luis Barragán

La configuración de los edificios, en lo que respecta a sus relaciones entre espacios interiores y exteriores ha sido cuestionada las últimas dos décadas, cuando los arquitectos fueron gradualmente perdiendo su confianza en las formas funciona listas y racionalistas de hacer arquitectura. Luis Barragán fue pionero en cuanto al cuestionamiento de los valores de la cultura arquitectónica de su tiempo y no solo lo expresó en palabras, sino en las formas con las que compuso sus proyectos de casas, jardines y urbanizaciones completas, como el Pedregal de San Angel.
Sabemos muy bien que en el mundo casi no existen paisajes que estén exentos de las intervenciones humanas directas e indirectas. Sin embargo, los paisajes urbanos son situaciones extremas de la densidad con la que las construcciones y los espacios abiertos se relacionan y dialogan entre ellos. Quien se encuentra en proceso de diseñar un edificio, calle, plaza o parque dentro de una ciudad, habitualmente analiza el contexto existente para tomar en cuenta sus características e incorporarlas a su diseño.
Por ejemplo, si la manzana en la que se encuentra el terreno a ser intervenido cuenta con alturas homogéneas y una normatividad de ocupación del suelo, estos factores constituirán precedentes fundamentales para el diseño de un nuevo edificio. Pero dicho diseño pasa inmediatamente a formar parte del contexto sobre el cual actúa y las condiciones cambian apenas queda finalizada la obra.
Algo similar sucede también cuando se derrumba un edificio por un terremoto o se realiza su demolición intencionalmente, el nuevo vacío pesa sobre el contexto, lo desequilibra y genera una tendencia a ser llenado de nuevo, o bien sustituido por un espacio público abierto.
En todos los casos, se verifica una especie de recomposición de los elementos del paisaje urbano, que es muy importante considerar.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 20 de octubre de 2022

RUINAS MODERNAS

“Hoy la arquitectura sólo puede mantenerse como una práctica crítica si adopta una posición de retaguardia, es decir, si se distancia igualmente del mito de progreso de la Ilustración y de un impulso irreal y reaccionario a regresar a las formas arquitectónicas del pasado preindustrial.”
Kenneth Frampton Regionalismo crítico

No sabemos con certeza si siempre fue así en épocas pasadas, pero la arquitectura moderna ha generado ruinas a un ritmo notablemente acelerado. Quizá esto se deba en parte a que nunca se habían construido tantas obras en tan poco tiempo. A partir del siglo XX, con la utilización generalizada de materiales como el acero y el concreto armado, la velocidad de ejecución de los edificios se revolucionó y de igual modo la generación de bióxido de carbono, la contaminación ambiental, los desechos, escombros y la extracción indiscriminada de materiales pétreos de las canteras. Paralelamente a esta revolución llegó una obsolescencia muy acentuada de lo construido. Las construcciones, tanto habitacionales como comerciales e industriales comenzar a ser insuficientes para satisfacer las necesidades de espacios siempre crecientes.
Si queremos buscar el papel que juegan la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería en los fenómenos climáticos de la actualidad, el calentamiento global y los gases de efecto invernadero, basta remontarnos al siglo XVIII, cuando nada de esto aun había comenzado, antes de la industrialización y del capitalismo basado en el consumo de los combustibles fósiles. Habría que observar, cómo se construían las casas, cómo se desarrollaban las ciudades y de dónde se extraían los materiales hace doscientos cincuenta años, para descubrir los efectos de la industrialización en la construcción. Si quisiéramos encontrar una ruta auténtica para enfrentar los retos que acarreará la urbanización total de la población en el futuro próximo, tenemos que asumir una postura de retaguardia y aunque nos parezca extraño, mirar hacia atrás en el tiempo, al mismo tiempo que miramos hacia el futuro.
Lorenzo Rocha

 

viernes, 14 de octubre de 2022

Ruinas modernas (17 radio)

El próximo jueves 20 de octubre a las 12:00 (México), 19:00 (Bilbao), conversaremos con Julio Pastor sobre las ruinas del modernismo.

