jueves, 11 de marzo de 2010

ESPECTACULAR


Nuestra metrópolis está plagada de anuncios publicitarios, el paisaje de la Ciudad de México es víctima de lo que Javier Covarrubias ha llamado: “Delito de contaminación visual”. Estamos tan acostumbrados a este tipo de contaminación, que incluso la publicidad ha perdido su efectividad, tan pronto como vemos el anuncio, olvidamos de qué producto se trata. Cuando vamos en automóvil, nuestro pensamiento es vago y la saturación de publicidad anula todos los mensajes, incluso la información importante, como las señales viales o los carteles de las salidas de las vías de alta velocidad como el Viaducto o el Anillo Periférico. ¿Pero muchos de nosotros quizá también seamos espectadores involuntarios de piezas de arte público?

En este universo de mensajes, por estos días se pierden, o quizá destacan, doce anuncios sin ningún tipo de publicidad, colocados en varios puntos de la ciudad, que forman parte de la exposición dedicada al artista cubano Félix González-Torres (1957-1996), inaugurada el pasado sábado en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, al sur de la ciudad. Las imágenes en blanco y negro de gran formato muestran una mano o un letrero en inglés, experiencias íntimas del artista que nos invitan a reflexionar sobre el efecto de perplejidad que las cosas privadas provocan en los habitantes cuando son expuestas en el espacio público. Como afirma Wallace Stevens: “González-Torres cuestiona el mito con un arte que es radical, no en su estridencia, sino que en su reticencia... la construcción del significado se lo devuelve al espectador”. En uno de ellos, creado por el artista en 1989, que no lleva título, se lee la siguiente inscripción: “Coalición de gente con sida 1985 Acoso policial 1969 Oscar Wilde 1895 Suprema Corte 1986 Harvey Milk 1977 Marcha en Washington 1987 Rebelión Stonewall 1969”. Se trata de fechas y hechos que tienen algún significado en la lucha por la reivindicación de los derechos civiles de los homosexuales, de la cual González-Torres fue un activo militante hasta su desafortunada muerte en 1996, víctima del VIH.

Lorenzo Rocha

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