jueves, 31 de octubre de 2019

RUIDO URBANO

La ciudad es el lugar de encuentro por excelencia. Las normas de convivencia cívica son el reflejo fiel de la contingencia, de los acuerdos entre ciudadanos para la cohabitación dentro del espacio urbano.

Cada ciudad cuenta con un paisaje sonoro particular. Ciertos sonidos nos permiten reconocer en que ciudad nos encontramos, incluso con los ojos cerrados. En algunas ciudades son característicos los sonidos agradables como las campanas, el canto de los pájaros, la música del organillero o el silbato del afilador y en otras son típicos otros sonidos o ruidos urbanos como las sirenas de las ambulancias, los aviones y las aspas de los helicópteros. En casi todas se escuchan sin cesar los motores de los vehículos.
El civismo y la cortesía son partes fundamentales de la condición de ciudadano, son los valores que permiten la convivencia armoniosa entre los habitantes de las ciudades. En una ciudad deben poder escucharse todas las voces, pero ninguna debe prevalecer sobre las demás. Esta alegoría se manifiesta muy claramente en el paisaje sonoro de una ciudad. Es lógico que de vez en cuando la sirena de algún vehículo emergente, domine sobre todos los demás sonidos. Pero otros ruidos, como los gritos, las bocinas de los automóviles y los pregones publicitarios no están dentro de lo que se puede considerar como una conducta cívica.
La vida en la ciudad es como una conversación en público, la gente tiene derecho a conversar y reir en voz alta, pero también debe ser consciente de los límites necesarios para no causar molestias a las demás personas. Por razones culturales, estos límites son muy distintos según el país del que se trate, normalmente son más flexibles en el sur que en el norte del mundo.
El nivel de ruido de una ciudad como México, quizá resulte insoportable para alguien que esté acostumbrado al silencio de una ciudad como Zurich, pero será menor que en otras latitudes como en Nápoles, donde la gente está siempre en las calles y se expresa espotáneamente en cualquier momento que lo desée.

Henri Bergson, el filósofo francés, publicó en 1889 un breve ensayo sobre la cortesía en el que escribió: “La cotesía en todas sus formas —cortesía en las maneras, en el corazón y en el espíritu— nos acerca a una república ideal, en la cual la libertad será acotada por la inteligencia y la igualdad una división equitativa de la consideración”. Es así como no basta con nacer en la ciudad para ser ciudadano, es preciso aprender a serlo.
Lorenzo Rocha

jueves, 24 de octubre de 2019

ECOLOGÍA COMERCIAL

El célebre término inglés “Greenwashing”, consiste en limpiar la imagen de las empresas y construcciones dañinas al medio ambiente mediante campañas publicitarias que exaltan su interés en la conservación ecológica.

La fuerza de las imágenes sigue dominando nuestra percepción de la arquitectura y de la ciudad. El pasado 8 de septiembre se inauguró una exposición en la que el artista suizo Klaus Littman transplantó 300 árboles desde viveros suizos hasta la cancha de futbol del estadio Wörthersee de Klangenfurt, en el sur de Austria. El estadio tiene una capacidad para 30 000 espectadores y es la casa del SK Austria Klagenfurt, un equipo de la primera división de la liga de futbol austriaca, los partidos locales del equipo se jugarán en otro estadio hasta que la instalación sea desmontada. La imagen contiene el poder de lo absurdo, ya que de entrada plantea una situación distópica: es imposible jugar futbol en una cancha convertida en un bosque. Según el propio artista, la idea para la instalación proviene de un dibujo que el artista austríaco Max Peintner realizó hace 30 años, que también está a la vista en la exposición, lo cual muestra que su iniciativa deriva de su propia afición a las imágenes sugerentes e irónicas.
La instalación se titula “For Forest-the Unending Attraction of Nature”, es un título un tanto ambiguo, que sugiere que es posible mostrar a la naturaleza como una pieza de museo, o bien como un espectáculo deportivo similar al futbol. Ambas posibilidades son sin duda paradójicas. La idea de la desaparición de los entornos naturales, compartida por muchos otros artistas, surge del temor de la sociedad por un escenario futuro en el que hayan desaparecido los bosques naturales y entonces las personas se vean forzadas a experimentar dichos entornos naturales en sitios construido ex profeso para ello.
Como todos sabemos, no toda la naturaleza es vegetal, también existen los océanos, los glaciares y los desiertos, que deben considerarse tan importantes para el planeta como lo son los bosques y selvas. Dentro de las operaciones de reverdecimiento de los entornos construidos, se incurre en prácticas que van en contra del equilibrio ecológico, que utilizan técnicas que dañan el medio ambiente mucho mas de lo que lo benefician. La introducción forzada de la vegetación dentro de las ciudades no aptas para ello, provoca gran desperdicio de agua y de insumos artificiales, así como la construcción de invernaderos y estructuras para proteger a las plantas, que no contribuyen al mejoramiento medioambiental y que para su realización producen gran cantidad de hidróxido de carbono. Un parque urbano en una ciudad con poca humedad o desértica como Las Vegas o Dubái genera mucho más daño que beneficio medioambiental.
Lorenzo Rocha

