El pasado viernes se inauguró el pabellón de México en la Bienal de Arquitectura de Venecia, que lleva el título "Condenados a ser modernos". Los arquitectos Julio Gaeta y Luby Springall, los curadores del pabellón que fueron seleccionados por un jurado hace algunos meses, deben haber tenido una tarea difícil para responder a la invitación de Rem Koolhaas para participar en la muestra Fundamentals. El enunciado con el que el director de esta edición describe su propuesta es el siguiente: "Después de varias bienales de arquitectura que han celebrado lo contemporáneo, Fundamentals se enfoca en la historia. Intenta rastrear cómo es que la arquitectura ha llegado a su estado actual, y también especular sobre su futuro". La bienal se compone de tres exposiciones simultáneas: "Los elementos de la arquitectura", "Monditalia" y "Absorbiendo la Modernidad: 1914-2014". El pabellón mexicano se engloba dentro de la última sección, la cual tiene como objetivo mostrar el modo como cada país representado tropicalizó la idea de modernidad y el estilo internacional, a sus propias condiciones políticas y culturales.
El pabellón de México, localizado en un área de 250 metros cuadrados dentro del Arsenal, presenta dos modos de recorrer la exposición: ocho registros históricos y una elipse luminosa, un modo tradicional de abordar la temática y otro más experimental. Los ocho registros utilizan proyectos emblemáticos de la arquitectura moderna mexicana para analizar las respuestas de los arquitectos nacionales ante el impulso globalizador del Estilo Internacional. Según los curadores, los ocho registros se desarrollaron a partir de inquietudes centrales en la arquitectura mexicana del siglo XX, son ocho modos de aproximación que cubren búsquedas conceptuales. Estas son: la búsqueda de lo propio, el diálogo con los grandes maestros internacionales, el uso de materiales y técnicas de construcción tanto nuevos como tradicionales, la solución de necesidades sociales, la colaboración de pintura y escultura con la arquitectura, la participación en la modernidad internacional, el hacer ciudad a gran escala y la relación de ida y vuelta con el resto de los países.
En la elipse se proyectan imágenes de más de cien obras modernas, entrevistas y eventos históricos. Sin embargo, no queda muy claro en la propuesta, cuál es el cuestionamiento sobre los fundamentos de la arquitectura y las posibilidades de su desarrollo futuro.
En general parece que esta edición de la bienal de Venecia ha tenido la intención de dirigir la atención del público a los intereses e inquietudes de una sola persona: Rem Koolhaas, el arquitecto-estrella por excelencia.
Lorenzo Rocha
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