jueves, 17 de enero de 2013

ESPACIOS OCIOSOS

Tanto en las grandes ciudades, como en aquellas que están en proceso de crecimiento, la especulación inmobiliaria provoca que la oferta de espacios sea inicua y a veces exagerada. Mientras que algunos periodos una zona de la ciudad esté sobrepoblada, al mismo tiempo tiempo puede haber áreas enteras desocupadas dentro de la misma ciudad, en espera de variación en el mercado inmobiliario.

Podríamos decir que hoy en día la especulación forma parte indisociable del mercado inmobiliario, el cual tiene, a diferencia de otros bienes y servicios, plazos muy largos para su total desarrollo. Un proyecto inmobiliario específico puede caer en la quiebra durante un período de crisis, para ser retomado muchos años más tarde y a la larga resultar un negocio benéfico para su propietario. Pero en el camino son los usuarios quienes sufren las consecuencias, adquiriendo hipotecas bancarias que se vuelven impagables y en algunos casos, subsisten aunque el bien haya sido embargado.

¿Qué destino puede tener un espacio que se encuentra vacío en pleno centro de la ciudad? Las palabras clave para la respuesta a esta difícil pregunta son muy sencillas: cesión temporal. En Inglaterra se inició en 2009 el proyecto Meanwhile (“Mientras tanto”), una asociación civil que trabaja con propietarios, inquilinos potenciales y autoridades locales para posibilitar el uso de espacios vacíos que beneficien a la comunidad, mientras se busca una solución comercial apropiada para éstos.

En la esquina del Eje Central Lázaro Cárdenas y la avenida Arcos de Belén, en pleno Centro histórico de la ciudad de México, hay un enorme edifico de 15 niveles que fue abandonado durante su construcción hace más de 20 años. El inmueble está parcialmente ocupado por personas indigentes y sirve de almacén para muchos de los productos que son vendidos en las calles aledañas, Sin embargo, la ocupación no está organizada y sus pobladores se encuentran en grave peligro, en caso de que la estructura falle durante un terremoto.

En 2003 el artista conceptual Santiago Sierra, realizó una acción efímera en el sitio que llamó “Edificio iluminado”. Según el crítico David Torres, la iluminación nocturna del edificio “señala un elemento destacado del conflicto social en medio de la ciudad de México, marcada por la convivencia de clases con gran poder adquisitivo en paralelo a grandes bolsas de pobreza”, Si bien el este edificio no ha servido a su finalidad inicial, la cual seguramente habría sido comercial, su presencia en el contexto urbano, cataliza otros mecanismos sociales por ser un elemento insoslayablemente contradictorio.

Lorenzo Rocha

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