jueves, 18 de marzo de 2010

PAISAJES URBANOS


El modernismo fue un movimiento artístico que a mediados del siglo XX generó una serie de utopías que planteaban diversos cambios radicales en el campo del urbanismo y la arquitectura. Michel Foucault escribió que en el tiempo actual predomina el interés por el espacio, mientras que la historia era la obsesión de los hombres del siglo XIX, él consideraba que en el posmodernismo se cambiaría la utopía por la heterotopía, la yuxtaposición, espacios donde convivieran simultáneamente lo uno con lo otro, lo próximo con lo lejano, una época de dispersión.

Existe en la actitud modernista una clara paradoja, mientras que la utopía representa lugares que no existen (se supone que debe permanecer en un plano teórico), prácticamente todas las ideas urbanas del modernismo se llevaron a cabo, por lo cual dejaron de ser utopías. Por otro lado, las heterotopías del posmodernismo, que parecen ser mucho más pragmáticas porque se plantean con una actitud abierta e incluyente, han permanecido hasta ahora en una situación más cercana a conceptos irrealizables, ya que la convivencia de los distintos estratos sociales, políticos y económicos dentro del paisaje urbano rara vez genera interacción productiva entre sus elementos disímbolos. La heterotopía del presente equivale a la utopía del pasado, una utopía que al haber sido realizada quedó automáticamente anulada.

Todas las ideas urbanísticas del modernismo tienen un rasgo correspondiente dentro del paisaje actual, como ejemplo basta citar Tlatelolco como una realización de la idea de Villa contemporánea, planteada por Le Corbusier. Por esta razón es sorprendente el parecido que se descubre en los paisajes utópicos de tantos artistas modernistas como David Alfaro Siqueiros, quien pintaba descomunales escenas urbanas, vistas desde el aire, que de haberse quedado en su imaginación habrían expresado el éxito de la ilusión por el progreso, que sin embargo ha desembocado en las interminables e infames extensiones urbanas que generan el anonimato y dispersión de los paisajes urbanos como el oriente de la Ciudad de México.

Lorenzo Rocha

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