La arquitectura es una de las disciplinas artísticas en la cual las modas influyen más significativamente en la orientación del ejercicio profesional. En los ambientes académicos donde solamente se aprecian las manifestaciones más puras de arquitectura culta, es natural que las modas sean vistas con notable desconfianza, ya que constituyen maneras de actuar hasta cierto punto irreflexivas y con poco contenido crítico.
Para el resto del gremio profesional, los arquitectos que no alcanzan el nivel teórico de los académicos universitarios, ni aspiran a ello, seguir la moda del momento es considerado casi como una obligación. Pero la moda en arquitectura, no es producto de caprichos ni estrategias comerciales, sino de la difusión de situaciones problemáticas a través de los medios masivos de comunicación. Esto resulta en muchos casos en los cuales seguir la tendencia de la moda arquitectónica no es necesariamente dañino para quienes lo hacen.
¿Quienes son los personajes protagónicos que imponen las modas y cómo? Para que un modo de hacer arquitectura se convierta en una moda y se extienda internacionalmente, es crucial el papel de los medios masivos de comunicación: la televisión, la radio, el cine, la prensa, las revistas y el internet. Para que el trabajo de un arquitecto capture la atención de los medios de comunicación, es necesario que éste reuna ciertas cualidades que podemos resumir en la elocuencia del comunicador natural, que se fundamenta en la personalidad de los arquitectos o arquitectas estrella. Los premios y las exposiciones internacionales, contribuyen a construir la personalidad y notoriedad del profesionista, hasta que alcanza la condición de celebridad.
Hasta hace poco tiempo, la moda de la arquitectura era la sostenibilidad, no bastaba con que un edificio cumpliera con las normas ecotécnicas que son un notable avance tecnológico, también se tenía que notar su intención en el lenguaje arquitectónico. Por eso proliferaron los edificios literalmente verdes, cubiertos de plantas, durante los diez primeros años del segundo milenio.
Aunque aun prevalece la moda verde, en los últimos cinco años se ha puesto de moda la arquitectura con interés público y sentido social. A ello han contribuido notablemente todas las manifestaciones de arquitectura ligada a la escasez y al contexto sociopolítico de america latina. Resulta interesante el relato que hace el periodista inglés Justin Mc Guirk en su libro: "Ciudades radicales. Un viaje a la nueva arquitectura latinoamericana" (Editorial Turner, Madrid 2015). El colaborador de The Guardian hace un recorrido por todos los territorios que se encuentran por abajo del "Ecuador político" del Continente americano (la frontera entre México y los Estados Unidos), comenzando por Tijuana, hasta Medellín, Bogotá, Caracas, Lima, Buenos Aires, Santiago, en un análisis periodístico de los proyectos de arquitectura social de toda la región.
Lorenzo Rocha
jueves, 26 de enero de 2017
jueves, 19 de enero de 2017
NUESTRO TERRITORIO
Como resultado de la guerra entre México y los Estados Unidos (1846-1848), nuestro territorio nacional se redujo a menos de la mitad, tomando en cuenta la anexión de Texas como el vigésimo octavo estado norteamericano, ocurrida en 1845. Cinco años después del fin de la guerra, se concretó la operación mediante la cual los Estados Unidos adquirieron California, Nuevo México y todos los terrritorios mexicanos al norte del Río Grande, que ahora son los estados de Nevada, Arizona, Utah y Colorado.
¿En qué políticas se fundamentó la empresa expasionista estadunidense? La primera fue la doctrina Monroe, que se resume en la frase popular: "América para los americanos". En 1823, el presidente James Monroe anunció que los Estados Unidos repelerían cualquier intento de colonización o intromisión por parte de un país europeo hacia territorios dentro del continente americano. Mexico había sufrido diversas intervenciones europeas en sus primeros años como nación independiente, lo cual preocupaba a los estadunidenses.
