El Centro operacional de vivienda y poblamiento fue creado en 1961, tiene como objetivo la formación de sujetos críticos, que se aboquen a la producción de vivienda en propiedad, con un modelo cooperativo, basado en la ley de auto-producción de vivienda para personas de escasos recursos y en situación de exclusión social, por extrema pobreza y marginación.
Las iniciativas emprendidas por la asociación civil han sido de muchos tipos, la primera de ellas en 1972 fue la cooperativa Palo Alto, ahora asediada por la especulación inmobiliaria en Santa Fe, desde su contribución a la reconstrucción de las vecindades dañadas durante los sismos de 1985 en la ciudad de México y en 2017 en Oaxaca y en el Estado de México, hasta la construcción cooperativa de casas y escuelas mediante procesos comunitarios indígenas tzotziles en Chiapas, como en comunidades nahuas, totonacas, otomíes y tepehuas en la Sierra Norte de Puebla, sin dejar de lado los múltples problemas acarreados por los asentamientos irregulares en la zona metropolitana del Valle de México, mediante programas de regularización de tenencia de la tierra, participación ciudadana, autoconstrucción y mejoramiento barrial.
En 2009, la asociación llevó a cabo un notable proyecto titualdo “Cuidemac”, en la Sierra Norte de Puebla, que recibió el premio nacional de vivienda popular en 2014, en la categoría de producción social de vivienda indígena. Copevi trabajó de la mano de Cuidemac y las comunidades nahuas y totonacas en los minucipios de Tepetzintla, Tetela de Ocampo y Zacatlán. El proyecto, autoproducido por las familias involucradas bajo el lema: Masewalme kin chiwa in kaiwa (“Los indígenas construyendo sus casas”), va mucho más allá de la construcción de vivienda, Cuidemac es el nombre de la Asociación de “Comunidades indígenas unidas en defensa del maíz y de nuestra cultura”. Se trata de un tipo de comunidad similar a lo que ellos mismos llaman el “Buen vivir”, comandado principalmente por mujeres, ya que muchos hombres y jóvenes en edad productiva han debido emigrar para encontrar trabajo.
Las comunidades indígenas mexicanas, mediante el sistema del Tequio, son capaces de enfrentar sus múltiples carencias económicas y sociales, sin dañar el medio ambiente, ni depender de las organizaciones o corporaciones transnacionales, e incluso al margen o en colaboración autónoma respecto a las organizaciones no gubernamentales de desarrollo social que las asisten.
Lorenzo Rocha
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