jueves, 17 de octubre de 2019

NOTICIA EN NAVARRA

Convocados por el Centro Huarte, arquitectos de tres colectivos comparten desde el pasado mes de septiembre el espacio Habitación del Centro Huarte. Se trata de los arquitectos del colectivo Orekari Estudio, Ioar Cabodevilla, Itxaso Iturrioz y Xabi Urroz; Salomé Wackernagel del colectivo franco-alemán Enter This; y Lorenzo Rocha (OUT), componente del colectivo mejicano Oficina de transformación urbana. La característica del espacio Habitación es que entre semana, en este caso los arquitectos desarrollan un proceso de investigación para realizar una exposición, y durante el fin de semana recibe visitas del público. El enunciado inicial del proyecto era trabajar con artistas de Huarte y la comarca de Pamplona. Dedicándose a la arquitectura, los profesionales decidieron invitar a los artistas a traer de alguna manera al centro de arte contemporáneo sus espacios de trabajo. Hasta ahora una veintena de artistas se han mostrado interesados en participar en el proyecto de diferentes maneras: algunos mandan textos o dibujos para mostrar sus espacios, otros invitan a los arquitectos a visitar sus espacios físicos, y con otros mantienen diálogos sobre el espacio de trabajo soñado. De esta manera, están recolectando e investigando cómo son los diferentes espacios de los artistas de nuestro entorno. En la exposición Espacio(s) de Artistas, visitable hasta el 10 de noviembre, además de la investigación en curso se muestran trabajos anteriores de los tres grupos de arquitectos. En Habitación se expone de manera procesual, se trata de un proyecto evolutivo donde se muestra el proceso del trabajo, pero en un momento en que todavía queda un mes y medio de labor hasta la conclusión de la exposición. Es por eso que los colectivos de arquitectos convocan a artistas y creativos de Pamplona y comarca a mostrar sus espacios de trabajo en Habitación o hablar sobre qué tiene que tener el espacio creativo de una persona que se dedica al arte.
Noticias de Navarra

miércoles, 16 de octubre de 2019

ESPACIO PERSONAL

La casa-estudio es un tema recurrente en la arquitectura moderna. En ocasiones se trata de la casa del propio arquitecto y en otras de una colaboración con un cliente-artista, que requiere involucrarse en el proceso creativo del proyecto. 

La exploración y conocimiento de las costumbres de las personas es una parte fundamental del trabajo de los arquitectos. Para diseñar espacios eficientes y adecuados a las necesidades de sus usuarios, los proyectistas debemos analizar el modo como cada persona utiliza su vivienda o lugar de trabajo. El diseño arquitectónico no solamente involucra la planeación de los espacios según criterios técnicos, también se relaciona con aspectos sociológicos, los cuales solo se pueden investigar mediante la observación directa.
Por estas razones, visitar edificios, analizar programas de necesidades y sobre todo entrar en contacto con las personas para trabajar con ellas en las soluciones, son requisitos indispensables para el éxito de un proyecto.
Últimamente he tenido la fortuna de entrevistar a un buen número de artistas para saber como son sus espacios de trabajo y qué características deben tener para que ellos puedan realizar su trabajo del mejor modo posible. Me ha sorprendido descubrir que la gran mayoría de ellos trabajan en espacios que no han sido diseñados para estos fines. Algunos trabajan en sus propias viviendas, en espacios destinados a oficinas, o bien en edificios industriales convertidos en estudios para artistas. Sin embargo, todos comparten la necesidad de una buena iluminación natural, de ser posible cenital (mediante tragaluces) para que la calidad de la luz sea homogénea y no provoque sombras ni asoleamiento directo que pueda estropear sus trabajos, ya que el papel, la tela y la pintura reaccionan mal a la exposición solar directa.
Más allá de las características físicas de los espacios, los artistas los contemplan como lugares de reflexión interior y de inspiración estética, donde puedan concentrarse en paz para su producción creativa. Los espacios de los artistas son muy íntimos, pero al mismo tiempo deben ser abiertos, ya que muchos de ellos también necesitan mostrar su trabajo dentro del propio estudio, además de aquellos que imparten talleres a niños y adultos. También el espacio del artista es compartido con su familia, cuando éste forma parte de la vivienda, muchas personas trabajan en compañía de sus hijos pequeños, cuando no tienen quien los pueda cuidar en su lugar. (foto: Romina Casile)
Lorenzo Rocha

jueves, 10 de octubre de 2019

UBICUIDAD

Solamente Dios es omnipresente, está en todas partes al mismo tiempo. Los humanos quizá podemos movernos constantemente pero jamás podremos visitar en persona todos los lugares del mundo que nos interesan.

