jueves, 17 de agosto de 2017

PERSPECTIVA HISTÓRICA


Si analizamos la obra de cualquier arquitecto destacado dentro del Movimiento Moderno, podremos darnos cuenta con relativa facilidad de las ideas críticas que se encuentran detrás de casi todos sus proyectos. En algunos casos dichas ideas de inconformidad con los valores sociales de sus respectivos contextos, no aparecen de modo explícito, dado que algunos maestros de la arquitectura moderna no las expresaron de modo verbal, ni mediante entrevistas y textos. Sin embargo, muchos de ellos estuvieron involucrados en movimientos artísticos que estaban ligados a la política y a la propaganda de sus épocas.
Por ejemplo, en Alemania surgió en los años veinte la Deutscher Werkbund un grupo de arquitectos entre los que se encontraban Ludwig Mies van der Rohe, Peter Behrens y Walter Gropius, los cuales fueron muy activos en cuanto a la producción masiva de viviendas, para la reconstrucción de algunas ciudades europeas después de la Primera Guerra Mundial, entre sus realizaciones se puede contar el conjunto habitacional Weissenhof y la exposición de prototipos de vivienda que lo acompañó en 1927, donde también participaron algunos arquitectos extranjeros como J.J.P. Oud, Joseph Frank y Le Corbusier.
Algunos grupos compuestos por arquitectos y artistas de la misma época transmitieron sus ideas innovadoras y críticas mediante revistas, en las cuales publicaron sus ideas políticas y manifiestos estéticos. Dentro de las más importantes se encuentra sin duda L´ésprit Nouveau, fundada por Le Corbusier, junto con el  pintor Amédée Ozenfant y el poeta Paul Dermée en 1920, se trató de una publicación mensual que apareció regularmente en París hasta 1925. Las ideas sobre la estética purista y la relación del arte con la ciencia y la ingeniería, fueron el fundamento de la producción artística de sus miembros. En Holanda se editó la revista De Stijl de 1917 hasta 1931, en ella participaron pintores como Piet Mondrian, Bart van der Leck y arquitectos entre los que destacan Gerrit Rietveld, Theo van Doesburg y J.J.P. Oud, todos ellos interesados en la búsqueda de leyes universales para la producción artística que tomaran inspiración de la geometría abstracta como la simplificación extrema de la realidad sensible.
El período histórico comprendido entre las dos guerras mundiales, fue especialmente productivo para la exploración estética y la investigación sobre la producción masiva de vivienda debido a la creciente necesidad de reconstrucción. Pero para los años cincuenta, durante la posguerra, gran parte de las ideas que surgieron de inquietudes críticas, comenzaron a transformarse en principios fijos y en una nueva academia, con sus correspondientes estilos arquitectónicos como el Funcionalismo o el Estilo Internacional, que derivó de una exposición y un libro editado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, con la colaboración de Phillip Johnson y Henry Russell-Hitchcock. Entonces aquellos modos innovadores y críticos de hacer arquitectura se convirtieron en una nueva tradición y sus fórmulas fueron repetidas en incontables proyectos por todo el mundo, sin hacer distinciones culturales, geográficas ni políticas.
La correcta perspectiva histórica de la arquitectura, puede ser muy util en la actualidad si nos proponemos la renovación del espíritu crítico. El Modernismo puede aún aportarnos grandes lecciones como una corriente revolucionaria, si observamos los procesos que le dieron origen y ponemos mayor atención en las ideas de sus representantes que en las formas y volúmenes que resultaron de sus investigaciones.

Lorenzo Rocha

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