El recién inuagurado Museo Jumex es un edificio que causa un impacto sensorial desde el primer momento. Se llega a él cruzando una sencilla plaza de mármol travertino, que lleva a la luminosa entrada. No es coincidencia que el diseño volumétrico exterior, obra del arquitecto inglés David Chipperfield, se asemeje a una fábrica por su cubierta en forma de "dientes de sierra". De hecho parece un ícono o la abstracción de la forma fabril, como una fábica en miniatura o de juguete.
¿Qué se producirá en esta nueva fábrica? Por el momento su principal producto es la expectación. No creo ser el único espectador que ve con esperanza positiva la inuaguración de una institución cultural. Todo parece indicar que este nuevo museo se plantea acercar al público a la apreciación del arte contemporáneo. Si este es su objetivo, no será nada fácil conseguirlo, ya que el arte actual tiene mucha relación con la literatura especializada en la materia y todos sabemos que en nuestro país la tasa de lectores es muy baja y va siempre en decrecimiento.
Sin embargo, desde su primera exposición, el Museo Jumex muestra una encomiable intención didáctica. Las exposiciones presentadas el primer día contenían explicaciones detalladas sobre los artistas y algunos datos biográficos e históricos que acompañan a las fichas curatoriales de algunas obras. Además durante el día de la inauguración hubo charlas con artistas, críticos especializados e incluso con el arquitecto del edificio.
La arquitectura de Chipperfield ha sido una excelente elección para dotar del espacio adecuado a la colección y fundación Jumex. Sus salas son muy flexibles para distintos montajes museográficos. Cuenta con espacios exteriores para las artes performáticas y su planta superior tiene una iluminación constante que casi no cambia entre el día y la noche. Incluso se ha utilizado una de las plantas subterráneas de estacionamiento para exponer obras de arte.
Desde el punto de vista urbanístico, no hay la misma coherencia, ya que los edificios aledaños no armonizan en absoluto con el nuevo museo. Siguen el planteamiento contemporáneo de colocar objetos a la vera de una calle, como se colocan las tazas y jarras sobre una estantería. Tampoco la zona de Polanco tiene las características idóneas para una estructura peatonal y de transporte público que fomente el acceso a sus museos y teatros, quizá la decisión responda a un criterio que privilegia el uso del automóvil sobre los demás medios de locomoción. Ojalá que este nuevo recinto no reste importancia a la galería Jumex, situada desde hace más de diez años en la fábrica de Ecatepec.
Lorenzo Rocha
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