jueves, 26 de agosto de 2010
OLVIDO CRÓNICO
En el ejercicio de la arquitectura y la construcción, nunca hay que olvidar que para construir algo, siempre se tiene que destruir otra cosa. Los casos más frecuentes de este proceso de sustitución y renuncia se dan en el medio urbano. La arquitectura siempre implica algun tipo de renuncia, renunciar al pasado por el presente, o renunciar al presente por el pasado. El conflicto entre tradición e innovación en arquitectura, se manifiesta en cualquier otro aspecto de la cultura. Una cultura sin innovación necesariamente desaparece, sin embargo también se precisa la preservación del patrimonio cultural para mantener con vida a un estado o nación.
Últimamente hemos estado observando la remodelación de la Alameda de la colonia Santa María La Ribera, una obra muy esperada y necesaria, sobre todo por la mejora del pavimento y las áreas verdes del este importante espacio público. No obstante que los vecinos han expresado sus quejas, las autoridades han elegido retirar las bancas de fierro fundido, que por años amueblaban la plaza. Estas bancas —que coincidían en el estilo y en la época en que fue instalado el Quiosco Morisco— fueron materialmente arrancadas de sus bases y apiladas como osamentas en una esquina de la alameda. La participación ciudadana en este proceso de transformación fue prácticamente inútil (recuerdo una acción del grupo out, en la que se preguntaba a los vecinos de la colonia: “¿quien quiere participar en decisiones que no cambian fundamentalmente nada?”). Se trata de una decisión muy desafortunada de parte del arquitecto que tiene en sus manos la remodelación, aunado al olvido crónico del que sufren las autoridades de la delegación Cuauhtémoc, que a pesar de encontrarse en una zona de una muy importante conservación patrimonial, constantemente omiten el cumplimiento de las normas establecidas en el plan parcial correspondiente a la colonia, que va perdiendo poco a poco sus inmuebles históricos, renunciando involuntariamente a su pasado, a favor de un futuro muy incierto.
Lorenzo Rocha
martes, 24 de agosto de 2010
PAISAJE URBANO
OUT/TV
No se pierdan la entrevista con Roberto Shimizu, sobre el museo del juguete antiguo, este jueves en Paisaje Urbano (Canal 40, cable 140) a las 13:55 y por Internet en www.proyecto40.com.mx/#/internettv (en el area de "Internet TV")
No se pierdan la entrevista con Roberto Shimizu, sobre el museo del juguete antiguo, este jueves en Paisaje Urbano (Canal 40, cable 140) a las 13:55 y por Internet en www.proyecto40.com.mx/#/internettv (en el area de "Internet TV")
jueves, 19 de agosto de 2010
TIEMPO Y COSTO
Mientras a los arquitectos nos interesa primordialmente la síntesis entre la funcionalidad y la belleza de las construcciones, a los clientes y usuarios les preocupa más que una obra se ejecute en el tiempo y costo estipulados al comenzarla. Cuando se trata de una obra pública, el contrato del arquitecto se establece con la sociedad en general, no con un cliente particular, ni con el gobierno como entidad contratante (quizá sí como representante de la población). Esta noción complica el papel del gremio ante un tropiezo como el que acabamos de conocer: el monumento al Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución mexicana, la “Estela de luz”, se entregará con más de un año de retraso y su costo será más del triple de su presupuesto original. Cuando pensamos en la pertinencia de dicha obra y en la dimensión política de una arquitectura a escala urbana (MILENIO, La crítica / Espacios 07/05/09 y 29/09/09) ¿Qué reflexión podemos hacer ante un hecho tan escandaloso como éste?
En primer lugar, sale de nuevo a flote la discusión sobre la necesidad misma de la edificación del monumento, ¿será posible que las autoridades reconsideren su pertinencia, a la luz de las dificultades técnicas que han retrasado y encarecido la construcción?
La propia explicación de las autoridades de la Secretaría de Educación, en cuanto a las dificultades técnicas de la obra, es en sí un contundente argumento contra su continuación. La justificación primordial del proyecto es su “inigualable belleza”, un juicio difícil de sostener ya que aún no ha sido edificada, ni se han escuchado las opiniones de los habitantes, sus destinatarios finales. Dicha belleza hipotética parece ser suficiente para haber contratado a una empresa canadiense para realizar los estudios de mecánica de suelos, así como tecnología alemana para contrarrestar los efectos de viento y sismo. La estructura está siendo construida en Finlandia, el cuarzo con el que será recubierta sólo existe en Brasil y se laminará en Italia, entonces la pregunta final sería: ¿Qué belleza artística podría justificar tal dispendio?
