jueves, 7 de febrero de 2013

ARQUITECTURA VIVA

Dentro de la arquitectura habitacional contemporánea, se distingue muy claramente entre la arquitectura de autor y los proyectos comerciales, que no se ajustan a gustos y necesidades específicas y por tanto se pueden considerar hasta cierto punto como genéricos.

El trabajo del arquitecto varía notablemente cuando establece un diálogo con el potencial habitante de sus espacios, tiene que profundizar en la personalidad de los habitantes futuros de la casa, a diferencia de la vivienda comercial donde se diseña para clientes hipotéticos. Sin embrago, en ambos casos son los propios habitantes de la casa, quienes hasta cierto punto “completan” el proyecto, cuando se mudan con sus muebles, cuadros y objetos. Pero incluso dentro del rubro de la decoración existe en ocasiones la influencia del arquitecto como autor. Se trata de una cuestión de control sobre el resultado del proyecto, que incluso podría abordarse desde el punto de vista psicológico, ya que la relación entre el diseñador y sus clientes es compleja y toca incluso partes muy subjetivas de sus respectivas personalidades.

Dicho fenómeno es muy fácil observarlo en las revistas especializadas en arquitectura y decoración. Por ejemplo, las revistas de corte académico, que están dirigidas principalmente al gremio de los arquitectos, como son Domus, Architectural Record o El Cróquis, tienen un estilo de presentación de los proyectos habitacionales donde prácticamente ha sido borrado todo rastro humano. No solo están ausentes los habitantes, tampoco se ven sus pertenencias. Se ven fotografías de casas prácticamente vacías, decoradas para crear un montaje específico para su publicación. Otro tipo de revistas muestran casas decoradas por sus dueños y por especialistas contrados por ellos, entre ellas se encuentran Architectural Digest, Casas y Gente, entre otras, cuyo público es más general. Son del interés de los arquitectos pero también cubren al mercado que se interesa en ideas para la decoración de su propia vivienda. Curiosamente muestran los proyectos de un modo más desenfadado que las publicaciones académicas, no omiten ciertos rastros derivados del uso cotidiano de los espacios, lo cual da una sensación de que la casa está en uso y transmite una idea de arquitectura más viva que la que se percibe en las revistas especializadas.

Arquitectos minimalistas como John Pawson o Tadao Ando realizan proyectos que están sujetos a rigurosas normas que controlan cada aspecto del diseño, me pregunto ¿como aparecerían sus espacios si fueran fotografiados con todos los objetos de sus habitantes?

Lorenzo Rocha

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