jueves, 7 de mayo de 2015

SITIOS CULTURALES

La conservación del patrimonio inmueble en la ciudad de México es cada vez más problemática. En primer lugar debido a que los inmuebles con valor artístico se encuentran casi siempre en los sitios con la mejor ubicación. Comenzando por el Centro histórico, los edificios considerados como patrimonio cultural, se extienden por el Paseo de la Reforma hasta la colonia Juárez, zonas con las mejores condiciones de localización en la ciudad. Dada la importancia de la ubicación dentro de cualquier criterio de valoración inmobiliaria, los inmuebles patrimoniales son especialmente vulnerables a la presión ejercida por el mercado de bienes raíces y las políticas desarrollo urbano.

En segundo lugar, tenemos leyes que protegen a los edificios históricos, pero su aplicación es notablemente sesgada. Muchos de los términos utilizados en la redacción de las leyes de desarrollo urbano, son demasiado ambiguos para permitir su correcta interpretación y cumplimiento. Los organismos encargados de la protección del patrimonio inmueble son Conaculta, el INBA y el INAH, sin embargo, no existe un tribunal especializado que resuelva las controversias derivadas de la conservación patrimonial. El más importante de estos términos es la integración, que se menciona constantemente en los textos legales, pero queda a discreción de los funcionarios su aplicación cuando se solicita un visto bueno para licencia de construcción nueva o para ampliación de los inmuebles patrimoniales.

Con las actuales leyes y procesos administrativos, es muy probable que sigamos perdiendo diariamente, verdaderas joyas de la arquitectura antigua, ya sea por demoliciones indebidas, construcciones agresivas o por simple abandono y negligencia. Con la situación legal prevaleciente, nuestra ciudad seguirá renunciando a la arquitectura contextual y también al potencial que tiene la arquitectura contemporánea, cuando se enfoca a la integración creativa entre lo antiguo y lo moderno.

Es probable que la mejor —o quizá la única— manera de conseguir salvaguardar el patrimonio es que las instituciones culturales, públicas o privadas, se instalen en casas o edificios con valor artístico y se hagan cargo de restaurarlos y mantenerlos con vida.

Algunos museos como el MIDE, que se instaló en un inmueble patrimonial (el ex-convento de Betlemitas) han conseguido una notable armonía entre la arquitectura prexistente y su programa altamente tecnológico. También otras instituciones como el Centro Cultural de España, han podido combinar su vanguardista programa cultural con la arquitectura antigua sin que fuera necesario que sus ampliaciones más recientes imitaran a la arquitectura del pasado.

Lorenzo Rocha

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