jueves, 24 de octubre de 2019

ECOLOGÍA COMERCIAL

El célebre término inglés “Greenwashing”, consiste en limpiar la imagen de las empresas y construcciones dañinas al medio ambiente mediante campañas publicitarias que exaltan su interés en la conservación ecológica.

La fuerza de las imágenes sigue dominando nuestra percepción de la arquitectura y de la ciudad. El pasado 8 de septiembre se inauguró una exposición en la que el artista suizo Klaus Littman transplantó 300 árboles desde viveros suizos hasta la cancha de futbol del estadio Wörthersee de Klangenfurt, en el sur de Austria. El estadio tiene una capacidad para 30 000 espectadores y es la casa del SK Austria Klagenfurt, un equipo de la primera división de la liga de futbol austriaca, los partidos locales del equipo se jugarán en otro estadio hasta que la instalación sea desmontada. La imagen contiene el poder de lo absurdo, ya que de entrada plantea una situación distópica: es imposible jugar futbol en una cancha convertida en un bosque. Según el propio artista, la idea para la instalación proviene de un dibujo que el artista austríaco Max Peintner realizó hace 30 años, que también está a la vista en la exposición, lo cual muestra que su iniciativa deriva de su propia afición a las imágenes sugerentes e irónicas.
La instalación se titula “For Forest-the Unending Attraction of Nature”, es un título un tanto ambiguo, que sugiere que es posible mostrar a la naturaleza como una pieza de museo, o bien como un espectáculo deportivo similar al futbol. Ambas posibilidades son sin duda paradójicas. La idea de la desaparición de los entornos naturales, compartida por muchos otros artistas, surge del temor de la sociedad por un escenario futuro en el que hayan desaparecido los bosques naturales y entonces las personas se vean forzadas a experimentar dichos entornos naturales en sitios construido ex profeso para ello.
Como todos sabemos, no toda la naturaleza es vegetal, también existen los océanos, los glaciares y los desiertos, que deben considerarse tan importantes para el planeta como lo son los bosques y selvas. Dentro de las operaciones de reverdecimiento de los entornos construidos, se incurre en prácticas que van en contra del equilibrio ecológico, que utilizan técnicas que dañan el medio ambiente mucho mas de lo que lo benefician. La introducción forzada de la vegetación dentro de las ciudades no aptas para ello, provoca gran desperdicio de agua y de insumos artificiales, así como la construcción de invernaderos y estructuras para proteger a las plantas, que no contribuyen al mejoramiento medioambiental y que para su realización producen gran cantidad de hidróxido de carbono. Un parque urbano en una ciudad con poca humedad o desértica como Las Vegas o Dubái genera mucho más daño que beneficio medioambiental.
Lorenzo Rocha

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