jueves, 24 de septiembre de 2009

ARQUITECTURA POLÍTICA


El martes pasado se colocó la primera piedra de la “Estela de luz”, lo que será el monumento del Bicentenario de la Independencia de México. Ahora más que nunca resuena la definición de la arquitectura como “uso político del suelo”, del filólogo Fernando Curiel. Esta medida del gobierno —inmersa en un clima de crisis económica— se presenta en estos días de forma especialmente distópica, recuerda los artículos de numerosos analistas que han esgrimido argumentos suficientes respecto al carácter eminentemente retrógrado de la iniciativa gubernamental (La crítica/Espacios MILENIO, 07/05/09). Al analizarlo más de cerca, notamos que el proyecto no solamente incluye la emblemática doble estela de acero y cuarzo de más de cien metros de altura, también se plantea la construcción de una plaza sobre el Circuito Interior y algunas plazoletas hundidas con pasos peatonales subterráneos, elementos que probablemente añadirían mayor funcionalidad a este nodo entre la avenida de la Reforma y el Circuito Interior.

Sin embargo, la intención de la administración en el caso específico de esta obra pública está orientada más hacia el espectáculo que a la mejora del espacio urbano y el consiguiente beneficio de la ciudadanía. Por ello, surge la siguiente pregunta: ¿si hubiera un recorte presupuestal importante, qué parte del proyecto se sacrificaría primero? En el contexto de la intención política de la obra, es de esperarse que la estela sería la prioridad de la construcción y las infraestructuras peatonales probablemente quedarían relegadas a segundo término.

El proyecto, por su polémico nacimiento, nos ayuda a reflexionar acerca de la oposición entre los elementos que se pueden contemplar como fundamentales en una obra pública —los elementos estructurales y espaciales— y aquellos que se consideran superfluos por su carácter decorativo. Lo paradójico en el caso del Monumento Bicentenario es que su elemento principal, la “Estela de luz”, es a la vez el más superfluo, desde el punto de vista del beneficio del espacio público.

Lorenzo Rocha

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