La frontera entre México y los Estados Unidos, es el norte para unos y el sur para los otros. Tijuana y San Diego por ejemplo, confroman en su conjunto, el conglonerado urbano fronterizo más poblado del mundo, con cerca de cinco millones de habitantes. La frontera es el límite entre dos lugares pero ¿Es también un lugar en sí mismo?
Las fronteras son lugares de tensión, hay tensión entre quienes desean entrar y quienes desean salir, la tensión de quien desea pasar del otro lado y la tensión de quien rechaza a la inmigración. Entonces, ¿Cuál es el lugar de la frontera? ¿Se trata acaso de un no-lugar? No creo que la linea fronteriza y sus inmediaciones se puedan considerar no-lugares, ya que todas las fronteras son distintas y están llenas de actividades particulares a su cultura y localización específicas.
Sin duda el lugar que ocupa la frontera, el espacio donde transitan, deambulan y permanecen miles de personas, es el lugar de la contingencia. Es el exacto punto donde se tocan personas que de otro modo nunca habrian entrado en contacto.
El tópico de la naturaleza transitoria de un lugar fronterizo es, hasta cierto punto, un mito. La frontera es habitada por un gran numero de personas, un grupo heterogeneo que se compone de guardias fronterizos, agentes aduanales, vendedores (ambulantes y fijos), agentes migratorios (publicos y privados), gran cantidad de personas que realizan actividades —legales e ilegales— que solamente se pueden desarrollar en un paso fronterizo. Incluso los migrantes habitan la frontera, forman filas interminables o esperan dentro de sus vehículos. Los migrantes pasan horas (una buena parte de su tiempo) en el lugar de frontera, durante ese tiempo solo esperan pasar, pero utilizan su tiempo para hablar, cantar, leer, pelearse, y muchísimas actividades más. Otros muchos han nacido en la linea fronteriza, y no pocos mas mueren diariamente en ese lugar.
Lorenzo Rocha
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