La línea fronteriza entre México y los Estados Unidos es una cadena de 3,185 kilómetros de longitud, que corre a lo largo de una línea abstracta que comienza en la costa del Océano Pacífico y después se funde con el Río Grande, el cual desemboca en el Golfo de México. Esta cadena hilvana a muchos pueblos y ciudades, principalmente a Tijuana, Mexicali, Nogales, Agua Prieta, Juárez, Ojinaga, Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros. Se trata de un lugar geográfico lineal, de importancia económica, política y estrategica para ambos países, además de repercutir en el orden político global. Es una línea que divide al sur del norte del continente americano y también define un cambio drástico entre la lengua española e inglesa y entre la riqueza y la pobreza.
La historia fronteriza de los últimos cien años, define a grandes rasgos una larga serie de acciones y reacciones entre Estados Unidos y Mexico, que se reflejan en las actividades económicas de los pobladores de la zona fronteriza. Durante la década de los años veinte, la prohibición de las bebidas alcohólicas en EEUU, propició su comercio y contrabando a lo largo de la frontera. Durante los años que siguieron al final de la Segunda Guerra Mundial, los militares retirados fueron enviados a casi todas las ciudades fronterizas estadunidenses, como San Diego, Calexico, Del Rio, Laredo y Brownsville, así que sus correspondientes ciudades en el lado mexicano de la frontera, se dedicaron al comercio y al entretenimiento, alentando los vicios y la prostitución.
A partir de los años sesenta, la diferencia en el costo de mano de obra entre ambos países propició la instalación de industrias maquiladoras de muchos géneros, como la electrónica, textil, alimentos procesados, etcétera. Este mecanismo fortaleció la economía fronteriza, pero también acarreó grandes problemas de explotación laboral por los bajos salarios y las deficientes condiciones de trabajo, además del inicio de los problemas de género que derivaron en el más grande feminicidio que se ha registrado en México.
Probablemente el único hecho que no ha sido del todo reactivo por parte de México ha sido el recrudecimiento del narcotrafico y del crimen organizado a lo largo de la frontera norte, desde hace aproximadamente 25 años. En este vergonzoso proceso los mexicanos hemos sido la parte activa y los Estados Unidos han reaccionado militarizando la frontera y traficando armas hacia nuestro país. La linea fronteriza se convirtió desde los años noventa en una auténtica coladera por donde pasan toneladas de droga y armas diariamente. Este hecho ha dado al traste con el espacio público de nuestras ciudades fronterizas, sus calles están controladas por los criminales y quizá nunca recuperarán su aspecto original.
Lorenzo Rocha
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