Aún
es pronto para llegar a una valoración conclusiva de las repercusiones que
dichos mecanismos tendrán sobre la zona. Existen alrededor de sesenta proyectos
concluidos, pero han sido aprobados desde 2015 cerca de ochenta proyectos más,
que aun no se han iniciado o se encuentran en proceso de construcción. Las
consecuencias económicas, sociales y urbanas del proyecto aun no se perciben en
su totalidad y es imposible calcularlas, debido a que la delegación no ha dado
a conocer los estudios que se encargaron para realizar un plan parcial de
desarrollo.
Las
colonias incluidas en el plan no solo son la Granada y su ampliación, sino
abarca también a las colonias Irrigación, Anáhuac, Pensil y Verónica Anzures.
No cabe duda que la zona vive ya una explosión inmobiliaria, igual o superior a
cualquier otra zona de la ciudad, incluido el Paseo de la Reforma o Santa Fe.
En los pocos años que lleva su desarrollo, las areas comerciales han crecido
inusitadamente, las torres de apartamentos han surgido una tras otra y también
se han inaugurado dos museos, un teatro y el acuario. Las vialidades de acceso
ya está saturadas y el transporte público es insuficiente, lo cual no augura un
buen futuro para el plan. Veremos qué solución le dará la delegación Miguel
Hidalgo al tráfico que generará esta zona en los proximos años. Tampoco hay
claridad en cuanto a las areas verdes y espacios públicos que deberán existir
en el proyecto y que son los beneficios más concretos que el sistema de
actuación y su fideicomiso debe dar a la población. Sin ello, no existe
justificación social de un proyecto privado de esta naturaleza, el cual se
sirve del espacio público para alcanzar sus objetivos, sin aportar nada a
cambio.
Lorenzo Rocha
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