
Los despachos invitados por el gobierno a presentar sus ideas son: Legorreta+Rogers, Serrano+Hadid, Norten+SOM, González de León+Kalach, Grupo Sordo Madaleno, Foster+Romero, López Guerra+Pascall y Gómez Pimienta+Gensler. Inmediatamente salta a la vista un fenómeno novedoso en nuestro contexto arquitectónico, casi todos los arquitectos mexicanos se alían con arquitectos extranjeros. La motivación estratégica de las alianzas no sorprende tanto como la temeridad de aquellos que no han seguido dicha tendencia, por lo cual se augura menor suerte a Teodoro González de León, Alberto Kalach y Javier Sordo Madaleno, quienes no han optado por involucrarse con el olimpo mundial de nuestra profesión. Despachos internacionales que además cuentan con una amplia experiencia en la construcción de terminales aéreas por todo el planeta como Norman Foster en Londres (Stanstead), Beijing, Chep Lok y Kuwait entre otros. Richard Rogers proyectó las nuevas terminales de los aeropuertos de Madrid y Londres (Heathrow), en colaboración con otros arquitectos como el español Antonio Lamela.
La competencia siempre es positiva y sin duda impulsa el desarrollo tecnológico y cultural, pero la credibilidad de la administración pública y del gremio de los arquitectos queda en entredicho cuando los procesos son oscuros y ambiguos como en el presente caso, en un proyecto que es de incuestionable interés público. Admiro la temeridad de los arquitectos mexicanos que se han presentado de forma independiente. Sin embargo su esfuerzo es inútil cuando las condiciones de competencia son tan inicuas como ahora.
Lorenzo Rocha
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