El acelerado crecimiento de las ciudades a nivel mundial, ha provocado que algunos arquitectos pongan atención en los fenómenos informales de desarrollo urbano, que en algunos casos han sido más exitosos que las políticas oficiales. Sin embargo, algunos los han idealizado.
El arquitecto danés Jan Gehl viajó a Buenos Aires en 2018 para estudiar el Barrio 31, una población informal de más de 40,000 habitantes que se encuentra muy cercana al centro de la ciudad, la cual ha ido creciendo durante ocho décadas por la necesidad de vivienda asequible. El crecimiento orgánico de las casas y su intensa actividad social, impresionaron positivamente al planificador, pero le plantearon inmediatamente una paradoja. Si bien la desordenada manera de su crecimiento le dio cierto encanto y habitabilidad, al mismo tiempo sus sinuosas y estrechas calles no permiten el paso a vehículos de emergencias, lo que deja desprovista de seguridad a la mayoría de sus habitantes.
El gobierno de Buenos Aires, emprendió en 2016 un programa de urbanización integral que se plantea la recualificación del barrio, mediante la formalización de la infraestructura y los servicios sociales como la salud y educación.
El Banco Interamericano de Desarrollo, que es una de las instituciones involucradas en el proyecto de regeneración urbana, ha decidido construir su sede en el Barrio 31. Para ello, contrató al arquitecto Alejandro Aravena, quien ha planteado la construcción de un edificio en forma de puente que funcione simultáneamente como lugar de trabajo y conector peatonal del barrio con el centro de la ciudad. Para su realización fue necesario un debate parlamentario ya que el edificio se proyecta por encima de las vías de ferrocarril, espacio que por ley no debe ser ocupado por construcciones habitables. Parece que este obstáculo ha sido superado y pronto comenzará la construcción.
Al parecer la idealización del crecimiento informal en las ciudades de países tercermundistas se está convirtiendo en una nueva tendencia que captura el interés de los arquitectos a nivel internacional. Conviene recordar que la planificación urbana es un concepto moderno y que de un modo u otro, las ciudades seguirán creciendo de manera orgánica. Los expertos y gobernantes deben lidiar con las condiciones de dicho crecimiento ya que sus decisiones depende en gran medida que la población que habita las periferias contribuya al bien de la sociedad entera y que al mismo tiempo sea capaz de cubrir sus propias necesidades económicas y sociales.
Lorenzo Rocha