jueves, 17 de marzo de 2011

DESASTRE HUMANO


Las imágenes que nos han llegado diariamente desde Japón, a partir del viernes pasado, confirman de modo contundente lo que afirmaba el psicólogo alemán Carl Jung: que hayamos conquistado a la naturaleza no es más que un eslogan.

Lo que calificamos como desastres naturales, no son sino desastres humanos. De hecho, para la naturaleza —asumiendo que ésta tuviera algún tipo de consciencia— sacudirse, temblar, agitarse de vez en cuando no es nada anormal. El país del sol naciente, se encuentra ahora casi cuarenta centímetros más cerca de nosotros que antes del 11 de marzo y su punto más alto ha descendido también unos cuantos palmos. La tierra se ha movido de modo tangible. La catástrofe y sus lamentables consecuencias por la pérdida de vidas humanas, además de los estragos que ha hecho en una maltrecha economía, sin dejar fuera las secuelas psicológicas que habrá causado en la aterrada población nipona, son todos productos humanos, derivados en gran medida de la falta de una “ecología del espíritu”. Los humanos llevamos milenios colocándonos como el centro del mundo, viendo a las demás especies y al entorno natural como elementos a nuestro servicio. Estamos tan apegados a los objetos materiales y a la utilización ilimitada de los recursos naturales para nuestro provecho exclusivo que nos hemos permitido incluso alterar los núcleos de los átomos para liberar cantidades desproporcionadas de energía capaz incluso de llevarnos a la autodestrucción.

Si un terremoto sucediera en un territorio deshabitado, sin instalaciones industriales ni obras civiles, y no causara ningún daño material ni humano, seguramente no lo consideraríamos como un desastre. En cambio, cuando el sismo afecta a las ciudades y puertos, como en este caso, vemos en el fenómeno una carga negativa, casi una intencionalidad. Sin embargo, el movimiento de tierra, resultado de la subducción de las placas tectónicas continentales, no es el desastre en sí mismo, lo desastroso se verifica en el urbanismo y la arquitectura que son construcciones humanas.

Lorenzo Rocha

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