jueves, 9 de octubre de 2014

IMAGEN URBANA

Aunque parezca un factor superficial, la imagen exterior de la ciudad, refleja gran parte de la mentalidad y los conflictos que se esconden detrás de las fachadas. En los casi 20 años en los que he vivido en la colonia Polanco, he presenciado y sufrido las consecuencias de la falta de cultura cívica y condominial de muchos de mis vecinos, habitantes y moradores de la zona. La cultura cívica implica todas las acciones que contribuyan a la convivencia sana, que se fundamenta en el respeto, la tolerancia, la corresponsabilidad, la solidaridad y la aceptación mutua, características que carece en su mayoría la población de mi colonia y la mayor parte de los habitantes de la ciudad de México.

En estos años me he convetido en un nostáligico admirador de las imágenes de esta colonia en los años cuarenta, cuando fue fundada. Los promotores inmobiliarios de aquella época, los señores Basurto y de la Lama, dotaron a la colonia con amplios parques y camellones diseñados por Enrique Aragón Echegaray y con un teatro al aire libre del arquitecto Francisco Lazo, algo impensable en el urbanismo que se ejerce actualmente.

El arquitecto Francisco Serrano, quien construyó gran parte de los primeros edificios de apartamentos en la zona, promulgaba valores de comunidad y convivencia civil dentro de sus diseños. Entre estos, destaca sin duda el Pasaje Polanco, un proyecto mixto de vivienda, comercio y espacio público, edificado en 1939. La fachada de este edificio hacia la avenida Mazaryk, llevaba al menos 20 años cubierta con toda suerte de toldos, marquesinas y letreros comerciales, que hacían imposible disfrutarla y mostraban una pésima imagen urbana. Recientemente fueron retirados todos estos adefesios y se descubrió por primera vez en décadas una muy agradable y limpia fachada. Espero que se mantenga así y que sus propietarios la defiendan.

La desinformación de los condóminos respecto a sus derechos, aunada a la prepotencia de los comerciantes y a la corrupción en la administración pública, dejan en situación muy vulnerable a nuestro patrimonio cultural inmueble. La Ley de Propiedad en Condominio del Distrito Federal, prohibe expresamente en su artículo 21, sección V, a los condóminos, inquilinos, poseedores y en general a toda persona: "Decorar, pintar o realizar obras que modifiquen la fachada o las paredes exteriores del inmueble, desentonando con el condominio o que contravengan lo establecido y aprobado por la Asamblea General". Esto significa que los comerciantes no pueden colocar dichos elementos, sin la aprobación expresa de los demás condóminos, aunque la Delegación Miguel Hidalgo les autorice utilizar la vía pública para sus actividades comerciales.

Lorenzo Rocha

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