Durante el verano de
este año se llevará a cabo la decimoquinta edición de la Bienal de Venecia,
dedicada a la arquitectura. En esta ocasión el título de la muestra será: Reporting from the Front ("Noticias
desde el frente").
El curador en esta
ocasión es el arquitecto chileno Alejandro Aravena, ganador también del premio
Pritzker de este año, el galardón más prestigioso para el gremio de la
arquitectura. Aravena se ha distinguido por su capacidad crítica, por lo cual,
la presente edición de la Bienal de Venecia, promete ser un foro de discusión
sobre la situación actual de la profesión.
En la descripción del
concepto de la muestra, el arquitecto declara: "Para mejorar el entorno
construido y por ende, la calidad de vida de las personas, hay batallas que
deben ganarse y fronteras que deben expandirse (...) En la decimoquinta edición
de la Bienal de Venecia queremos contar historias de éxito, mediante casos
ejemplares en los que la arquitectura ha marcado la diferencia y ha expandido
sus fronteras". Sin duda se trata de una premisa que plantea un
cuestionamiento importante: ¿cuál es la razón por la cual los arquitectos hemos
quedado marginados de la mayor parte de la construcción actual? ¿Porqué debemos
luchar los arquitectos para intentar expandir las fronteras de nuestra
práctica?
El papel que jugamos los
arquitectos en la actualidad es muy reducido dentro del universo total de los
entornos construidos, la razón ha sido la extremada intelectualización de
nuestra profesión, lo cual ha sucedido desde los primeros años del Modernismo. Aravena
opina: "Estoy interesado en el modo como la arquitectura es capaz de
introducir beneficios en un sentido más amplio. El diseño visto como valor
añadido, no como un costo suplementario o la arquitectura como un atajo hacia
la igualdad".
En la mayoría de los
casos, sin distinción de su contenido social, el trabajo del arquitecto
consiste en primer lugar en la identificación de una problemática. Después de
dicha investigación, la segunda parte debería ser la elaboración de una respuesta
que atienda la problemática identificada. Sin embargo, una parte importante de
los arquitectos nos hemos dedicado a producir edificios que no satisfacen necesidades,
sino crean nuevos problemas, que a su vez deben ser resueltos por otros. La
visión de la mayoría de los arquitectos es individualista, pone el protagonismo
del autor por encima de las necesidades del público.
Espero sinceramente que
la discusión que derive de la exposición, suscite un cuestionamiento profundo
de la labor del arquitecto contemporáneo. Espero que los arquitectos comencemos
a ser más discretos y modestos, para poder contar auténticas historias de éxito,
basadas en el bienestar de los habitantes de los entornos construidos.
Lorenzo Rocha