Pero el impacto de este
edifico no solamente se percibe a nivel local, parece que ha sido un fenómeno
mundial, por su amplia difusión mediante la infinidad de fotografías que se han
publicado desde su construcción hasta ahora. Es indudable que gran parte de la
importancia del Museo Guggenheim radica en su imagen, podríamos afirmar que es
un fenómeno tan mediático, como arquitectónico. Hace algunos meses, la revista
estadunidense Vanity Fair, publicó
una encuesta realizada a 52 expertos, entre los que se encuentran arquitectos
de varias nacionalidades, críticos, historiadores y académicos de alto nivel, a
quienes se les preguntó cuáles eran a su juicio las 5 obras más importantes,
construidas desde 1980. Era de esperarse que 28 de ellos (más de la mitad)
mencionara al Museo Guggenheim de Bilbao, como la obra arquitectónica más
importante del mundo en los últimos 30 años. Esta encuesta demuestra la
importancia del papel que juega la difusión de la arquitectura mediante su
imagen. En el caso del Guggenheim, la operación de posicionamiento publicitario
fue perfecta, se combinó el contexto de una ciudad europea en plena
recuperación económica, con la expansión de una institución cultural
estadunidense, que empleó al arquitecto más mediático de la época para
construir un edificio muy fotogénico. Sería posible que muchos expertos
opinaran sobre la importancia del edificio sin siquiera haberlo visitado.
El Guggenheim es imagen
hasta para los propios habitantes de Bilbao, a pesar de que casi todos conocen
su interior, es muy frecuente escuchar comentarios donde se discute su imagen
exterior, su integración al paisaje urbano, y su valor simbólico. La
transformación de la capital vizcaína se basa en su posicionamiento dentro del
mapa cultural europeo y este edificio, mediante la imagen, contribuyó de manera
decisiva a su consecución.
Lorenzo Rocha
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