jueves, 8 de octubre de 2015

VIVIENDA SUBTERRÁNEA

En la ciudad de México escuchamos, cada vez con mayor frecuencia voces de alerta en contra de la especulación inmobiliaria. No creo que se trate de alarmistas, ni que los críticos del voraz desarrollo de bienes raíces que observamos, estén equivocados o sus opiniones sean exageradas. Más aún si tomamos en cuenta las contradictorias leyes urbanas, que parecen estar diseñadas para fomentar ambigüedades y dejar vacios legales que puedan ser aprovechados para obtener mayores ganancias, o bien para permitir la corrupción urbanística.

La especulación en el mercado inmobiliario se verifica cuando la oferta de espacios para vivienda u oficinas supera a la demanda, este fenómeno está comenzando a ocurrir en la ciudad de México. Muchas de las empresas que construyen rascacielos para oficinas o enormes bloques de viviendas de lujo, se dirigen a inversionistas especulativos, los cuales compran los apartamentos o pisos de despachos solamente como inversión, para alquilarlos y beneficiarse de la plusvalía, lo cual es legítimo, pero tiene un alto impacto en los precios del suelo urbano, los cuales se encuentran simpre a la alza y van gradualmente alejandose del poder adquisitivo de la mayoría de las personas.

En ciudades como París, Nueva York y Londres, este fenómeno existe hace varias décadas y sus habitantes menos acaudalados han pagado las consecuencias. Muchas personas en esas ciudades se ven forzadas a vivir en oscuros pisos semienterrados o sótanos, adaptados ilegalmente como viviendas, que a pesar de sus malas condiciones de habitabilidad, cuestan cientos de dólares de alquiler mensual.

Por otra parte, los apartamentos y edificios de lujo, cuestan millones de dólares y son adquiridos en su mayoría por extranjeros que no vivien en esas ciudades y solamente los compran como inversión a largo plazo.

El ejemplo más reciente de un proyecto especulativo con precios exhorbitantes, es la renovación de la antigua estación eléctrica de Battersea en el sur de Londres. El proyecto maestro, diseñado por el arquitecto de origen argentino Rafael Viñoly, contempla la conversión de la icónica obra del arquitecto decimonónico Giles Gilbert Scott, en un gran centro comercial, con espacios deportivos en las azoteas, rodeado por enormes espacios para oficinas y más de 250 apartamentos de lujo que van desde estudios de una recámara hasta pisos enteros con 5 habitaciones que más parecen mansiones elevadas de más de 30 millones de libras esterlinas.

Espacios que muy probablemente permanezcan vacíos o prácticamente deshabitados durante las próximas décadas, mientras muchos otros de los habitantes de la capital inglesa tendrán que seguir viviendo uno o varios metros bajo tierra.

Lorenzo Rocha

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