jueves, 28 de octubre de 2021

USO Y CONSUMO

El libro “La condición humana”, escrito en 1958 por Hannah Arendt, ha sido estudiado principalmente desde puntos de vista como la sociología y la filosofía política, pero no fue considerado desde la antropología, hasta que lo hizo Paul Ricoeur en 1983. 

En la clásica obra de Hannah Arendt aparecen conceptos muy importantes para el análisis de la situación de la humanidad en la época moderna. Arendt considera que el dilema del hombre moderno tiene que ver en gran medida con lo efímero de lo que produce mediante su trabajo. Arendt sostiene que los humanos somos los únicos seres capaces de concebir la idea de eternidad, pero lo hacemos desde la consciencia de nuestra propia mortalidad. Según la filosofa alemana, los objetos mundanos producidos mediante el trabajo humano, entre los que incluye a la arquitectura, la pintura, la literatura y otros más, nos dan la posibilidad de trascendencia y la ilusión de inmortalidad. De este modo, los edificios construidos en piedra, acero u hormigón, los cuadros pintados al óleo sobre lienzos, e incluso los libros en papel o hasta digitales, deberían mantenerse en buen estado para que sirvieran a las personas por toda su vida y que estas pudieran heredarlos a sus descendientes, para que dieran testimonio de lo que fueron capaces de producir mientras vivían. Pero en nuestros tiempos, muchos de esos objetos son efímeros debido a que el sistema capitalista los ha convertido en bienes de consumo. La crítica insistente de Arendt es que durante la modernidad se ha cambiado el lugar del trabajo por el de la labor de supervivencia. 
El objetivo del trabajo humano, debería ser la producción de objetos de uso, no de consumo y su meta debería ser la durabilidad de dichos objetos.
En nuestros tiempos, es muy frecuente que la gente cambie de casa más de una vez durante su vida y que los apartamentos pasen a ser propiedad de nuevos dueños, quienes los renuevan y en ocasiones los demuelen para dar lugar a nuevos edificios. El arte en general se sostiene en formatos cada vez menos duraderos y ya son pocos los casos en que se pintan murales u obras integradas a la arquitectura y que están concebidas para trascender la vida de sus creadores. Cada vez tenemos menos libros en nuestras estanterías y aquellos que leemos en nuestros dispositivos electrónicos, los borramos después de leerlos, para dejar espacio de almacenamiento para ser ocupado por nuevos textos, imágenes y videos 
La biografía de cada persona es un relato más corto y limitado que la escritura de la historia, por ello “los objetos son documentos y monumentos del pasado”, sin embargo, este legado está cada vez volviéndose más escaso.
Lorenzo Rocha

 

jueves, 21 de octubre de 2021

MÁQUINAS HABITABLES

En 1921, Le Corbusier presenta su idea de la “máquina de habitar”, en su texto “Ojos que no ven… los aviones”: “El problema de la casa no se ha planteado. Los elementos actuales de la arquitectura ya no responden a nuestras necesidades. Sin embargo existen las normas de la vivienda. La mecánica lleva en sí el factor de economía que selecciona. La casa es una máquina de habitar”. 

Resulta especialmente interesante, la anécdota contada por Beatriz Sarlo, en la segunda parte de su libro “La máquina cultural”. El pasaje que narra la relación de Victoria Ocampo con Le Corbusier, cuando en 1926, ésta le encargó varios proyectos en Buenos Aires que no se realizaron, por falta de inversores, para finalmente gastar todo su dinero y encargarle una “casa moderna” en 1928 al arquitecto local Alejandro Bustillo, el cual acepta pero la realiza de mala gana. Todo un ejemplo del intento de traducción de ideas vanguardistas extranjeras en un medio que no las acepta. 
La “máquina cultural”, recuerda al “dispositivo arquitectónico” de Michel Foucault, que es una adaptación de la idea de Panóptico de Jeremy Bentham al modelo de prisión, convento, fábrica, colegio u hospital, que caracterizan al argumento central expuesto por Foucault en “Vigilar y castigar”.
Lateralmente el concepto arquitectónico de máquina aparece en Guido Canella, en su tratado sobre las formas teatrales. El “Teatro-máquina” o teatro desmontable, el cual llega a su máxima expresión en el proyecto no realizado para el Totaltheater de Walter Gropius. 
Esta tradición continúa hasta las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, cuando el grupo Archizoom crea su proyecto utópico “No stop city” y paralelamente otro grupo, Archigram compite con su idea de “Instant city”. Ideas utópicas que tuvieron influencia importante sobre Renzo Piano y Richard Rogers, quienes las materializaron en su proyecto para el Centro Georges Pompidou en Paris, construido de 1971 a 1977. Quizá la idea de máquina cultural llevada a un extremo excesivamente literal.
Lorenzo Rocha

