El espacio, lo habitable y la experiencia de la arquitectura son los parámetros que se utilizan para escribir ensayos y disertaciones sobre el arte de la construcción. Se trata de una labor amplia y compleja que debe intentar eludir al máximo los prejuicios de los autores.
Existe una costumbre muy extendida entre los críticos de arquitectura que consiste en la taxonomía y determinación de si una obra es o no arquitectura. Este vicio, que es característico de los textos históricos dedicados a la arquitectura moderna, distingue a la arquitectura del paisajismo, del diseño urbano y del interiorismo, cuando todo ello comparte los mismos fines: la composición espacial habitable. Por ejemplo, el teórico mexicano José Villagrán, en una célebre carta escrita en 1951, califica a la arquitectura de Luis Barragán como puramente :”decorativa”, al privilegiar excesivamente su enfoque estético, sacrificando su funcionalidad, Villagrán escribe: “la obra vale plásticamente como escenografía o como decoración arquitectónica, mas no como arquitectura auténtica”.
Coloquialmente no se considera arquitectura aquel trabajo que no comprende todos los aspectos de una obra, como la parte estructural. Si el trabajo del arquitecto se realiza en un inmueble preexistente, a lo mucho se le describirá como renovación, sin considerar que el nuevo proyecto redefine la experiencia del espacio interior, sin importar que el edificio exista previamente con características interiores distintas.
Otro ejemplo interesante es la opinión del crítico e historiador inglés Kenneth Frampton publicada en 1969, acerca de la “Maison de Verre” (Casa de vidrio) construida en París en 1932 por el arquitecto Pierre Charreau. Frampton opina que más que una casa se trata de “una gran pieza de mobiliario insertada en un espacio ya construido”. La razón es que en efecto la obra fue construida dentro de una estructura de cuatro plantas ya existente, la cual no podía ser demolida y por lo tanto se conservó la estructura original de sus tres primeros niveles para ser convertida en la célebre vivienda y consultorio del doctor Jean Dalsace y su familia.
Hoy en día la crítica de arquitectura está un poco más abierta a distintos ámbitos y obras de arte que trabajen con la disposición espacial. Aunque el gremio en general sigue dividiendo las obras según ciertas temáticas funcionales, por eso en las bienales aun existentes clasificaciones que separan las obras siguiendo los cánones establecidos durante el modernismo del Siglo XX.
Lorenzo Rocha
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