La segunda doctrina que motivó a los estadunidenses para la invasión del territorio mexicano, se conoce como el Destino Manifiesto, el cual se origina en la creencia de los colonos de Estados Unidos de que su destino era expandirse hacia el Oeste hasta alcanzar el Océano Pacífico, para llevar hasta allí su forma de gobierno y su visión del mundo. La expresión fue acuñada por el periodista John O'Sullivan en 1845 cuando se refería al apoyo que tenían los texanos para independizarse de México y anexarse a los Estados Unidos.
Desde aquellos tiempos el expansionismo norteamericano fue reprobado y condenado como injusto por propios y extraños, entre quienes estaban Abraham Lincoln. En 1849, Henry David Thoreau (1817-1862), autor del célebre ensayo "Walden", publicó un breve manifiesto titulado "Desobediencia civil", en el cual explicaba su visión personal en contra de las leyes de su país que consideraba injustas. Thoreau estuvo preso por negarse a pagar impuestos al Estado, dado que consideraba que su conciencia no le permitía colaborar con un gobierno que aprobaba constitucionalmente a la esclavitud y que había invadido a México para despojarlo de su territorio original. Thoreau escribió: "Bajo un gobierno que encarcela injustamente, el verdadero lugar para un hombre justo es la prisión". Cuando su amigo y mentor, el escritor Ralph Waldo Emerson fue a visitarlo a la cárcel, éste le preguntó: "Henry, ¿se puede saber qué haces alli dentro?", a lo que Thoreau respondió: "Waldo, más bien la pregunta es ¿qué haces tú allá afuera?"
El texto ha servido como fundamento para movimientos sociales desde Gandhi hasta Luther King, Buber y Goldman. Quizá en los tiempos que corren ahora, no sería mala idea releer a Thoreau.
Lorenzo Rocha
¿En qué políticas se fundamentó la empresa expasionista estadunidense? La primera fue la doctrina Monroe, que se resume en la frase popular: "América para los americanos". En 1823, el presidente James Monroe anunció que los Estados Unidos repelerían cualquier intento de colonización o intromisión por parte de un país europeo hacia territorios dentro del continente americano. Mexico había sufrido diversas intervenciones europeas en sus primeros años como nación independiente, lo cual preocupaba a los estadunidenses.
La segunda doctrina que motivó a los estadunidenses para la invasión del territorio mexicano, se conoce como el Destino Manifiesto, el cual se origina en la creencia de los colonos de Estados Unidos de que su destino era expandirse hacia el Oeste hasta alcanzar el Océano Pacífico, para llevar hasta allí su forma de gobierno y su visión del mundo. La expresión fue acuñada por el periodista John O'Sullivan en 1845 cuando se refería al apoyo que tenían los texanos para independizarse de México y anexarse a los Estados Unidos.
Desde aquellos tiempos el expansionismo norteamericano fue reprobado y condenado como injusto por propios y extraños, entre quienes estaban Abraham Lincoln. En 1849, Henry David Thoreau (1817-1862), autor del célebre ensayo "Walden", publicó un breve manifiesto titulado "Desobediencia civil", en el cual explicaba su visión personal en contra de las leyes de su país que consideraba injustas. Thoreau estuvo preso por negarse a pagar impuestos al Estado, dado que consideraba que su conciencia no le permitía colaborar con un gobierno que aprobaba constitucionalmente a la esclavitud y que había invadido a México para despojarlo de su territorio original. Thoreau escribió: "Bajo un gobierno que encarcela injustamente, el verdadero lugar para un hombre justo es la prisión". Cuando su amigo y mentor, el escritor Ralph Waldo Emerson fue a visitarlo a la cárcel, éste le preguntó: "Henry, ¿se puede saber qué haces alli dentro?", a lo que Thoreau respondió: "Waldo, más bien la pregunta es ¿qué haces tú allá afuera?"
El texto ha servido como fundamento para movimientos sociales desde Gandhi hasta Luther King, Buber y Goldman. Quizá en los tiempos que corren ahora, no sería mala idea releer a Thoreau.
Lorenzo Rocha
jueves, 12 de enero de 2017
ESCASEZ
La escasez de recursos es sin duda una de las más importantes fuentes para estimular la creatividad. Cuando las condiciones económicas son adversas, las personas evitan el dispendio y hacen hasta el último esfuerzo para satisfacer sus necesidades con los recursos materiales y humanos que se encuentran a su disposición. Así es como la carestía en todos los ámbitos de la vida civil ha influido positivamente en la inventiva de las personas que la han sufrido y han sobrevivido.