Lorenzo Rocha
jueves, 12 de agosto de 2010
SIETE VIDAS
Ante las obras de arte neoconceptualistas es inevitable que el espectador y el crítico se queden siempre con interrogantes inconclusas. De hecho, gran parte de la intención de las piezas neoconceptuales es la generación de acertijos, cuya reflexión y transmisión oral forman parte de la obra misma. Las obras de Francis Alÿs (Bélgica, 1959) son un claro ejemplo de la liga que hay entre un trabajo artístico y sus consideraciones sociológicas profundas. En su pieza/acción de 1995. “Los siete niveles (las siete vidas) de la basura” se plantea la búsqueda del tiempo que transcurre entre el descarte de algún objeto y su reaparición y revalorización en el mercado informal. Para esta pieza, Alÿs realizó siete copias de un caracol con doble caparazón, fundido en bronce, pintó cada uno de un color diferente y luego los depositó en siete bolsas distintas, mezclados con basura doméstica. En seguida, tiró cada una de las bolsas en un basurero distinto en el centro histórico de la Ciudad de México, y meses más tarde fue capaz de localizar dos de las siete piezas en mercados ambulantes en Iztapalapa y Tepito. De éstas dos piezas, decidió sólo recuperar (comprar) una como “una prueba de la verificación del fenómeno”, en palabras del mismo artista: “seguí las huellas del caracol como un juego, asumiendo el papel de sociólogo al estudiar un fenómeno de comercio informal”. Es curioso que la pieza se parece a otras acciones en las que Alÿs empuja un bloque de hielo por las calles de la ciudad, el cual deja una huella similar a la de los caracoles.
En la observación de esta y otras de sus piezas, surge una pregunta: ¿cuál es el verdadero soporte de la pieza? Ésta se compone de tres instancias: el objeto, la acción y el relato (incluida la documentación audio-visual), entre ellos parece que el último es el más importante. El trabajo de Alÿs consiste, en muchas ocasiones, en la introducción de historias, anécdotas y mitos urbanos, de los cuales esta misma crónica es una contribución a la propagación y fortalecimiento de dichas historias urbanas breves.
Lorenzo Rocha
PAISAJE URBANO
OUT/TV
No se pierdan la entrevista con Gonzalo Ortega, sobre las intervenciones en la ciudad del proyecto Residual, hoy en Paisaje Urbano (Canal 40, cable 140) a las 13:55 y por Internet en www.proyecto40.com.mx/#/internettv (en el area de "Internet TV")
No se pierdan la entrevista con Gonzalo Ortega, sobre las intervenciones en la ciudad del proyecto Residual, hoy en Paisaje Urbano (Canal 40, cable 140) a las 13:55 y por Internet en www.proyecto40.com.mx/#/internettv (en el area de "Internet TV")
jueves, 5 de agosto de 2010
UNA SILLA
Esta no es exactamente una silla, es un pensamiento. Es un manifiesto neoplasticista. El arquitecto holandés Gerrit Rietveld diseñó esta silla en 1918, tres años antes se había integrado al grupo que formaban otros artistas neoplasticistas como Theo van Doesburg y Piet Mondrian. Este último publicó en ese mismo año en la revista De Stijl (El estilo, publicación-manifiesto a la que debe su nombre el grupo) que el arte neoplasticista, su contenido indeterminable que se resume en expresión plástica pura, originó una obra “no-figurativa” que por consiguiente se podía considerar completamente humana. El esfuerzo de este grupo de artistas y otros contemporáneos suyos en Europa central, como la “Deutsche Werkbund”, o el “Arts and Crafts” en Inglaterra, era encontrar la esencia de la creación artística humana, aquello que la naturaleza no era capaz de crear.
Los neoplasticistas encontraron en la línea recta la más pura expresión plástica humana y de ahí nació el arte abstracto que dominó las tendencias modernistas del siglo XX. En cuanto a Rietveld, sus incursiones en el diseño industrial y la arquitectura tuvieron repercusiones en generaciones de arquitectos, una línea de influencia que prevalece hasta la fecha. También el arte pictórico de Mondrian, en su extrema abstracción y simplificación de todas las imágenes en líneas rectas y cuadrados de los tres colores primarios, tienen hasta la fecha un peso importante en la forma de muchas expresiones arquitectónicas, tanto en los planos como en las fachadas.
El neoplasticismo en arquitectura, la pérdida de la figuración, también ha contribuido a que su lenguaje histórico haya caído en desuso, el arte abstracto ha jugado un papel decisivo en su conversión en una “lengua muerta”, restringida a grupos reducidos de expertos que dialogan entre sí ante la perplejidad del público/usuario en general. La discusión en torno a la sustitución de la figura por el concepto, llega a un punto de inflexión, si consideramos la afirmación del semiólogo Décio Pignatari, quien afirma que la silla de Rietveld es más que un pensamiento: “Es una silla pensando la silla, aspirando a ser todas las sillas posibles”.
Lorenzo Rocha
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