El sociólogo francés Bruno Latour, escribió en 2005 “Reensamblar lo social”, un libro que replantea el campo del estudio social, “la mejor definición de la sociología es que se trata de la disciplina en la que los participantes explícitamente se ocupan de reensamblar lo colectivo”.
La Teoría del Actor-Red se fundamenta en una visión de lo social más allá de lo exclusivamente humano, en la cual las máquinas también actúan sobre el campo social. Una de sus aportaciones más importantes es un replanteamiento de la ecología, como un concepto que trasciende a la naturaleza. Dentro de dicha teoría los actores o “actantes” sobre cualquier red social, trabajan de modo distribuido, lo que provoca que la fuerza que cualquiera de ellos ejerce sobre el sistema, afecta a todos los demás por igual.
Esta teoría contrasta con las concepciones centralizadas e incluso descentralizadas del cartesianismo. Constituye la herramienta más útil para el análisis y la planificación urbana, ya que en las ciudades, cualquier actuación, por pequeña o remota que parezca, afecta necesariamente a todas las demás. Por ejemplo, la construcción de un solo edificio localizado en un terreno con infraestructura y servicios suficientes y con vialidades fluidas, puede tener un impacto urbano insospechado, por ejemplo si se trata de una fuente de empleo para personas que habitan en zonas alejadas, que requieren transportarse diariamente hacia él. El impacto urbano de un rascacielos, como los que se construyen en el Paseo de la Reforma, donde trabajan alrededor de 10 mil personas, trasciende por mucho a su entorno inmediato. El efecto contrario también sucede, cuando como ahora se opta por el tele-trabajo, ya que algunos servicios ya instalados como el transporte y los servicios como la comida para estos empleados, se ven interrumpidos dejando desempleados a sus prestadores. Los arquitectos debemos ser capaces de tomar esto en consideración antes de plantear nuevos proyectos que sigan contribuyendo a centralizar los núcleos habitados.
Lorenzo Rocha