En los países económicamente desfavorecidos, la necesidad y escasez de la vivienda popular se ha solucionado mediante la autoconstrucción. Durante las últimas décadas la visión frente a los extensos territorios ocupados por asentamientos humanos informales se ha visto transformada. La vivienda irregular existe por que la sociedad y el gobierno no es capaz de proveer casas asquibles a todos los pobladores de una ciudad, además el ritmo de la migración y el crecimiento poblacional siempre supera al de la construcción de viviendas.
En México hace varias décadas que el estado se ha apartado de la producción de viviendas populares y ha dejado esa función en manos de empresas privadas que se fundamentan en créditos subsidiados por las entidades gubernamentales. Por esta razón la vivienda pasó de ser un área tutelada por el estado, a un negocio en manos de las empresas promotoras inmobiliarias. Esto la ha hecho más frágil e ineficiente ya que el objetivo de las empresas es el lucro, como es natural.
Hemos llegado aceptar a los asentamientos irregulares como la solución provisional ante la enorme falta de vivienda asequible, mientras que antes eran vistos únicamente como problemas sociales, susceptibles solo a la erradicación.
Varias experiencias en Sudamérica nos han mostrado el potencial social de la capacidad de autorganización que existe dentro de las favelas en Rio de Janeiro y Sao Paulo en Brasil, o las casas autoconstruidas en Medellín y Bogotá en Colombia. Mediante la movilidad, el ocio y el acceso a la cultura, los alcaldes de dichas ciudades han conseguido mejorar notablemente las condiciones de vida de los habitantes de dichas zonas conflictivas.
En el terreno de lo ideal, quizá todos desearíamos que no existieran las zonas de pobreza dentro y fuera de las ciudades. Sin embargo, como sociedad no hemos sido capaces de crear las condiciones de igualdad necesarias para que dichas zonas desaparezcan. En otros países como Perú y Chile, las soluciones ante la falta de vivienda han sido aun más extremas, como la "Operación Sitio" llevada a cabo en Santiago en los años sesenta, en la cual el gobierno se limitó a marcar parcelas y otorgar terrenos para que la gente construyera su propia casa.
Lorenzo Rocha
En los países económicamente desfavorecidos, la necesidad y escasez de la vivienda popular se ha solucionado mediante la autoconstrucción. Durante las últimas décadas la visión frente a los extensos territorios ocupados por asentamientos humanos informales se ha visto transformada. La vivienda irregular existe por que la sociedad y el gobierno no es capaz de proveer casas asquibles a todos los pobladores de una ciudad, además el ritmo de la migración y el crecimiento poblacional siempre supera al de la construcción de viviendas.
En México hace varias décadas que el estado se ha apartado de la producción de viviendas populares y ha dejado esa función en manos de empresas privadas que se fundamentan en créditos subsidiados por las entidades gubernamentales. Por esta razón la vivienda pasó de ser un área tutelada por el estado, a un negocio en manos de las empresas promotoras inmobiliarias. Esto la ha hecho más frágil e ineficiente ya que el objetivo de las empresas es el lucro, como es natural.
Hemos llegado aceptar a los asentamientos irregulares como la solución provisional ante la enorme falta de vivienda asequible, mientras que antes eran vistos únicamente como problemas sociales, susceptibles solo a la erradicación.
Varias experiencias en Sudamérica nos han mostrado el potencial social de la capacidad de autorganización que existe dentro de las favelas en Rio de Janeiro y Sao Paulo en Brasil, o las casas autoconstruidas en Medellín y Bogotá en Colombia. Mediante la movilidad, el ocio y el acceso a la cultura, los alcaldes de dichas ciudades han conseguido mejorar notablemente las condiciones de vida de los habitantes de dichas zonas conflictivas.
