Mediante la experiencia sensorial del espacio, todos los arquitectos buscamos —en mayor o menor medida— provocar reacciones emocionales o afectivas en los moradores de nuestros edificios. La arquitectura transmite un mensaje tácito que provoca reacciones distintas en cada individuo, pero todas ellas van ligadas directa o indirectamente a los valores que la arquitectura pretende representar. Estos valores, que el arquitecto plasma en su diseño, pueden ser de índole comercial, cultural, espiritual, u otro, independientemente de si se trata de construcciones públicas o privadas.
Beatriz Colomina, importante académica e investigadora en el campo teórico de la arquitectura, escribió en 1996 su libro: “Privacidad y publicidad, la arquitectura como medio de comunicación de masas”. El argumento central del texto es que la arquitectura se convierte en moderna únicamente cuando se involucra con los medios masivos de comunicación, desplazando radicalmente el modo tradicional de percibir la arquitectura, el sentido del espacio y la subjetividad. Como ejemplo, hace una lectura a consciencia de dos figuras centrales del movimiento moderno en arquitectura: Adolf Loos y Le Corbusier. El libro cuestiona seriamente algunos elementos ideológicos tácitos que subyacen a la visión generalizada de los valores de la arquitectura moderna y simultáneamente reconsidera la metodología de la critica de dicha disciplina. Mientras la crítica convencional presenta a la arquitectura como una práctica de alto valor artístico que la distingue como opuesta a la cultura de masas, Colomina considera a los medios masivos de comunicación, como un sistema emergente de percepción característico de todo el arte del Siglo XX. Sostiene que la arquitectura se construye como un discurso mediático y tiene su lugar en la inersección de todos los sistemas de representación que utiliza: dibujos, maquetas, fotografías, libros, películas y anuncios publicitarios. Sin soslayar la importancia del objeto construido, Colomina afirma que la disciplina arquitectónica se ha desplazado hacia el campo de la producción visual, utilizando las herramientas mediáticas como un medio más para su expresión.
En la era de la publicidad, la condición de la privacidad se ha transformado, la modernidad ha convertido lo privado en público, a través de su representación en los medios audiovisuales y escritos. La arquitectura moderna ha renegociado la relación tradicional entre lo privado y lo público, alterando en el camino la experiencia del espacio construido.
Lorenzo Rocha
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