jueves, 10 de mayo de 2012

MAUSOLEO


Los monumentos y esculturas públicas en general, tienen como finalidad prioritaria la comunicación social. Son anuncios espectaculares colocados en las ciudades para conmemorar, festejar u honrar a los personajes y eventos de importancia histórica, conforme una agenda invariablemente política, normalmente ligada a la ideología del gobierno.
La ciudad de México ocupa uno de los primeros lugares mundiales en cuanto a la cantidad de estatuas, estelas, obeliscos, bustos, y esculturas abstractas que pueblan sus numerosas calles y plazas (otra de nuestras vergonzosas distinciones). La arquitectura comunica sus mensajes sin ayuda de textos escritos, se apoya tan sólo en la energía emocional que los espacios y edificios son capaces de transmitir. Cada vez se hace más difícil el diseño de un monumento, ya que los arquitectos y escultores actuales han abandonado el lenguaje figurativo que caracterizaba a las obras públicas durante casi todo el siglo XX. Esta evolución del arte pone en cuestionamiento la pertinencia misma de la edificación de monumentos en el espacio urbano, pero parece que el Estado y gran parte de la población aún los consideran necesarios.
Las esculturas monumentales de los últimos años son objetos fuera de escala, que se proyectan casi siempre para evocar valores y conceptos abstractos, pero que el público asocia más facilmente a sus coincidencias formales con utensilios comunes de uso doméstico, lo cual da lugar a los divertidos motes sarcásticos con los que se suelen nombrar.
La más reciente de éstas y sin duda la más polémica, es la “Estela de luz”, que conmemora el centenario de la revolución y el bicentenario de la independencia de México. Pero estos dos hechos históricos ya tenían sendos monumentos, que los habían fijado con creces en la memoria colectiva. Tanto el Ángel de la Independencia, como el Monumento de la Revolución, además de ser hitos en el paisaje urbano, son mausoleos donde han sido inhumados los restos de personajes tan significativos como Hidalgo, Morelos, Guerrero y Aldama entre otros, quienes yacen en la cripta de la columna de la independencia. Dentro de los pilares del Monumento de la Revolución se encuentran las tumbas de otras personas tan relevantes en nuestra historia, como Madero, Carranza, Elías Calles y Cárdenas.
Algunos de los elementos materiales de la estela, tienen sin duda características funerarias. Sus numerosas losas de cuarzo recuerdan sin duda las lápidas de algún cementerio y su iluminación también es involuntariamente alusiva a las veladoras que vemos en todos los mausoleos, pero aún no sabemos ¿a quién planean enterrar en este nuevo mausoleo?
Lorenzo Rocha

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