En el terreno de lo ideal, quizá todos desearíamos que no existieran las zonas de pobreza dentro y fuera de las ciudades. Sin embargo, como sociedad no hemos sido capaces de crear las condiciones de igualdad necesarias para que dichas zonas desaparezcan. En otros países como Perú y Chile, las soluciones ante la falta de vivienda han sido aun más extremas, como la "Operación Sitio" llevada a cabo en Santiago en los años sesenta, en la cual el gobierno se limitó a marcar parcelas y otorgar terrenos para que la gente construyera su propia casa.
Lorenzo Rocha
jueves, 5 de enero de 2017
TOMA DE CARRETERAS
Es natural y justificado que haya grupos de personas de distintas filiaciones políticas que se estén manifestando en once estados de la república, en contra del gobierno actual y de su desatinada medida de aumentar el precio de la gasolina.
Grupos de alrededor de cincuenta personas se colocan en puntos estratégicos de las vías de comunicación y retienen contra su voluntad a decenas de miles de personas que no pueden ir a trabajar o volver a sus casas. No considero adecuado que dichas personas ejerzan su derecho a manifestarse públicamente, poniendo en riesgo la seguridad de tal numero de personas en espacios tan importantes como las carreteras federales.
La situación ha llegado a volverse habitual, pero ello no le otorga ninguna justificación, los ciudadanos no debemos nunca aceptar como normal que un grupo prive a otro de ninguna de sus garantías individuales, como el libre tránsito, sin que tenga consecuencias para quien lo haga.
En la toma de carreteras, la policía federal debe explicar y rendir cuentas por la omisión en el cumplimiento de su deber. Dicha corporación, encargada de proteger a los ciudadanos que se encuentran en zonas federales como puertos, carreteras, costas y otros, tiene la obligación de salvaguardar la seguridad de quienes los utilizan.
Sin embargo, el mecanismo se ha pervertido y ha trastocado el fundamento de las libertades constitucionales a las que tenemos derecho todos los ciudadanos, incluidos quienes de manera legítima y pacifica manifiestan su inconformidad con las políticas gubernamentales. Dichas protestas anuncian anticipadamente en redes sociales el lugar y la hora en que se llevarán a cabo, ¿Porqué la policía no acude al lugar del bloqueo antes de que comience, para evitarlo?
La tolerancia del gobierno ante la toma de espacios públicos de tránsito es en sí un acto reprobable. Los policías se presentan en el sitio del bloqueo con tres o cuatro horas de retraso y después en un santiamén, negocian con los manifestantes la liberación de las miles de personas a quienes han retenido ilegalmente sin siquiera recibir una multa de tránsito, mucho menos se les arresta por el acto criminal que han cometido. ¿Qué es lo que negocian con los manifestantes? Seguramente no es el precio de la gasolina, porque este no bajará aunque se mantengan bloqueadas todas las carreteras, casetas de cobro y estaciones de servicio del país.
No sería más efectivo que los manifestantes tomaran las oficinas de Pemex en lugar de las carreteras, pero al menos estarían atacando a quienes toman decisiones que les afectan, en lugar de perjudicar a sus semejantes, a los ciudadanos inocentes que necesitan transportarse y que sufren las consecuencias tanto del alza de la gasolina, como de la negligencia de la policía.
Este mecanismo perverso debe terminar antes de que suceda alguna catástrofe que le cueste la vida a los miles de personas que son víctimas del poco criterio de los grupos de manifestantes, en combinación con la repetida ineptitud de los funcionarios públicos encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos, si esto no para será imposible alcanzar el estado de derecho indispensable para el desarrollo futuro de nuestro país.
Lorenzo Rocha
Grupos de alrededor de cincuenta personas se colocan en puntos estratégicos de las vías de comunicación y retienen contra su voluntad a decenas de miles de personas que no pueden ir a trabajar o volver a sus casas. No considero adecuado que dichas personas ejerzan su derecho a manifestarse públicamente, poniendo en riesgo la seguridad de tal numero de personas en espacios tan importantes como las carreteras federales.
La situación ha llegado a volverse habitual, pero ello no le otorga ninguna justificación, los ciudadanos no debemos nunca aceptar como normal que un grupo prive a otro de ninguna de sus garantías individuales, como el libre tránsito, sin que tenga consecuencias para quien lo haga.
