Todo espacio debería considerarse habitable, así como es posible trabajar en casa. Las personas que necesitan una vivienda digna, cuya única opcion es habitar la lejana periferia urbana, deberían mudarse a los enormes espacios de oficinas y comercios obsoletos, que se encuentran localizados en las mejores zonas urbanas y permanecen vacíos por las noches.
La normatividad excesiva que regula a la construcción y el uso del suelo urbano, son obstáculos para la desprogramación del espacio habitable, que podría revolucionar a la práctica de la arquitectura. No cabe duda que la construcción debe regularse, sobre todo en sus aspectos técnicos, ya que los aspectos de la seguridad estructural, la salubridad y la protección civil no pueden dejarse a juicio de los constructores y usuarios. Sin embargo, los reglamentos de construcción en México, asi como en casi todos los demás países, han regulado hasta el mínimo detalle los proyectos habitacionales, dejando fuera los usos mixtos y las soluciones alternativas a la técnicas de construcción tradicionales.
Por ejemplo, hace 20 años los arquitectos franceses del estudio Lacaton y Vassal, construyeron una vivienda en el campo, cerca del poblado de Coutras, que en realidad es un invernadero prefabricado, como los que se usan frecuentemente en la agricultura. Los arquitectos tuvieron que hacer la casa de manera clandestina, al respecto comentaron a la revista española 2G: “El invernadero es el dispositivo mínimo más elegante que conocemos para utilizar y transformar el clima exterior con objeto de hacerlo habitable, aunque no es sencillo encajarlo en una normativa de edificación demasiado modelizada”.
Durante los años sesenta, durante una crisis de escasez de vivienda, el gobierno de Nueva York dejó libre la habitabilidad por un período de tiempo, de ahí surgieron los talleres y fábricas convertidos en viviendas que se denominan “lofts”. En contraste, en la ciudad de México existe Atlampa, una zona central de antiguas fábricas, que no ha podido renovarse dado que está restringida exclusivamente a usos comerciales e industriales.
Lorenzo Rocha
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