En una revisión de publicaciones en las que he escrito, he releído la introducción al número 119 de la revista italiana Lotus International del verano de 2003, en la que escribí un ensayo sobre la Casa de Rudolf M. Schindler.
El arquitecto y teórico italiano Pierluigi Nicolin, ha dirigido la revista Lotus durante 46 años (desde 1977). Durante este período la publicación ha sostenido un debate continuo sobre la teoría y la práctica de la arquitectura. En el número 119, que llevó el título: Modern Inside out, la revista analizó ocho casas modernas, entre las que se encontraban la Casa de Luis Barragán y la de Rudolf M. Schindler, entre otras, como la casa en Cap Martin de Eileen Gray y el “Cabanon” de Le Corbusier.
La introducción escrita por el editor contiene conceptos relevantes aun ahora que han transcurrido dos décadas desde su publicación, traduzco algunos párrafos: “Aquello que es correcto no es plenamente determinable de manera independiente de la situación en la que acontece. Cuando la arquitectura se propone representar el modo óptimo para habitar, puede alcanzar su estado de perfección, pero solamente para un entorno particular. La puesta en práctica de tal propósito implica necesariamente la consideración del saber espacial en la inmediatez de su contexto. Si debo señalar por economía, algún elemento que unifique a todos los casos, sería el hecho de que todas las casas notables tienen el objetivo común de replantear el hábitat. Las buenas casas, según Leon Battista Alberti, tienen la capacidad de redimir a sus habitantes, a esto podríamos añadir que los buenos edificios también podrían salvar a nuestras ciudades y a la convivencia en ellas. Desde este punto de vista, retomar la postura ética ayudaría a revertir la manera de actuar puramente utilitaria y materialista, que en su objetivo de justificar normas éticas impersonales, ignora a las personas en su totalidad e integridad, ligadas a los hechos y a los sentimientos.”
Esta discusión ética está aun muy lejos de llegar a una conclusión, ya que en los últimos 20 años el horizonte de la arquitectura ha ido más allá de sus referentes modernos y ha incursionado en el campo de la totalidad social.
Lorenzo Rocha
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