Bert Theis (1952-2016) artista luxemburgués y fundador de la Oficina de transformación urbana, abogaba por una participación activa de los artistas, arquitectos y urbanistas en las iniciativas de la gente, los jóvenes arquitectos deberían tomar muy en serio esta postura.
La participación de los ciudadanos en procesos urbanísticos y arquitectónicos presenta muchas dificultades. En primer lugar está la dificultad que enfrentan las personas para organizarse de manera eficiente, los procesos democráticos directos se prestar a ambigüedades y abusos constantes y en los casos en los que funcionan correctamente en realidad no requieren de la participación de profesionales más que en su implementación. La participación ciudadana promovida por urbanistas y arquitectos puede ser muy positiva en cuanto a la intención de involucrar al público en decisiones de los proyectos que los afectan directamente, siempre y cuando sus deseos de colaboración sean auténticos y se alejen de estrategias de autopromoción. El peligro de dichos procesos es que muy fácilmente los ayuntamientos y los políticos se apropian de dichos mecanismos que convierten en fuentes de popularidad electoral.
Hace más de 50 años arquitectos como Giancarlo De Carlo aplicaron con éxito la participación ciudadana en sus proyectos, por ejemplo el conjunto habitacional Villagio Matteotti en Terni cerca de Roma, contó con un equipo de arquitectos dedicados a planificar las viviendas de la mano con los obreros que después ocuparían las viviendas. Hoy en día esas casas pertenecen a los herederos de dichos obreros y a algunos de ellos en avanzada edad y su espíritu democrático y comunitario ha disminuido por lo que sus áreas comunes y huertos han quedado en el abandono total.
Los arquitectos y urbanistas actuales siguen intentando implicar a los usuarios en sus procesos, sin embargo en los casos en los que existe una auténtica capacidad de organización ciudadana sin intervención de profesionales, suele ser ignorada tanto por los arquitectos como por los ayuntamientos involucrados, ya que la intención de ambos es invitar al público a participar sin que las decisiones se salgan de su control. Sería importante retomar ahora lo que solía decir Bert Theis, gran colega y amigo fallecido recientemente: “No pienso que los ciudadanos o los observadores deban tomar parte en el arte, la arquitectura o la planificación urbana. Más bien lo contrario, los artistas, arquitectos y urbanistas debería bajar del pedestal donde se encuentran y participar en las iniciativas de los ciudadanos”.
Lorenzo Rocha
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