jueves, 3 de noviembre de 2011

OTRA REALIDAD


Desde que nuestra vida se rodeó de imágenes digitales, pantallas, computadoras y videojuegos, el término “realidad virtual” pasó a pertenecer a nuestro vocabulario cotidiano. Pero, ¿exactamente qué quiere decir realidad virtual? Su significado es tan simple como confuso: decir que algo es virtualmente real, equivale a afirmar que es casi igual a lo real. Entonces tendríamos que definir primero qué es lo real, difícil tarea, casi imposible. Los filósofos nunca se han puesto de acuerdo en la definición de la realidad, aquella que más me convence es la de Hegel, quien decía que la realidad es “un sistema de aproximaciones”.

Lo virtual es aquello que es aparente pero no real, una recreación de una escena particular que, dadas sus características sensoriales, nos de la impresión de ser real aunque no lo sea. Sin embargo, la paradoja de la realidad virtual radica en cuestionarse dónde se encuentra el sujeto cuando está experimentándola. ¿Cuando vemos la pantalla de la computadora, dónde estamos? ¿Estamos en nuestra habitación, o dentro de la imagen digital que estamos observando? ¿Qué sucede si la imagen que observamos representa a su vez otra realidad virtual? Es un fenómeno parecido a soñar dentro de un sueño, tenemos que despertar dos veces.

Si tenemos frente a nosotros un videojuego que muestra imágenes muy realistas y tiene efectos sonoros tan convincentes que nos parece que estamos inmersos en la escena que estamos viendo y oyendo, ¿significa eso que nuestra experiencia es casi real? Ultimadamente, ¿cómo podemos saber si lo que vemos es tan cercano a la experiencia real, si seguramente nunca hemos tenido tal experiencia? En fin, lo único cierto de todo este dilema es que las imágenes y sonidos digitales son experiencias reales como tales, sin necesidad de que se parezcan o se consideren equivalentes a las experiencias físicas en las que están inspiradas. Ninguna experiencia puede ser suplantada por otra, simplemente son dos momentos distintos dentro de la percepción sensorial humana.

Lorenzo Rocha

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