jueves, 25 de julio de 2024

ESPACIO SOCIAL

La geógrafa inglesa Doreen Massey escribió en su excelente ensayo “Un sentido global del lugar”, en 1984: “Lo espacial no existe como una esfera separada. El espacio es una construcción social.”


El espacio urbano no se puede analizar correctamente si se considera como un fenómeno aislado de las fuerzas sociales, es evidente que el espacio como elemento abstracto —que ha sido el modo como lo han abordado la mayoría de los arquitectos y urbanistas modernos— arroja proyectos que fracasan en su inserción social. Doreen Massey explica profundamente esta relación con ejemplos muy claros de la relación entre la geografía industrial y sus aspectos sociales y económicos. También escribió: “Para comprender la diferenciación espacial inmobiliaria era necesario tener en cuenta los mecanismos (económicos, sociales, políticos) que operaban en el mercado inmobiliario.”

La costumbre de los planificadores es investigar sobre la demografía en términos científicos, con protocolos de investigación de campo basados en encuestas, estadísticas e interpretaciones de colecciones de datos. Después se ejecutan las obras y se evalúa la pertinencia de las investigaciones, pero no se atiende al desarrollo de los espacios posteriormente a su ocupación. Los habitantes tienen necesidades dinámicas y requieren hacer adaptaciones a los espacios que ocupan, muy frecuentemente sus modos de uso de los espacios disponibles es distinto de lo que los planificadores plasman en sus diseños, así como sus intenciones de adecuación a las necesidades de las personas.

Cuando el espacio público no cumple con las características necesarias para albergar a las personas adecuadamente, cuando no satisface sus necesidades y deseos y no es suficientemente flexible y adaptable a ellos, no evoluciona hasta integrarse al sentido general de lugar antropológico, con las implicaciones simbólicas que esto conllevaría.

Los planes cuyo principal objetivo es político, generan resistencia por parte de la ciudadanía o bien resultan abandonados y desiertos, no entran en la dinámica del sentido que los lugares adquieren por su papel social.

Lorenzo Rocha

 

jueves, 18 de julio de 2024

CADENA DE VALOR


La cadena de valor empresarial, es un modelo teórico que permite describir el desarrollo de las actividades de una organización empresarial que generan valor al producto final. El modelo fue descrito y popularizado en 1985 por el economista Michael Porter en su libro: “Competitive Advantage: Creating and Sustaining Superior Performance.”


En los negocios inmobiliarios es muy importante conocer el valor de los recursos materiales y humanos con los que se cuenta en cada caso para determinar el modelo de negocio que se pretende desarrollar. Los promotores deben analizar las ventajas competitivas que tiene cada caso que analizan de tal modo que den beneficios a los inversores, clientes y usuarios. Quizá una característica específica de los emprendimientos arquitectónico-urbanísticos es el balance entre valor de uso y valor de cambio. Se trata sin duda de productos que responden a las reglas del mercado, pero los edificios y casas son bienes duraderos que deben mantenerse y por ello su valor comercial es inmediato si son nuevos, pero de largo plazo cuando cambian de propietarios.

La relación de los bienes construidos con la economía tiene algunas características específicas que los distinguen de otros productos, se puede decir que las construcciones y urbanizaciones no son estrictamente bienes de consumo, ya que no se agotan en su uso y ocupan porciones de suelo, que es un bien finito y de interés público.

En todo caso, quien se dedica al desarrollo inmobiliario debe ser consciente de que no se puede operar sin una estrategia clara y sin identificar los objetivos que persigue y el mercado al que presta servicio. Incluso si se tratase de empresas sin ánimo de lucro, es necesario que sean gestionadas tomando en cuenta los mismos factores que si lo fueran, porque la única diferencia de estas frente a las empresas lucrativas es que los márgenes de ganancias que obtienen no se distribuyen entre los socios, sino se reinvierten para continuar generando beneficios sociales.

Lorenzo Rocha

 

jueves, 11 de julio de 2024

EDAD DE PIEDRA

La diferencia entre la historia y la prehistoria es la invención de la escritura, que dependiendo de la región se dio en distintas épocas. La escritura más antigua apareció hace 4,000 años y pertenece a la cultura Sumeria, que ocupó Mesopotamia (las tierras entre los ríos Tigris y Eufrates).

En el lenguaje cotidiano solemos tomar a la ligera el significado de algunos términos que abarcan conceptos arqueológicos e históricos importantes. Tal es el caso de la “Edad de piedra”, término que se utiliza para denominar los períodos prehistóricos del paleolítico y neolítico (previa al uso de los metales como el bronce y el hierro). Sin embargo, la escala de tiempo escapa a la comprensión de la mayoría de las personas. El período del paleolítico en el que el ser humano fue nómada y dependió principalmente de la caza y la recolección, se enmarca desde hace 2 millones de años hasta 80 siglos antes de nuestra era. Hace aproximadamente 10,000 años se ubica la invención de la agricultura lo cual dio origen a los asentamientos humanos permanentes y por lo tanto a lo que ahora llamamos arquitectura y urbanismo, este período finaliza hace 2,200 años, cuando se comenzaron a utilizar herramientas metálicas.
Todo aquello que sucedió antes de la invención de la escritura, no ha podido ser narrado por sus protagonistas, por lo que no pertenece propiamente a la historia sino a la arqueología, el estudio de los restos materiales de las culturas antiguas. El significado etimológico de arqueología deriva del griego archaios (lo, antiguo), mientras que la arquitectura proviene de archós (jefe) y tectón (constructor), por lo cual el arquitecto es quien dirige a los obreros de la construcción. Ambas disciplinas están estrechamente ligadas ya que los vestigios de las construcciones antiguas, junto con los utensilios, herramientas y los restos humanos son las fuentes documentales primordiales para los arqueólogos. Como decía el filósofo alemán Hans Jonas: “Las palabras dicen más que las piedras, si bien en ocasiones estas pueden denunciar la mentiras de aquellas”.
Lorenzo Rocha

 

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