jueves, 24 de abril de 2014

ESCULTURA PEDAGÓGICA

Desde principios de los años noventa, la arquitectura y la escultura se han ido fusionando conceptualmente. Quizá la tendencia a utilizar el interior de las esculturas como espacios pedagógicos, ha contribuido a la proliferación de prácticas interdisciplinarias entre ambas artes.

Uno de los primeros artistas en invitar al público a penetrar en el espacio de sus instalaciones fue el alemán Joseph Beuys, quien visualizó la acción política y comunitaria como una forma de "escultura social". Después de Beuys, han seguido esta tendencia muchos otros, como Thomas Hirschhorn, Hans Haake y Rikrit Tiravanija, este último es el artista que ha hecho más referencias directas a obras emblemáticas de la arquitectura moderna. Tiravanija describe su trabajo como un paralelismo entre la producción de esculturas y la ética de la participación social. Por esta razón, invariablemente invita al público a activar sus obras. En algunas ocasiones, incluso ha renunciado a la creación de objetos artísticos y simplemente ha cocinado para los visitantes de su exposición. El interés principal del artista es la gente que visita su obra, varios de sus proyectos incorporan estructuras recompuestas, "espacios paralelos" según su propia descripción, que operan como plataformas para actividades cotidianas.

En 1997 realizó la obra "Sin título (Casa de cristal)", que consistió en la instalación de una versión en miniatura de la famosa Casa de cristal del arquitecto Philip Johnson, construida en 1949. La instalación fue construida en el jardín escultórico del Museo de arte moderno de Nueva York, y funcionó como una especie de casa de muñecas para que los niños jugaran. No hay que dejar de lado la ironía de la pieza, ya que Johnson fue el director fundador del área de arquitectura del museo desde 1932 hasta 1954 y diseñó del jardín donde se instaló la pieza.

Otra obra importante en la misma línea es "Sin título (lo prometió)", realizada en 2002, se trata de una escultura realizada en acero cromado, que reproduce una parte de la casa Kings Road, construida por el arquitecto austriaco Rudolf Schindler en Los Ángeles en 1922. Por una parte, la obra recrea la fluidez espacial característica de Schindler, pero simultáneamente provoca una imagen múltiple de la realidad al haber sido construida con un material reflejante, a diferencia de la original que es de madera y concreto.

Cada vez que se instala, se ofrece al público como espacio para talleres, discusiones, proyecciones, conciertos y muchas actividades más. En 2008, cuando fue instalada en el Museo Guggenheim de Bilbao, fue la sede por un día de la Oficina de transformación urbana.

Lorenzo Rocha

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