Como en todas las exposiciones colectivas, la selección de artistas y obras que conforman la muestra “Teatro del mundo”, revelan la intención de la curadora de representar una visión compartida sobre un tema específico. En este caso se trata de Andrea Torreblanca, quien llamó a participar a 21 artistas, para montar una interesante exposición en el Museo Tamayo, la cual según sus propias palabras: “Explora el trabajo de diferentes artistas interesados en la arquitectura como lugar para la representación social y política”, enfocándose en: “la noción del mundo como escenario, en donde los monumentos, palacios, ruinas y proyectos de vivienda social conviven y se renuevan bajo una misma fachada de nación y aparente desarrollo”.
Un factor que seguramente fue tomado en cuenta por la curadora es que el contexto de una obra, condiciona en gran medida su percepción. Cuando la obra de un artista determinado, se encuentra muy cerca de otra creada por un artista distinto, las informaciones visuales, auditivas y textuales de ambas, interactúan y emiten involuntariamente, un mensaje en conjunto. Mensaje que puede ser muy distinto al que recibiría el espectador, si las obras se apreciaran por separado, o si se encontraran rodeadas de más obras del mismo artista, que en cierta medida reforzarían el discurso.
Dos instalaciones de la exposición que se presentan mediante diapositivas en espacios contíguos, generan en su conjunto un efecto que cualquiera de ambas seguramente no habría provocado si no se hubieran presentado juntas. Me refiero a “Arquitectura Contemporánea” de Heidrun Holzfeind y Christoph Draeger, la cual está al lado de “Propaganda Village” de Gardar Eide Erdarsson. La primera es un pase de diapositivas con una grabación de voz, que muestra los cambios que la arquitectura moderna de la ciudad de México ha sufrido a lo largo del tiempo. Los artistas se basaron en la Guía de Arquitectura Contemporánea (INBA, 1993), para visitar y fotografiar cada uno de los edificios y así conocer mejor la ciudad y registrar el paso del tiempo. La segunda pieza muestra una imagen de Kijungdong, una aldea ideal simulada por el gobierno de Corea del Norte, que puede ser vista desde la frontera sur, pero no es más que un decorado propagandístico, la imagen va acompañada de una serie de textos con datos y experiencias del artista. La proximidad de ambas obras, me hace pensar que la pieza de Holzfeind y Draeger, trata del aspecto propagandístico, político y gremial de la arquitectura moderna mexicana, ya que acentúa la imagen ficticia que la guía utiliza para promover las obras seleccionadas, cuando ésta es confrontada con las imágenes posteriores a su publicación, las cuales muestran un contexto urbano muy distinto al original.
Lorenzo Rocha
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