El debate entre la expansión de las ciudades y la reutilización de la construcción existente mediante la redensificación, parece haber adquirido un papel central en el urbanismo actual. Sin duda se trata de una cuestión compleja ya que ambos procesos se relacionan entre sí.
La recuperación de inmuebles con valor patrimonial en las zonas centrales de las ciudades implica operaciones muy costosas que casi en todos los casos resultan en un aumento en el costo de los alquileres y del suelo urbano. Este proceso tiene como consecuencia el desplazamiento de la población hacia barrios periféricos con rentas más bajas. De cualquier modo, la redensificación se ha convertido en el imperativo moral del desarrollo urbano, incluso tomando en cuenta su aporte a la expansión periférica.
Todos los procesos urbanísticos son circulares y dialécticos, por ello es necesario que el Estado tenga una visión territorial sobre las intervenciones urbanas. La actitud de los arquitectos, gobernantes y de la población en general frente a la reutilización de edificios patrimoniales debe replantearse y mejorar, ya que en la actualidad la mayoría de las personas aborda el problema solo superficialmente. La conservación de la arquitectura existente y su adaptación a los usos contemporáneos debe hacerse con espíritu crítico y con actitud propositiva. Debe cambiar la visión actual acerca de las leyes de protección del patrimonio como simples barreras legales, como meros requisitos administrativos que entorpecen al desarrollo inmobiliario.
Los edificios públicos afortunadamente son los que mayor reflexión suscitan y sus adecuaciones a los nuevos usos son las que resultan más exitosas. Como ejemplo basta citar la Biblioteca de México, que primero fue una fábrica de tabaco en el siglo XIX, después se
convirtió en un cuartel militar y tomo el nombre de Ciudadela y finalmente en el año 1946 se convirtió en biblioteca por la iniciativa de José Vasconcelos. El edificio fue intervenido en 1988 por el arquitecto Abraham Zabludovsky, quien construyó estructuras metálicas para cubrir sus patios. Más recientemente, los arquitectos Alejandro Sánchez, Mariza Flores y Bernardo Gómez Pimienta, coordinaron un plan de remodelación en el que participaron numerosos arquitectos y artistas en casi cada sala. De este modo el recinto fue reinaugurado totalmente en el año 2012.
El problema más agudo de la conservación patrimonial radica en los inmuebles privados, que son objeto de la más voraz depredación. Prácticamente cada semana desaparece o se modifica irreversiblemente alguna casa o edificio de nuestras colonias y barrios tradicionales. Dichas construcciones son intervenidas por profesionistas sin la capacidad suficiente para valorar sus características, mientras que las autoridades permanecen al margen. También sus propietarios y poseedores son responsables del destino final de dichas construcciones, por lo que deben cumplir con su obligación de protegerlos.
Lorenzo Rocha