jueves, 24 de noviembre de 2016

PROTESTA PÚBLICA

La escena es muy graciosa, vemos un paisaje urbano con edificios modernos genéricos, pero al alejarse la cámara, nos percatamos de que uno de los edificios no es real. Se trata de un personaje que se mueve de prisa, sosteniendo una especie de pancarta tridimensional en forma de edificio. La pieza se llama "Anarchitekton", es una puesta en escena filmada e ideada por el artista catalán Jordi Colomer y llevada a cabo por el actor Idroj Sancine (cuyo verdadero nombre es Jordi Encinas). La acción de la película se desarrolló en varias ciudades como Barcelona, Bucarest, Brasilia y Osaka entre 2002 y 2004.
Entre el título de la pieza y el contenido de los fotogramas, es muy facil darse cuenta de que la obra intenta críticar al anonimato de muchos de los edificios icónicos del modernismo. La filmación recorre obras arquitectónicas que van desde los bloques de vivienda inconclusos del socialismo rumano, los anuncios publicitarios que saturan el paisaje urbano en las ciudades japonesas, hasta los famosos edificios como el Congreso Nacional de Brasilia, diseñado por Oscar Niemeyer en 1964 o la Torre Agbar, construida en Barcelona por Jean Nouvel.
Pero ¿donde está la anarquía en todo esto? En los recorridos por las ciudades donde se ha escenificado la obra, el protagonista pone su maqueta-pancarta en tensión con las realidades sociales, con los contrastes entre el modernismo de las ciudades y su cara opuesta, las aspiraciones irrealizadas de muchos de sus habitantes: los indigentes, los obreros, los inmigrantes y toda la población marginada del bienestar y progreso que sus paises y ciudades les recuerdan cotidianamente.
Un "Architekton" es una maqueta-escultura de yeso, ideada en los años veinte del siglo pasado por el artista soviético Kasimir Malevich. Dichas maquetas no tenían escala ni medida, el artista las describía como "construcciones espaciales", que realizaba como expresiones trascendentales de la corriente suprematista que él encabezaba. Jordi Colomer estudió arquitectura y después se dedicó al arte, dentro de la plena tradición modernista europea, por lo cual, sus maquetas ambulantes son doblemente irreverentes, ponen en rídículo tanto a los edificios que representan, como a su inspiración estética referida a la trascendencia del suprematismo.
Con una buena carga de sentido del humor, algo que desgraciadamente es poco frecuente en el arte contemporáneo, Colomer reivindica y adopta la protesta del habitante común de las ciudades modernistas. El artista se suma a la desazón que provoca la falta de escala y la pérdida de la figuración de la arquitectura moderna y la convierte en una caricatura, con la complicidad de los habitantes marginados dentro de sus propias ciudades.
Lorenzo Rocha

jueves, 17 de noviembre de 2016

PUEBLO FANTASMA

Historicamente la fundación de las ciudades se ha debido siempre a razones económicas. La proximidad al agua: rios, mares o lagos, el acceso a los recursos naturales como la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería, el crecimiento de la industria o la proximidad a las rutas para el comercio, han sido invariablemente los factores del desarrollo de los pueblos, que crecen para convertirse en ciudades y después en metrópolis.

El suelo urbano se valora respondiendo a las leyes de la oferta y la demanda de vivienda, servicios, comercio, transportes e industria. Es inevitable que los terrenos con una ubicación privilegiada en la traza urbana sean objeto de la especulación, que no es más que un juego de espejos. Los propietarios de los predios con alto valor, en ocasiones los abandonan o los mantienen cerrados en espera de oportunidades para obtener ganancias mayores. Durante las crisis económicas, como la que ahora comienza, la especulación inmobiliaria es aún mayor que en tiempos de estabilidad.

Cuando las fuentes de riqueza se agotan, las ciudades se quedan desiertas y los pocos pobladores que no tienen otra alternativa que permanecer en sus lugares de origen, caen en la desgracia y pobreza. Tal es el caso de pueblos mineros en México, como MIneral de Pozos y Real de Catorce, que fueron abandonados al agotarse la actividad minera que los sostenía. Más recientemente ambos sitios han resurgido gracias al turismo, aunque nunca volverán a ser como en sus tiempos de apogeo.

Pero no solamente en Mexico existen pueblos fantasma, también en Estados Unidos, ciudades como Detroit y gran cantidad de poblaciones en Pensilvania, como Chester y York, han quedado semidesiertas después de que las armadoras de automóviles y las plantas siderúrgicas se mudaron a otros paises.

Esta semana nos enteramos mediante una inquietante crónica de Héctor de Mauleón, publicada en el diario El Universal, acerca de Jáltipan de Morelos, un pueblo fantasma en el sur de Veracruz. Los 40 mil desventurados habitantes de Jáltipan no se atreven a salir de sus casas después de las diez de la noche y vivien en constante terror por los numerosos crímenes y secuestros que suceden diariamente, ante la indiferencia de las autoridades. Los negocios, comercios y empresas han ido cerrando gradualmente debido a la extorsión y la violencia que los afecta directamente. Los habitantes de Jáltipan aseguran que el grupo criminal los Zetas, se ha apoderado del pueblo y el gobierno estatal ni el federal han acudido en su ayuda. La violencia es desde hace años, el mecanismo de aniquilación de las comunidades en casi todas las latitudes de nuestra geografía nacional, una auténtica fábrica de pueblos fantasma.