 

miércoles, 13 de octubre de 2021

ABSTRACCIÓN

Theodor W. Adorno y Max Horkheimer hacen una crítica al mundo moderno en su obra clásica de 1944, “Dialéctica de la ilustración”. Los autores critican a la ilustración como un movimiento que, en busca de la certeza, eliminó el contacto de las personas con la imaginación.

Los mitos y las creencias ancestrales han pasado a segundo plano en el mundo moderno. Ahora que casi todo se puede explicar científicamente, la razón ha sustituido a la imaginación. Pero el ser humano no ha perdido su parte espiritual y sigue creyendo en lo divino y en la magia. Esta fuerza emocional humana, ha sido transferida perversamente hacia el campo de la propaganda y la publicidad, para persuadir a las personas para que voten por tal partido político o compren algún producto específico, aprovechándose de sus temores y prejuicios.
La arquitectura juega un papel importante dentro del valor simbólico representativo de las construcciones, en cuanto a la materialización de las instituciones o corporaciones a las que albergan. El edificio para un banco o para una institución de justicia, debe expresar confianza, solidez y durabilidad, que coinciden con los atributos de las entidades que los encargan a los arquitectos. 
Al respecto Adorno y Horkheimer escriben: “La victoria (de la técnica publicitaria) es tan completa que en los puntos decisivos ni siquiera tiene necesidad de hacerse explícita: las construcciones monumentales de los gigantes, publicidad petrificada a la luz de los reflectores, carecen de publicidad y, todo lo más, se limitan a exponer en los lugares más altos las iniciales de la firma, lapidarias y refulgentes, sin necesidad de ningún autoelogio.” Este es el modo como los arquitectos colaboramos con el poder, voluntaria o involuntariamente. Es mejor que al menos lo tengamos claro y si estamos a favor de ello, tengamos la honestidad de manifestarlo abiertamente, sin doble moral, o de otra manera, negarnos a colaborar con dichas instituciones.
Lorenzo Rocha

 

miércoles, 6 de octubre de 2021

TERRITORIO CRÍTICO

En 1977 la pareja de diseñadores Ray y Charles Eames realizaron un cortometraje notable para la empresa IBM, el cual llevó como título “Powers of Ten” (potencias de diez) y consiste en alejamientos de distancias en potencias de 10, hasta la escala galáctica, seguido con acercamientos que llegan hasta una molécula de carbono.

Al igual que el tiempo no es lo mismo que el reloj, el territorio no es lo mismo que el mapa. Para la mayoría de las personas es muy difícil imaginar un territorio que no esté definido por límites y fronteras. Pero hay sin duda territorios que van más alla de lo que los geógrafos han calculado para definir la división política entre países. Existen formas de entender la identidad desde ópticas existenciales, emocionales, tradicionales, que están por encima de las valoraciones geográficas. Las diásporas, las identidades meta-geográficas, el lenguaje y las comunidades virtuales, también son constituyentes de territorios, que unen a personas que se localizan en lugares físicos muy distintos.
Pensar de manera crítica sobre el territorio nos permite integrarnos más dentro nuestras diferencias, identificando con mayor facilidad lo que tenemos en común con los demás, en lugar de centrarnos tanto en las etiquetas como mexicano, latinoamericano o europeo. Al territorio critico le interesan los espacios habitados, de cualquier escala, desde una habitación hasta un continente, e incluso un planeta.
La economía es un concepto fundamental en las relaciones humanas, desde su acepción más fundamental como “cuidado de la casa”, hasta la medida normativa de las relaciones internacionales. Cuando dos países entran en conflicto de intereses, como han sido Cuba y los Estados Unidos, uno “embarga” los productos del otro, captura sus puertos y anula sus flotas navieras, causándole daños económicos en la forma de sanciones comerciales, que resultan en el empobrecimiento de sus habitantes. Este es el más cruel uso de la economía como herramienta o arma política.
Lorenzo Rocha

 

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