En la toma de carreteras, la policía federal debe explicar y rendir cuentas por la omisión en el cumplimiento de su deber. Dicha corporación, encargada de proteger a los ciudadanos que se encuentran en zonas federales como puertos, carreteras, costas y otros, tiene la obligación de salvaguardar la seguridad de quienes los utilizan.
Sin embargo, el mecanismo se ha pervertido y ha trastocado el fundamento de las libertades constitucionales a las que tenemos derecho todos los ciudadanos, incluidos quienes de manera legítima y pacifica manifiestan su inconformidad con las políticas gubernamentales. Dichas protestas anuncian anticipadamente en redes sociales el lugar y la hora en que se llevarán a cabo, ¿Porqué la policía no acude al lugar del bloqueo antes de que comience, para evitarlo?
La tolerancia del gobierno ante la toma de espacios públicos de tránsito es en sí un acto reprobable. Los policías se presentan en el sitio del bloqueo con tres o cuatro horas de retraso y después en un santiamén, negocian con los manifestantes la liberación de las miles de personas a quienes han retenido ilegalmente sin siquiera recibir una multa de tránsito, mucho menos se les arresta por el acto criminal que han cometido. ¿Qué es lo que negocian con los manifestantes? Seguramente no es el precio de la gasolina, porque este no bajará aunque se mantengan bloqueadas todas las carreteras, casetas de cobro y estaciones de servicio del país.
No sería más efectivo que los manifestantes tomaran las oficinas de Pemex en lugar de las carreteras, pero al menos estarían atacando a quienes toman decisiones que les afectan, en lugar de perjudicar a sus semejantes, a los ciudadanos inocentes que necesitan transportarse y que sufren las consecuencias tanto del alza de la gasolina, como de la negligencia de la policía.
Este mecanismo perverso debe terminar antes de que suceda alguna catástrofe que le cueste la vida a los miles de personas que son víctimas del poco criterio de los grupos de manifestantes, en combinación con la repetida ineptitud de los funcionarios públicos encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos, si esto no para será imposible alcanzar el estado de derecho indispensable para el desarrollo futuro de nuestro país.
Lorenzo Rocha
lunes, 2 de enero de 2017
ÉTICA DEL TRABAJO
En arquitectura no existe nada parecido al juramento hipocrático, que rige la ética de la medicina. Sería interesante hacer jurar a los arquitectos recién graduados el respeto absoluto a sus maestros, la enseñanza desinteresada de sus conocimientos y el ejercicio de su profesión con inocencia y pureza.
Los arquitectos no debemos ejercer nuestra profesión con ningún otro objetivo que la construcción y el mejoramiento de los espacios habitables. Jamás deberíamos rechazar un encargo por considerar que no está a nuestra altura. Deberíamos comportarnos de modo profesional sin importar quien nos contrate, ni la dimensión e importancia de la obra que nos encarguen. Toda la gente debería tener acceso a los servicios de un arquitecto, como lo es en el caso de los médicos y abogados, deberían existir "arquitectos de oficio", pagados por el estado para atender a quienes necesitan una casa pero no se encuentran en posibilidades de conratar a uno.
Mi propuesta para el año que comienza este domingo es que el proyecto arquitectónico se convierta en una prestación de la seguridad social. Todos los días se gradúan en México cientos de arquitectos que el mercado laboral no puede absorber. La mayoría de ellos terminan por dedicarse a alguna otra actividad no relacionada con sus estudios. Al mismo tiempo, diariamente se están construyendo miles de casas en las periferias de las ciudades y en los pueblos apartados, que no pasan por las manos de ningún profesionista y que ponen en riesgo la seguridad de sus habitantes y los marginan de la calidad de los espacios arquitectónicos diseñados por profesionales.
La mayoría de mis colegas están interesados principalmente en trabajos lucrativos y que les reporten prestigio profesional. Fuera del servicio social que se exige prestar durante los estudios universitarios, son realmente pocos los arquitectos que se dedican a proyectos legítimamente sociales. Existen algunas organizaciones como Inhabitat, Selavip, Techo o Arquitectos sin fronteras, que llevan a cabo proyectos de cooperación con un alcance limitado.