Lorenzo Rocha

jueves, 10 de noviembre de 2016

MUSEO BARROCO

Es lamentable que un edificio tan acertado como el Museo Internacional del Barroco, inaugurado en febrero en Puebla, sea más conocido por su dudoso proceso financiero de asignación de la obra, que por su excelente arquitectura.  Si el museo fuera privado, esta discusión sería mínima o inexistente, como en los casos de otros museos recientemente abiertos, como el Soumaya y el Jumex. Al ser un edificio público, ambos aspectos: el político y el arquitectónico, son inseparables y animan a una reflexión acerca del mismo fundamento del papel del Estado mexicano en las obras públicas.

El proyecto del premiado arquitecto japonés Toyo Ito, parece existir en un universo paralelo a la realidad mexicana, el resultado, sus espacios y texturas, hacen plena justicia a su contenido y a su lugar en el contexto de la moderna zona de Angelópolis. Quizá con lo único que no ha podido lidiar correctamente el arquitecto Ito, ha sido con el intenso asoleamiento, ya que el concreto blanco deslumbra al visitante en el acceso y en el patio del museo, haciéndolos casi inhabitables.

Conceptualmente el proyecto hace referencias cultas y literales a las características formales del barroco, sin recurrir a la imitación formal del arte y la arquitectura de aquel período. El edificio no se parece en absoluto a la catedral de Puebla ni a la iglesia de San Francisco, tampoco a las obras barrocas de Bernini o Borromini en Roma, ni a la decoración plateresca o churrigueresca de los altares novohispanos. En cambio, la siguiente cita del historiador francés del arte François Souchal, parece quedarle a la perfección al museo: "El barroco es el arte de lo instantáneo, de la aprehensión del movimiento, detenido en su cúspide, en su apogeo y además es un arte del espectáculo, un arte que se contempla a sí mismo, de ahí su carga a veces casi insoportable de emoción y no de emoción suave, sino patética".

El proyecto recurre a un modo sencillo e inteligente para conseguir su alto contenido efectista, se trata de una simple caudricula en planta, cuyos lados han sido redondeados y se pliegan hacia dentro y hacia afuera creando aberturas en las esquinas. Gracias a estos pliegues de los muros de concreto, magistralmente ejecutados por el constructor, el arquitecto crea variaciones en las alturas de los muros para crear formas escultóricas, que casi parecen estar haciendo referencia a los pliegues que el filósofo francés Gilles Deleuze describe del siguiente modo: "Ya existían todos los pliegues venidos de Oriente, los pliegues griegos, romanos, góticos, clásicos... Pero el barroco curva y recurva los pliegues, los conduce infinito, pliegue sobre pliegue, pliegue según pliegue. El rasgo del barroco es el pliegue que va hasta el infinito".

Lorenzo Rocha

jueves, 3 de noviembre de 2016

PERSONAJES DESCONOCIDOS

Los arquitectos famosos en la historia de la arquitectura, a veces no han dejado huellas visibles en el paisaje urbano de las grandes ciudades. Muchos de ellos, como Ludwig Mies van der Rohe, Louis Kahn o Frank Lloyd Wright, construyeron obras magníficas y monumentales, como rascacielos, teatros y conjuntos habitacionales, pero si visitamos las ciudades donde sus obras fueron realizadas, como Philadelphia, Chicago y Nueva York, tendremos que buscar sus obras a conciencia y encontraremos que la mayoría de los edificios en dichas ciudades fueron diseñados por personajes anónimos.
Le Corbusier trabajó en París desde 1920, hasta su muerte en 1965. Además de todos su proyectos realizados desde Marsella hasta Chandigarh, durante estos años trabajó en planes urbanísticos para varias ciudades, entre ellas la propia capital francesa. Su proyecto de 1933 para la “Ciudad radiante”, proponía demoler gran parte de los edificios antiguos del centro de París para crear edificios altos ubicados en extensas areas verdes que mejorarían la calidad de vida urbana y harían más eficiente la movilidad y el aprovechamiento del suelo urbano. Este plan tuvo gran influencia en el desarrollo de muchas ciudades en Sudamérica, Asia y África, pero tuvo poco impacto en la transformación moderna de la ciudad luz.
Fue otro personaje, el arquitecto Raymond Lopez (1904-1966), cuyo nombre es casi desconocido, quien tuvo un verdadero impacto en el plan director de París, que ha determinado la forma de la ciudad en su etapa moderna. Quizá por haber sido discípulo de Le Corbusier, su fama es menor, sin embargo cuenta con realizaciones en la ciudad de mucho mayor envergadura que las de su maestro, ya que con la ayuda de otro arquitecto, Michel Holley, él fue capaz de acercarse a los personajes con mayor poder político y económico de la ciudad y recibir su apoyo. 
Entre sus obras se cuenta la sede de la FNB (Fédération Nationale du Bâtiment, realizada entre 1948 y 1951), conocida como la "Torre Lopez" en el 15 ̊distrito, se trata de uno de los primeros edificios donde fue posible aplicar las ideas de "Muro cortina" de Jean Prouvé. En 1959 Lopez construyó la torre de apartamentos de Bois-le-Prêtre, que envejeció de mal modo y fue materialmente engullida por otro edificio de la firma Lacaton y Vassal en 2011. 
La mayor influencia del arquitecto López sobre la ciudad de París consiste en su plan urbanístico director y las ideas plasmadas en su libro titulado "El devenir de las ciudades".  Del plan urbanístico director, encargado a Lopez en 1954, derivan el conjunto de edificios Front-de Seine, la torre Montparnasse, Les Halles y la transformación de la Place d'Italie, los cuales cambiaron significativamente el paisaje urbano de la ciudad. Cuando investigamos la historia de casi cualquier ciudad es frecuente encontrar casos parecidos a este, en los que no existen coincidencias estrictas entre los relatos históricos y académicos y la realidad del desarrollo de la arquitectura de la ciudad como obra colectiva.
Lorenzo Rocha

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