jueves, 27 de junio de 2013

POLÍTICA PLÁSTICA

Existe una forma de arte público que es efímero y en ocasiones anónimo,  consiste en realizar proyectos artísticos de inserción social. Se trata de ejercicios y acciones planificadas por el artista, de tal modo que funcionen solamente mediante la participación del público interesado, o de la población de un determinado barrio o zona de la ciudad. En la mayoría de los casos, dichos proyectos son muy parecidos a los programas sociales comunitarios, que suelen tener los gobiernos locales y van dirigidos a actividades lúdicas o educativas, como la enseñanza de algún oficio o las campañas de conscientización que se llevan a cabo constantemente. Puede tratarse a simple vista del reciclaje de desechos, de la agricultura urbana o de actividades manuales y deportivas, entonces ¿donde se diferencía el arte relacional de los programas sociales oficiales?
Para quienes hayan estado involucrados en este tipo de prácticas, la diferencia es muy clara: los programas sociales tienen como finalidad principal la satisfacción de necesidades comunitarias específicas, mientras que los proyectos artísticos de inserción social tienen como objetivo el cuestionamiento de conceptos que van desde lo social, hasta lo político y lo estético. Desde los movimientos situacionistas nacidos en los años sesenta del Siglo XX, coincidiendo con las revoluciones ideológicas sucedidas en las universidades de muchos países, la manifestación política comenzó a ser abordada como un acto estético. Basta mencionar las insurrecciones surgidas en 1968 en México, Praga y París. En los más de 45 años que han transcurrido desde entonces, los artistas han adoptado ciertas prácticas propias de la propaganda política, principalmente aquella que corresponde a la izquierda, como materia de estudio de muchos de sus proyectos.
En nuestros días artistas como Bert Theis de Luxemburgo o el alemán Christoph Schäfer, entre muchos otros, han fundamentado parte importante su trabajo en la utilización  propagandística de la filosofía izquierdista de los Sesenta. Theis fundó OUT en Milán en el 2002, un grupo que se dedicó a cuestionar los planes urbanísticos que han transformado el barrio “Isola”, donde él habita. Schäfer y otros artistas residentes en Hamburgo, trabajan bajo el nombre de “Park Fiction” un grupo que realiza manifestaciones y eventos sociales de considerable importancia en su ciudad de origen. De dichas acciones derivan objetos e imágenes que son el modo contemporáneo de abordar la problemática del arte público. Se trata en cierto modo, del siguiente paso conceptual, que quizá vendrá después de la escultura monumental del modernismo.
Lorenzo Rocha

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