En 2006 se produjo el documental “Maquilapolis”, sus directores Vicky Funari y Sergio de la Torre, cuentan la historia de Carmen, una trabajadora de Tijuana, que vive cotidianamente con la tensión fronteriza.
El futuro de las ciudades mexicanas es ineludible y por desgracia no apunta hacia modelos sostenibles de desarrollo.
Después de que la ciudad de México superara todas las ficciones posibles durante los años 80 del siglo pasado, parece ser que la próxima versión de la distopía urbana nacional sucederá a lo largo de la frontera con los Estados Unidos. El crecimiento sostenido (no sostenible) de la urbanización a los largo de la línea fronteriza del norte no ha hecho más que aumentar, se trata de un modelo puramente pragmático, con una planificación deficiente y una complejidad enorme. Los elementos son los siguientes: en primer lugar, la mano de obra barata, que ha servido como atracción para migrantes del sur del país, de Centroamérica y de otras naciones como Haití y el Congo. El salario promedio diario por turno en las plantas ensambladoras de componentes electrónicos está alrededor de doscientos pesos diarios, salario que en Estados unidos generalmente se gana en una hora. Las ciudades fronterizas cuentan con conjuntos de vivienda popular muy precarios e insuficientes, lo que ha propiciado grandes áreas de asentamientos irregulares y de casas de cartón y lámina, como las que se encuentran en el Cañón de los laureles en Tijuana. Ahí se construyen casas con los desechos que llegan de los EEUU por un afluente del Río Colorado. Materiales como puertas y partes automotrices de lámina y trozos de madera, sirven a los habitantes para construir sus chozas. Además de ello las infraestructuras deportivas, educativas y culturales son extremadamente escasas y la vulnerabilidad de los jóvenes por la desintegración familiar es crítica ya que las familias cuentan con pocas horas diarias de convivencia, cuando ambos padres trabajan turnos de noche o cubren dobles jornadas de hasta 16 horas. En muchas ciudades el entretenimiento principal se compone de video juegos y visitas a los centros comerciales.
En las ciudades de Tijuana, Mexicali, Nogales, Agua Prieta, Juárez, Ojinaga, Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, a lo largo de 3185 kilómetros de frontera que atraviesa 5 estados, prevalecen condiciones de conurbación que podrían resultar en la consolidación de una nueva megalópolis en la que la economía, la demografía, la violencia y la marginación serían elementos que harían de esta franja, uno de los sitios urbanizados más complejos del planeta.
Lorenzo Rocha
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