La experiencia de las obras arquitectónicas es forzosamente corporal, no basta solamente con observarlas en fotografías. Este dilema, que ha estado presente en gran parte de las discusiones teóricas y críticas sobre arquitectura durante las últimas décadas. plantea el sesgo que la presencia de los medios audiovisuales ha tenido sobre la percepción de los edificios y de sus espacios interiores.
El ser humano no posee la facultad de la ubicuidad, no puede estar en todas partes al mismo tiempo. Por lo tanto, nuestra opinión y juicio sobre los espacios arquitectónicos está necesariamente limitada por nuestra capacidad de movimiento. Sin embargo, el acceso a una cantidad ingente de imágenes nos da la ilusión de que conocemos todo el mundo, lo cual no debería ser una desventaja siempre y cuando seamos capaces de distinguir con claridad a la información de la experiencia. Cuando vemos una fotografía o un video del interior de un edificio, no estamos dentro de él. Es posible imaginar el espacio arquitectónico mediante imágenes en combinación con planos a escala, pero desde luego esto no cubre la totalidad de la experiencia del espacio. Habría que añadir a las imágenes y planos, muchas otras sensaciones más como los sonidos, la temperatura, los aromas y la amplia gama de las impredecibles interacciones entre todas ellas.
La labor del crítico de arquitectura debe tener en consideración el aspecto total de la experiencia arquitectónica. Debemos admitir las limitaciones propias de nuestra naturaleza humana y evitar emitir juicios de valor sobre los edificios y espacios que no conocemos en persona. Solo se pueden llevar a cabo discusiones críticas especificando con claridad sobre qué materiales gráficos se fundamentan o si derivan de experiencias personales, de otra manera no estaremos hablando de los mismos objetos.
Existen ejercicios interesantes que se pueden llevar a cabo comparando fotografías y planos de distintos edificios solamente con intenciones didácticas. Pero se restringen particularmente al ámbito académico o bien a disertaciones estéticas específicas que pueden contribuir a la comprensión de los procesos e implicaciones filosóficas de los proyectos desde óptica de la teoría, pero jamás a nivel espacial.
Lorenzo Rocha

jueves, 3 de octubre de 2019

POSTURA ÉTICA

El espacio arquitectónico no es materia palpable, es un concepto abstracto producto de la visualización espacial. La actividad del proyectista arquitectónico involucra la producción de dicho espacio y éste a su vez nunca debe descuidar sus aspectos éticos.

Actualmente los arquitectos nos enfrentamos a un dilema sin precedentes en nuestra historia como proveedores de soluciones arquitectónicas para la sociedad. Se trata de la elección entre dos maneras de ejercer nuestra profesión que son incompatibles entre ellas. La primera, que es la forma habitual, implica la solución del proyecto arquitectónico de la forma más eficiente posible, para satisfacer las necesidades de los usuarios y promotores de la obra sin cuestionarlas en absoluto. La segunda manera de hacer arquitectura requiere que el profesional tome una postura ética respecto de su actividad y considere los fines de la encomienda desde un punto de vista moral y no solamente instrumental. En este caso, si el arquitecto considerara que la obra que le ha sido encomendada contraviene sus principios éticos, debería debatirlos con el cliente y en caso de no llegar a ningún acuerdo satisfactorio para ambos, excusarse y rechazar el trabajo.
Estas disyuntivas son desde luego muy complicadas de abordar e identificar para la mayoría de los arquitectos, pero se pueden entender en términos relativamente sencillos. Si al arquitecto se le encarga una obra que daña ostensiblemente al medio ambiente, o bien que provoca una situación de clara exclusión social y estas dos situaciones se encuentran opuestas a su propio código moral, lo correcto sería no participar en tales obras. No sería suficiente desde el punto de vista ético, deslindarse de la responsabilidad por el daño causado, aunque se encontrase dentro del marco de la ley. Tampoco bastaría con realizar un trabajo correcto desde el punto de vista técnico, ya que la colaboración con instituciones y personas con códigos morales cuestionables, también resulta en responsabilidades para quien participe en dichos procesos con consecuencias reprobables.
La dificultad principal para establecer una postura ética sólida es que rara vez se nota con total claridad cuales son los fines y consecuencias de una obra. Por ello, todos los arquitectos tenemos la obligación de prepararnos para ser capaces de analizar críticamente los proyectos que realizamos y responder por ellos.
Lorenzo Rocha

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