Es más frecuente ver casos de artistas que lleven a cabo proyectos de inserción social. En el norte del país destacan las iniciativas artísticas de grupos como Torolab y Tercerunquinto, cuyos integrantes se han involucrado en mecanismos de implicación con clases desfavorecidas en zonas marginadas de Tijuana y Monterrey respectivamente. Muchas veces sus proyectos siguen metodologías de participación ciudadana que podrían ser aplicables a la arquitectura. También los antropólogos sociales y algunos fotógrafos han realizado estudios profundos de las comunidades marginadas a lo largo de la frontera norte, que no han sido tomados en serio por las facultades ni por los gremios de arquitectos e ingenieros.
Lorenzo Rocha
Los arquitectos no debemos ejercer nuestra profesión con ningún otro objetivo que la construcción y el mejoramiento de los espacios habitables. Jamás deberíamos rechazar un encargo por considerar que no está a nuestra altura. Deberíamos comportarnos de modo profesional sin importar quien nos contrate, ni la dimensión e importancia de la obra que nos encarguen. Toda la gente debería tener acceso a los servicios de un arquitecto, como lo es en el caso de los médicos y abogados, deberían existir "arquitectos de oficio", pagados por el estado para atender a quienes necesitan una casa pero no se encuentran en posibilidades de conratar a uno.
Mi propuesta para el año que comienza este domingo es que el proyecto arquitectónico se convierta en una prestación de la seguridad social. Todos los días se gradúan en México cientos de arquitectos que el mercado laboral no puede absorber. La mayoría de ellos terminan por dedicarse a alguna otra actividad no relacionada con sus estudios. Al mismo tiempo, diariamente se están construyendo miles de casas en las periferias de las ciudades y en los pueblos apartados, que no pasan por las manos de ningún profesionista y que ponen en riesgo la seguridad de sus habitantes y los marginan de la calidad de los espacios arquitectónicos diseñados por profesionales.
La mayoría de mis colegas están interesados principalmente en trabajos lucrativos y que les reporten prestigio profesional. Fuera del servicio social que se exige prestar durante los estudios universitarios, son realmente pocos los arquitectos que se dedican a proyectos legítimamente sociales. Existen algunas organizaciones como Inhabitat, Selavip, Techo o Arquitectos sin fronteras, que llevan a cabo proyectos de cooperación con un alcance limitado.
Es más frecuente ver casos de artistas que lleven a cabo proyectos de inserción social. En el norte del país destacan las iniciativas artísticas de grupos como Torolab y Tercerunquinto, cuyos integrantes se han involucrado en mecanismos de implicación con clases desfavorecidas en zonas marginadas de Tijuana y Monterrey respectivamente. Muchas veces sus proyectos siguen metodologías de participación ciudadana que podrían ser aplicables a la arquitectura. También los antropólogos sociales y algunos fotógrafos han realizado estudios profundos de las comunidades marginadas a lo largo de la frontera norte, que no han sido tomados en serio por las facultades ni por los gremios de arquitectos e ingenieros.
Lorenzo Rocha
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Buscar este blog
Seguidores
Archivo del blog
-
►
2024
(51)
- ► septiembre (5)
-
►
2023
(61)
- ► septiembre (4)
-
►
2022
(62)
- ► septiembre (6)
-
►
2021
(56)
- ► septiembre (5)
-
►
2020
(54)
- ► septiembre (4)
-
►
2019
(55)
- ► septiembre (4)
-
►
2018
(55)
- ► septiembre (4)
-
▼
2017
(54)
- ► septiembre (5)
-
►
2016
(54)
- ► septiembre (5)
-
►
2015
(55)
- ► septiembre (4)
-
►
2014
(55)
- ► septiembre (5)
-
►
2013
(54)
- ► septiembre (4)
-
►
2012
(55)
- ► septiembre (4)
-
►
2011
(53)
- ► septiembre (5)
-
►
2010
(69)
- ► septiembre (8)