Sintonicen 17radio.org 

 

jueves, 13 de octubre de 2022

CALENTAMIENTO GLOBAL

“Cuando los seres humanos entramos en contacto con el paisaje, necesariamente lo modificamos, con estos cambios, de alguna manera lo estamos construyendo. Por lo tanto, todos los paisajes terrestres han sido construidos por los seres humanos.” Andreas Malm.

  

Se ha hablado tanto del cambio climático y del calentamiento de la Tierra, que es muy difícil añadir algo útil al debate. Sin embargo, el filósofo sueco Andreas Malm ha escrito dos libros que aportan visiones crudas pero lúcidas del fenómeno. En 2016 publicó “Fossil Capital” y en 2017 “The progress of this storm”, ambos libros se pueden leer como dos partes de un solo manifiesto, en el cual sostiene que las ideas de naturaleza y sociedad son inseparables e incluso en ocasiones, indistiguibles. El filósofo sostiene que no hay misterio en el cambio climático, que está relacionado directamente con la economía que está ligada al consumo de energía fósil desde mediados del siglo XIX.

Para ilustrar el paradigma en el que se apoya el capitalismo global, la tecnología relacionada con la explotación indiscriminada de recursos que generan cantidades inusitadas de bióxido de carbono, Malm emplea una alegoría interesante: una imagen pintada en 1837 por los exploradores ingleses en su paso rumbo a China, por la pequeña isla de Labuán al norte de Borneo. La imagen muestra como una rica veta de carbón natural materialmente sale de las entrañas de la tierra, un hallazgo de un recurso aun sin explotar ya que los nativos de la isla no utilizaban el carbón ni tenían motivos para prenderle fuego. Se trata del momento previo al inicio de la era de los combustibles fósiles, que ya está cerca de cumplir 200 años, una época en que se gestó la creencia de un progreso siempre ascendente y sostenido, que involucraba la explotación de la naturaleza y que ahora lamentamos.

Sabemos de sobra que la naturaleza es una categoría social, ya que no existe naturaleza que no esté al alcance humano, de tal modo que no existen fuerzas extrañas a quien culpar de la actual situación.

Lorenzo Rocha

 

miércoles, 5 de octubre de 2022

VISIONES PERIFÉRICAS

El filósofo alemán Walter Benjamin escribió en: Pequeña historia de la fotografía: “Cualquiera podrá observar cuánto más fácil es captar un cuadro, y sobre todo una escultura y hasta una obra arquitectónica, en foto que en la realidad”.

La arquitectura y el urbanismo se expresan mediante la forma construida, para percibir los entornos construidos en su totalidad, es necesario tener una experiencia inmersiva en estos. Se trata de las artes con mayor autenticidad, ya que no pueden ser reproducidas mecánicamente, como los libros, las películas y las fotografías. En ese sentido son las obras con mayor “aura”, que en términos del discurso de Benjamin es el “aquí y ahora” de la obra de arte.
Sin embargo, estos entornos construidos se difunden mayormente mediante las imágenes (fijas y móviles) y los relatos escritos sobre ellos. Las imágenes de la arquitectura y de la ciudad han alcanzado un nivel de expresión gráfica y literaria casi igual al de los propios edificios, plazas y calles a los que representan.
En efecto Benjamin tiene razón, captamos mejor a la arquitectura en fotografía que en la realidad, esto se debe a que nuestro campo visual focal, el que utilizamos al mirar imágenes, es más poderoso que nuestra visión periférica, que opera cuando nos encontramos en los espacios arquitectónicos y urbanos.
La historia del cine, desde Metrópolis hasta Parásitos, ha recorrido prácticamente todos los escenarios posibles de la fantasía y de la realidad espacial. En esas películas la arquitectura y la ciudad son actrices. Hay infinidad de obras inolvidables, como Man with a movie camera, La jetée, Mon oncle, Blade runner, Odisea 2001 y muchas más que son indispensables para la comprensión del imaginario arquitectónico y urbano del siglo XX.
La cinematografía nos presenta ambientes reales y ficticios que sus directores controlan en cada detalle. Cada encuadre, plano y secuencia están calculadas para transmitir sensaciones estéticas, el cine transmite verdaderos conocimientos que se adquieren mediante las experiencias sensibles.
Lorenzo Rocha

 

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