jueves, 17 de febrero de 2022

CONVIVENCIALIDAD

En los años setenta, dos filósofos notables: Iván Illich y Valentina Borremans, fundaron en Cuernavaca el CIDOC, un proyecto notable pero de corta duración, sin embargo sus repercusiones se hacen cada vez más intensas, a medida que la sociedad enfrenta crisis cada vez más duras e inesperadas.

Está claro que no es posible aislar a los conceptos de las ideologías. No existe la mirada inocente, toda forma de pensamiento es precedida de creencias personales que impiden que ciertas posturas similares puedan convivir de manera armónica.
Tal fenómeno es evidente cuando comparamos el concepto de eficiencia de Vilfredo Pareto con la idea “convivencialidad” de Iván Illich. Pareto escribió en 1912: “Dada una asignación inicial de bienes entre un conjunto de individuos, un cambio hacia una nueva asignación que al menos mejora la situación de uno de ellos sin provocar que empeore la situación de los demás individuos”. Este concepto, combinado con la idea de convivencialidad de Illich: “La sociedad convivencial será el resultado de acuerdos sociales que garanticen a cada miembro el mayor y más libre acceso a las herramientas de la comunidad, con la condición de no lesionar una igual libertad de acceso de los demás miembros”, arroja la posibilidad de un enfoque crítico de la ciencia y del progreso tecnológico, incluso tomando en cuenta las diferencias ideológicas entre ambos. 
A simple vista, ambos principios parecen muy similares y compatibles en cuanto a su mención de equilibrio en la distribución de bienes y herramientas. Sin embargo, la eficiencia de Pareto apunta a la ideología desarrollo industrial ilimitado, mientras que la propuesta de illich es contraria a él y plantea una alternativa. Las ideas de Pareto han sido adoptadas por los pensadores y economistas denominados neoliberalistas, mientras que el pensamiento de Illich es fundamental para los movimientos contrarios a la globalización y al crecimiento económico ilimitado. Aunque en su lectura llana no nos parezcan en absoluto como ideas opuestas, en el ámbito político sí lo son.
Lorenzo Rocha

 

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